Nosotros ya no podemos seguir tradiciones
que nos conduzcan a llamar al Padre por un nombre que no sólo no es el suyo
sino que, en gran medida, resulta abominable, como veremos a continuación.
Muchas pruebas eruditas están ahora disponibles para exponer que JEHOVÁ ES
INCORRECTO. Si estamos caminando en toda
la verdad, si estamos dando luz, Yahweh nos dará aún más luz. ("En tu luz veremos la luz", Mizmor
36.9).
Nuestro propósito no es seguir tradiciones
erróneas de hombres:
"En vano me adoran, enseñando como doctrinas
mandamientos de hombres" Mordejai 7:7
Entre las muchas razones por las que tanto
"JESÚS" como "JEHOVÁ" son erróneos es por el simple hecho
de que ambas empiezan con la letra "J" la cual es la letra más
reciente añadida a nuestro alfabeto inglés (y español). El nombre del Salvador
no pudo haber empezado con la letra "J" debido a que ésta no existía
cuando Él nació, ¡ni siquiera, mil años después! Todos los buenos diccionarios
y enciclopedias muestran que la "J" y su sonido son de un origen reciente.
En ninguno de los dos alfabetos, tanto el
griego como el hebreo, existe ninguna letra equivalente a la letra
"J", aún hasta el día de hoy.
En esencia, la J fue una mera variación de
la I. La J apareció primero en la época romana, cuando ésta se usaba a veces
para indicar la i larga con sonido de vocal, pero, a menudo esta se usaba
intercambiablemente con la I. Los romanos pronunciaban la I en algunas
palabras, como si ésta fuera una vocal como, iter, y como una semivocal en
otros, por ejemplo: iuvenis, deletreado actualmente juvenis. En la Edad Media
la forma alargada de la (J) fue usada como un mecanismo decorativo, muy a
menudo como inicial y en series.
No fue sino hasta mediados del siglo 17 que
su uso llegó ser universal en los libros ingleses; en la Biblia King James
versión 1611 por ejemplo, las palabras Jesus y judge eran invariablemente Iesus
y iudge. Mucho tiempo después de la invención de la imprenta, la J llegó a ser
sólo una mera variación caligráfica de la I (la cual en latín podía ser vocal o
semivocal), y la J, llegó a ser restringida únicamente, a una función de
consonante.
Descubrimos entonces que la letra J de
deriva de la letra vocal I, Y QUE ORIGINALMENTE TENÍA EL MISMO SONIDO QUE LA
VOCAL I, esta es la razón de por qué la j minúscula aún tiene el punto arriba
de ella. La letra I representa la letra griega iota (I), la cual usualmente
corresponde a la letra hebrea YOD (Ye, como en Yate). La letra J tiene el
sonido de una Y (como en "Hallelujah") en latín, alemán y en el idioma
escandinavo. En español, la J es una letra aspirada (que tiene el sonido de una
H inglesa, a veces más suave, a veces más fuerte).
Al principio, la J se pronunciaba como la
I, hasta el tiempo de la introducción de la imprenta. Los impresores holandeses
promovieron la utilización de la J, especialmente, al principio de una palabra;
eventualmente, la letra J adquirió su propio sonido. Fue el idioma francés el
que le dio a la letra J, el presente sonido suave de una g, como en
"large" o "purge". En latín, alemán y en otros idiomas, la
J se pronuncia más como una Y que como una J, con un sonido "I". En
español, la letra J es más como una letra aspirante, como en JOSÉ.
Veamos ahora el resto de la abominación: el
Sufijo "hovah" es el H1943 en el diccionario hebreo de Strong y tiene
el significado de "desastre".
Esta es otra forma del H1942, havvah, que es traducida como
"calamidad, iniquidad, travesura, dañino, desobediencia, desobediente,
asqueroso, cosa perversa, sustancia, muy perverso". Brown, Driver, Brigg,
Gesenius dicen del Nº 1943, hovah: "ruin, desastre".
De manera que cuando unimos Yah (que
insisten en poner Ye o Je) con hovah, nos queda un híbrido espantoso que está
proclamando que su nombre significa: "EL CREADOR DE LA DESTRUCCIÓN,
CREADOR DE LAS TRAVESURAS, CREADOR DE CALAMIDAD, DE LA INIQUIDAD, DE LA
DESOBEDIENCIA, DE LAS COSAS PERVERSAS, DE LO MUY PERVERSO".
Satanás seguramente se ríe a las carcajadas
cuando la humanidad ignorantemente se refiere a Yahweh por el nombre de "Jehová"...
¡UN NOMBRE QUE PERFECTAMENTE LE CORRESPONDE A ÉL COMO DESTRUCTOR!
La mayoría de los cristianos no están
enseñando la importancia de observar TODOS los Mandamientos. La mayoría pasa
por alto los primeros cinco y se concentra en aquellos mandamientos que tratan
de nuestros semejantes: asesinar, mentir, robar, adulterio, codiciar. Estos ciertamente son importantes para guiar
nuestra vida diaria.
Pero ¿no es igual o DE MAYOR IMPORTANCIA
que nosotros sirvamos fielmente a nuestro Padre Yahweh de la manera que Él
espera? Hablamos repetidamente a través
de las escrituras reverenciar Su Nombre. ¿CÓMO PODEMOS REVERENCIAR SU NOMBRE SI
NUNCA INVOCAMOS EL NOMBRE QUE ÉL HA REVELADO AMOROSAMENTE A SU PUEBLO? ¿PODEMOS PONER A UN LADO SU NOMBRE E
IGNORARLO?
Note que los primeros tres de los diez
mandamientos tratan de Yahweh y Su poderoso Nombre. En el original hebreo, los primeros cinco
mandamientos usan Su nombre Yahweh DIEZ VECES!
Nuestro Padre inspiró a Moshe a colocar el Nombre Yahweh en Su ley para
que así nosotros pudiéramos conocer a quién servimos.
La Biblia muestra que Yahshúa no borrará el
nombre de aquellos que vencieren, sino que confesará sus nombres frente al Padre:
De esta manera, el que venza será vestido con
vestidura blanca; y nunca borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré
su nombre delante de mi Padre y delante de sus mensajeros. Hitgalut 3:5
SI
LOS NOMBRES DE SIMPLES HUMANOS SON TAN IMPORTANTES PARA EL LIBRO DE SALVACIÓN,
¿CUÁNTA MAYOR IMPORTANCIA DEBERÍA TENER EL NOMBRE DEL PADRE YAHWEH PARA
NOSOTROS?
Cuando nos damos cuenta de que Yahweh está
creando una familia de personas obedientes en la tierra quienes los reverencian
a Él y Su Nombre, entonces comprendemos la importancia de este nombre familiar
y lo que significa para ser llamados por él.
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