Servir En Novedad De Vida
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romaniyim 7:6
Ya hemos visto que debemos servir al Adón en el ruaj y que
nuestra responsabilidad al servir es ministrar a Mashiaj como vida a los demás.
Todo lo que hagamos en nuestro servicio al Adón debe ser hecho en el ruaj.
Pero ahora que hemos muerto para efectos de esa ley que nos culpaba, quedamos libres de la condena de la ley, de manera que ahora servimos con un espíritu nuevo, y no bajo la antigua letra. Romaniyim 7:6
Todo lo que se relaciona con la carne es viejo, pero todo lo
que tiene que ver con el ruaj, es nuevo. Siempre que un hermano sirve en la
carne, se percibe la vejez, una vejez como de seis mil años, tan antigua como
Adam. Pero cuando alguien sirve en el ruaj, se percibe algo nuevo, fresco y
refrescante.
En muchas ocasiones he visto hermanos y hermanas jóvenes
sirviendo de una manera vieja. Aunque algunos sólo tienen diecinueve años,
sirven como si tuvieran noventa y nueve. Su servicio es viejo debido a que
sirven en la carne. Pero otras veces he visto hermanos y hermanas de mayor edad
sirviendo de una manera fresca y nueva, porque lo hacen en su ruaj. Todo lo que
es del ruaj es nuevo, fresco y refrescante; pero todo lo que proviene de la
carne es viejo, y en lugar de traer refrigerio, le cansa a uno.
Cuando escuchamos un mensaje dado en el ruaj, simplemente no
nos preocupamos por el tiempo. Aun después de media hora deseamos seguir
escuchando; el tiempo se nos va rápidamente. Sin embargo, cuando escuchamos un
mensaje dado en la carne, en la vejez de la letra, diez minutos nos parecen una
hora y sentimos un gran alivio cuando el mensaje concluye. Por lo tanto,
necesitamos aprender a servir en el ruaj y en la novedad del ruaj.
Es necesario que maduremos, pero nunca debemos envejecer.
Una cosa es ser viejo, y otra muy distinta es ser maduro. Debemos alcanzar la
madurez pero no hacernos viejos. Elohim jamás envejece. Por el contrario, Él es
siempre nuevo. En las Escrituras, la madurez del Adón se presenta de una forma,
y Su novedad, de otra; sin embargo, el Adón jamás es viejo. Así que, debemos
aprender cómo servir en el ruaj y en la novedad del ruaj.
Debemos hacer todo en la novedad del ruaj y de una manera
que ministre a Mashiaj como vida a otros. No debemos ministrar doctrinas,
religión, normas, reglamentos ni rituales muertos. Tampoco debemos ministrar
"enseñanzas sanas", pero carentes de la vida de Mashiaj. Nuestra
única meta debe ser ministrar a Mashiaj como vida a otros. La razón por la que
nos interesan las sanas enseñanzas es porque tienen mucho que ver con Mashiaj
como vida; de no ser por esto, no les prestaríamos ninguna atención ni
hablaríamos de ellas.
De modo que nuestra gran necesidad es aprender a servir en
el ruaj e impartir a Mashiaj como vida a los demás.
Servir En Coordinación
Aunque hay mucho que decir acerca de servir en la novedad
del ruaj y de impartir a Mashiaj a otros mediante nuestra ministración, mi
carga en este mensaje se centra en otro aspecto del servicio: la coordinación.
Al servir tenemos que aprender a coordinar con otros. No me refiero a que
necesitemos una organización, porque ser organizados es una cosa y es otra muy
distinta ser coordinados. La palabra coordinación implica la edificación;
debemos servir de tal modo que seamos edificados juntos.
Cuanto más sirvamos, más seremos edificados juntamente con
otros. En estos días hemos hablado acerca de la edificación de la congregación.
Dicha edificación se lleva a cabo al servir en coordinación. Si servimos al
Adón en una buena coordinación con otros, seremos edificados.
Veamos lo que esto significa en la práctica. Supongamos que
soy una persona que sirve al Adón entre los santos de la congregación. Debo
servir de tal modo que cuanto más sirvo, más soy edificado con otros santos, y
cuanto más sigo sirviendo, más lugar hay para que otros sean incluidos en el
servicio y edificados conmigo. En otras palabras, cuanto más sirvamos, más será
edificada la congregación.
Sin embargo, en muchos grupos creyentes, cuanto más algunos
sirven, más independientes se vuelven. Cuantas más habilidades tienen, más se
enaltecen y más autónomos llegan a ser. Algunos que poseen dones suelen
considerarse tan elevados que nadie puede alcanzar su nivel, y ven a los demás
inferiores a ellos. Ellos se consideran superiores a todos. Como resultado de
eso, se vuelven demasiado independientes. Ésta no es la manera apropiada de
servir.
La forma apropiada de servir consiste en que a la vez que
sirvamos, seamos edificados con otros, y cuanto más sirvamos y más ejercitemos
nuestros dones, más unidos y coordinados estemos con los demás. Al servir al
Adón nunca debemos actuar de forma independiente. Ésta es una lección que
necesitamos aprender.
Permítanme explicar esto con un ejemplo. Supongamos que un
hermano tiene algún don y que cuanto más sirve, más experiencia adquiere y más
aprende a servir. Al continuar sirviendo, adquiere fuerza y grandeza, lo cual
afecta siempre nuestra carne en su orgullo, pensando que sabe más que otros y
que lo sabe todo. Por lo tanto, considera que debe hacerlo todo, y hacerlo a su
manera, porque nadie sabe mejor que él/ella cómo deben hacerse las cosas. En
cierto sentido se vuelve todopoderoso Síndrome de Lucifer, yo lo llamaría) porque puede hacerlo todo y literalmente lo
hace todo solo. Cuanto más sirve, más responsabilidades se echa encima, y más
controla toda la situación. Por lo tanto, más independiente se vuelve y todo lo
hace a su manera. Finalmente, no tendrá más lecciones que aprender y nadie será
apto para enseñarle. Este ejemplo es exagerado, porque si se llega a este
punto, la soberbia es contra Yahweh y el Ruaj, al cual se niega a oír.
Pero veamos también la contraparte: del otro lado de este
hermano/a debe haber un grupo de creyentes que sean PASIVOS, de modo a buscar
dejar todo en manos de otros. Personas que prefieren que "otro" se
ocupe de las cosas, que aseguran que nunca están listos, que no tienen tiempo e
innumerables etcéteras, fomentan este tipo de situaciones. Es necesario tanto
que nadie acapare todo como que haya hermanos/as dispuestos a crecer y aprender
lo que sea necesario. Vamos a suponer que haya que realizar varias actividades,
que cómo las realiza este hermano multifacético; es necesario que otros
hermanos aprendan a realizar esas actividades para relevarlo. Nadie puede ser
indispensable, porque se volverá un tirano, y eso será culpa de ambas partes.
Debemos entender que un hermano que actúa de esta manera (y
que se agrada de la situación y pretende mantenerla), sólo causará daño a la
vida de congregación. Inclusive aunque no quisiera, también se está causando
daño, porque los hermanos/as no "vuelan". Si es necesario, hay que
"empujarlos fuera del nido", como una madre ave hace con sus
pajaritos bebé para que aprendan a volar. Necesitamos entender que, a pesar de
tener todos diferentes dones, todos debemos aprender a cumplir todas las
funciones, porque puede ser necesario en caso de no haber nadie más que las
realice. ESTO ES COORDINACIÓN.
La tarea de todos para las funciones del Cuerpo, y no las
tareas de uno sólo o aún, de sólo unos pocos.
Permitir Que El Trabajo Pase A Manos De Otros
La manera correcta de servir es la siguiente: Cuando
comienzo a servir me encargo del noventa por ciento de las actividades y dejo
el diez por ciento en manos de los demás. Después de un mes, sólo me encargo de
un sesenta por ciento y el cuarenta por ciento restante lo delego en manos de
algunos que empiezan a servir conmigo. Después de otro mes, tal vez sólo
realice un treinta por ciento del servicio; un mes más tarde, quizás únicamente
me encargue del cinco por ciento; y más adelante, tal vez solamente me quede
con el uno por ciento.
Finalmente, todo el trabajo quedará en manos de los hermanos
y hermanas que sirven conmigo. Una de las hermanas se encargará de recibir a
los nuevos y hacerlos sentir cómodos, otro hermano se ocupará de las oraciones,
y otros más serán responsables de esta y aquella tarea. Para servir al Adón de
esta forma se requiere aprender muchas lecciones. Todos por naturaleza pensamos
que somos los mejores y no nos gusta dejar que otros hagan lo que nosotros
sabemos hacer. Sin embargo, si deseamos aprender la lección de la coordinación,
no debemos considerarnos superiores (o inferiores) a los demás. En verdad, ni
siquiera deberíamos tener ningún concepto acerca de nosotros mismos,
comprendiendo que toda orden que recibimos de Él debe ser obedecida, y que en
todo lo que nos pide Él ya conoce nuestra capacidad. De otro modo, seríamos un
impedimento para que otros formen parte de la edificación.
El cáncer es una parte del cuerpo que se desarrolla
anormalmente, es un grupo de células sin control que crecen desmedidamente. Por
esta razón, necesitamos ser limitados no sólo por el Ruaj en nuestro ruaj, sino
también por otros, para no convertirnos en un cáncer que afecte el Cuerpo de
Mashiaj. Al ser limitados por otros, funcionamos normalmente como miembros del
Cuerpo que coordinan con los demás y no como células descontroladas. Pero para
esto debemos aprender a "acomodarnos" con los demás, a asumir la
"forma" que sea necesaria para encajar en cada situación.
La mejor manera de servir al Adón en la congregación es la
que mencionamos: ir delegando tareas paulatinamente a los hermanos/as. Para
esto también es necesaria la disposición de estos hermanos. Muchos rechazan
porque argumentan que no son capaces, pero otras veces rechazan porque no les
gustan las tareas solicitadas. Es necesario que aprendamos a someternos unos a
otros para el bien del cuerpo. Si el cuerpo necesita, hay que hacerlo.
El cuerpo es de todos, y todos debemos realizar tareas.
Ciertamente los más nuevos comienzan por hacer las tareas más simples y muchas
veces las consideradas menos importantes y glamorosas, como barrer el piso,
juntar los papeles y organizar cosas (tradúzcase a todo tipo de tarea menor que
muchos desprecian como poco válida, PERO QUE HACE QUE QUIEN LAS REALIZA LIBERE
EN TIEMPO A OTROS. Abba coloca delante de nosotros tareas que pueden parecernos
"humillantes", o demasiado "simples" para nuestras
capacidades, pero ahí es donde se revela nuestro orgullo. Si no nos humillamos
a nosotros mismos, sometemos nuestra carne rebelde y nos disponemos a realizar
todas las tareas necesarias, inclusive las que nadie quiere, no creceremos ni
seremos de mucha utilidad en el Cuerpo. NO HAY TAREA DEMASIADO HUMILLANTE SI
IMPLICA EL CRECIMIENTO DEL CUERPO Y EL LEVANTAMIENTO DEL REINO.
Si no aceptamos hacer algunas tareas porque son muy
aburridas, repetitivas y poco llamativas, ESTAMOS SIENDO ORGULLOSOS. La
soberbia está dentro de todos nosotros, no olvidemos que todos tenemos el
cuerpo de muerte en nuestro interior, con la semilla del pecado de haSatán. Si
nos centramos en lo aburrida que una tarea pueda ser en vez de centrarnos en
que estamos ayudando a otros a tener tiempo para cosas que tal vez nos parezcan
"mayores" (pero que también haremos a su tiempo, mientras otros
"barren" para liberarnos a nosotros), ESTAMOS CENTRÁNDONOS EN
NOSOTROS MISMOS Y NO EN EL REINO, que es la Voluntad del Padre.
Si comenzamos a aprender que no hay tareas grandes ni
pequeñas en el Cuerpo, porque todas conducen a un mismo fin, que es cumplir el
deseo del Padre, aprenderemos a ser limitados y quebrantados, y a someternos a
otros. Si no aprendemos a servir al Adón con otros, a aceptar la tarea que se
nos pida (porque la pide Yahweh, a final de cuentas), nunca sabremos en
realidad lo que es servir. Al servir de esta manera tendremos muchas lecciones
que aprender.
Puestos A Prueba Por La Coordinación
En mi experiencia siempre he sido puesto a prueba por los
hermanos de servicio, desde todo ángulo, desde que tuve que aprender a
someterme sobre todo. Esta clase de prueba es muy difícil de aceptar, pero no
tenemos otra opción más que someternos. Así como decimos que debemos aceptar
las autoridades gubernamentales que el Padre coloca sobre nosotros en las
naciones, así también debemos entender que ÉL NOS COLOCA BAJO AUTORIDAD UNOS A
OTROS EN EL CUERPO TAMBIÉN. La forma en que se manejen esas autoridades, será
un asunto de ellas con Yahweh, pero nuestra obediencia o desobediencia a ellas
será asunto nuestro con Él. Muchos creen que en la congregación las cosas deben
ser "democráticas", pero la democracia es un sistema humanista y
satánico. Difícil de aceptar ya que hemos sido educados en pensamientos tales como
"libertad, independencia, derechos", etc. Pero estas cosas no son
bíblicas. Estos son pensamientos que surgen del árbol del conocimiento del bien
y del mal, no del árbol de la vida. Estar con el Padre indica DEPENDENCIA, ni
independencia, y si Él coloca personas temporalmente sobre nosotros, ES SIEMPRE
PARA NUESTRO BIEN Y PARA QUE APRENDAMOS A SOMETERNOS UNOS A OTROS. Si pasamos
la prueba Él podrá usarnos para guiar a otros. Si insistimos en nuestra
independencia, Él nos permitirá que hagamos lo que queremos, pero no nos
acompañará. Recordemos siempre que CADA SITUACIÓN Y CIRCUNSTANCIA DE NUESTRAS
VIDAS ESTÁ MANEJADA Y DETERMINADA POR SU MANO. Por lo tanto, rebelarnos contra
una situación es rebelarnos contra Él.
Mejor sería que le dijéramos al Adón: "Adón, Tú has
preparado esta copa para mí, y no tengo otra opción sino tomarla". Ésta es
la manera en que aprendemos la lección de la coordinación en el servicio del
Adón. Acaso no es "La copa que mi Padre ha preparado, ¿no la he de
beber?".
Cuando servimos solos todo parece ser más conveniente, pero
servir con otros todo se torna en desventaja nuestra, a nuestros ojos. Somos
individuos que debemos aprender a coordinar en un Cuerpo, lo cual es mucho más
complejo que coordinar en un trabajo humano, que sólo requiere ponernos de
acuerdo para hacer alguna tarea. Al principio, el Padre permitirá que
funcionemos solos para trabajarnos en ciertas cosas básicas, pero llegará el
momento en que las piedras deban ser edificadas. Y no hay edificio de piedras
solitarias.
Entonces nos colocará en situaciones en las cuales deberemos
aprender a someternos a otros, a trabajar en cosas que no nos agradan, a
soportar a personas que tal vez no nos caigan del todo bien (pensemos que lo
mismo puede sucederle a otros a respecto nuestro), y aun así, SOMOS TODOS
PARTES DEL MISMO CUERPO. Abba no tolerará que no nos ajustemos. Si insistimos
en tener nuestros pensamientos propios, nos dejará de lado para que vivamos
como deseamos. Pero Sus hijos sólo debemos tener la mente de Mashíaj, que tiene
como único pensamiento no nuestra comodidad, nuestro bienestar y nuestros
deseos, sino EL DESEO DEL PADRE: la edificación del Cuerpo, Su Casa. Mashíaj no
tiene otro interés y si hacemos cosas y tomamos decisiones para nosotros
mismos, NO TENEMOS LA MENTE DE MASHÍAJ. Tal vez pueda parecer radical a muchos,
pero los verdaderos creyentes, los que aparecen en las Escrituras citados por
nombre, han sido siempre tan radicales como el Padre Yahshua cuando vino a dar
Su Vida.
Muchos prefieren hacer las cosas solos, otros prefieren no
hacer nada. Pero si no nos ajustamos unos a otros, NO SEREMOS VERDADERAMENTE
INJERTADOS. La realidad del Cuerpo implica COORDINACIÓN, no trabajo separado. E
insisto, esta coordinación es la de un cuerpo, no la de un grupo de trabajo. Es
una coordinación armonizada en el ruaj, a través del Ruaj de Mashíaj, sin
intereses personales (allá se van nuestras quejas sobre unos y otros, y sobre
el tipo de tarea que nos toque realizar), y centrados en la meta del Padre, no
en las nuestras. Todos debemos RESPONSABILIZARNOS por la Obra, y no sólo en la
medida de nuestro trabajo ya determinado, sino esforzarnos por dar más e
inclusive hacer cosas que no nos hayan pedido, porque vemos que otros no las
hacen. Esto demuestra si nuestro interés por la obra es genuino, y si nuestro
ruaj está creciendo: SI SERVIMOS A OTROS SIN RECLAMACIONES, por amor a ellos y
por amor al Padre y al Hijo. Así, debemos hacer las cosas por amor a los demás
pero esperando la recompensa del Único que la da, y no reconocimientos de
otros.
Si mantenemos nuestra independencia, individualidad y
rebeldía, estaremos en otro edificio.
Así que debemos saber que lo primero que el Padre nos enseña
es PACIENCIA. Paciencia para esperar a los más lentos, paciencia para aceptar a
los más rápidos, paciencia para soportar a los más débiles sobre nuestros
hombros, paciencia para que los más "fuertes" no se crean
suficientes, paciencia para aprender, paciencia para enseñar, paciencia cuando
nos rechazan (no nos rechazan a nosotros sino al que nos envió, dijo Él mismo),
paciencia cuando hay que recomenzar, paciencia para pedir perdón y paciencia
para otorgarlo, paciencia para poner a los demás por encima de nosotros, y
paciencia para enseñarles a asumir su propio lugar. En este aprendizaje por
paciencia, estaremos aprendiendo a negar nuestro yo, a cargar con nuestro
madero, a exhortarnos unos a otros, a amarnos los unos a los otros como a
nosotros mismos, ESTAREMOS APRENDIENDO A SERVIR COMO EL ADÓN NOS SIRVIÓ
PRIMERO.
La Relación Que Existe Entre El Ministerio Y La Congregación
Había entonces en la congregación que estaba
en Antioquía, unos profetas y maestros: Bar- Naba, Shimón llamado el Negro,
Lucio de Cirene, Menajem, que se había criado con el tetrarca Horedós, y Shaúl.
Mientras ellos ministraban a Yahweh y ayunaban, el ruaj de santidad dijo:
"Apártenme a Bar-Naba y a Shaúl para la obra a la que los he
llamado". Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y
los despidieron. Ellos entonces, enviados por el ruaj de santidad, bajaron a
Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. MaAseh 13:1-4
Para servir al Adón entre Sus hijos de la manera más
apropiada, debemos conocer la relación que existe entre la obra, o el
ministerio, y la congregación. Si consideramos la crónica y las enseñanzas
presentadas en el libro de MaAseh y en todas las epístolas del B'rit Hadashá,
veremos claramente que el ministerio está estrechamente relacionado con la
congregación; no obstante, es diferente de ella. La congregación se formó en el
día de Shavuot. Antes de ese día, no había congregación en Yahrushalayim, pero
existía algo allí, algo estrechamente relacionado con la congregación pero
diferente de ella. Lo que había allí era la obra, o el ministerio, la cual se
realizaba entre los apóstoles bajo la dirección de Kefá. Posteriormente, una
vez que la congregación en Yahrushalayim fue establecida, el ministerio, el
cual estaba en manos de los apóstoles juntamente con Kefá, seguía allí como
algo relacionado con la congregación y enteramente para la congregación, pero
diferente de ésta.
Al leer MaAseh 13 podemos ver que en Antioquía también había
una congregación, y que allí también había algo relacionado con la congregación
y para la congregación, pero que era diferente de la congregación. Esto era la
obra, el ministerio, que se realizaba entre un grupo de los siervos del Adón,
el cual incluía a los apóstoles Shaúl y Bernabé. En los capítulos siguientes de
MaAseh, la relación entre el ministerio y la congregación se ve claramente.
Antes de que las congregaciones fueran establecidas en muchas localidades, el
apóstol Shaúl viajó a esos lugares a trabajar, y fue su ministerio el que
produjo las congregaciones. Después de que esas congregaciones locales fueran
producidas y establecidas, la obra permaneció allí. Por tanto, a partir de
MaAseh 2 y hasta el final del libro, podemos ver claramente que dos cosas
corren paralelamente; una es la congregación, y la otra es el ministerio o la
obra.
Vemos con claridad que la obra que estaba en manos de los
apóstoles bajo la dirección o liderazgo de Shaúl, era cien por ciento en pro de
la congregación, pero que no era algo que provenía de la congregación. Es
decir, la obra no estaba en manos de la congregación, ni bajo el gobierno, la
dirección o control de la congregación. La congregación en Antioquía no envió a
Shaúl y a Bernabé a la obra. En la congregación no había una junta directiva de
misiones que enviaba misioneros al extranjero. Shaúl y Bernabé no estaban bajo
la dirección de la congregación en Antioquía; más bien, estaban separados de la
congregación en Antioquía. Sin embargo, se relacionaban con ella, y toda su
obra era totalmente para las congregaciones locales establecidas alrededor de
Antioquía.
Los apóstoles no hicieron ninguna obra para beneficio propio
ni de una congregación en particular; más bien, su trabajo era totalmente para
el provecho de las congregaciones locales por las cuales pasaban estableciendo
nuevas congregaciones. Ellos eran un grupo de obreros de Elohim muy
relacionados con las congregaciones, y trabajaban para producir, establecer y
edificar a las congregaciones. Con todo, la obra de ellos no era de las
congregaciones locales, ni de Antioquía ni de ninguna de las otras
congregaciones que fueron establecidas más tarde; tampoco fueron enviados por
las congregaciones ni fueron controlados por éstas. La Obra es siempre mayor
que las congregaciones, aunque las incluye como parte.
Ellos laboraban aparte de las congregaciones y su obra se
realizaba separada de ellas. Cuando asistían a las reuniones de la
congregación, se conducían como miembros de la congregación. Simplemente eran
hermanos en las reuniones de la congregación, al igual que los demás hermanos.
Sin embargo, como colaboradores del Adón, no eran apóstoles de la congregación
en Antioquía, de la congregación en Éfeso ni de ninguna otra congregación
local.
El Ministerio Y Las Congregaciones Están Directamente Bajo La
Mano Del Adón
El ministerio, la obra, tiene mucho que ver con las
congregaciones y está cien por ciento a favor de las congregaciones; sin
embargo, no es de la congregación. No está bajo el control ni la dirección de
la congregación, SINO QUE ESTÁ DIRECTAMENTE BAJO EL CONTROL DE LA CABEZA, EL
ADÓN YAHSHUA. El principio es el mismo con respecto a las congregaciones. Todas
las congregaciones tienen mucho que ver con el ministerio y con los apóstoles,
y deben aportar a la Obra, pero no están bajo la mano ni el control de los
apóstoles; están directamente bajo el Adón Yahshua como Cabeza. Una vez
adecuadamente levantadas, las congregaciones son dejadas para continuar con su
propio crecimiento. No abandonadas, sino dejadas a su propia autoridad, bajo la
autoridad de la Cabeza, y eso, dentro de su organización interna. El ministerio
no controla a las congregaciones locales, y las congregaciones no controlan al
ministerio. Pueden entrelazarse por momentos, pero se trata de dos cosas. Y
tanto la congregación como el ministerio están directamente bajo el control de
la Cabeza.
El Adón se propone mantener la obra y la congregación fuera
de las manos del hombre. El Adón no desea que Su ministerio esté en manos de
una congregación local. No es correcto que una congregación contrate a alguien
para servir al Adón ni que envíe personas a trabajar para el Adón. Esto causa
que los siervos del Adón estén en manos de los hombres y prácticamente los hace
siervos de los hombres. Para muchos, la predicación o "pastorado", o
ser misioneros, es un trabajo reconocido por las leyes gubernamentales, con
todos los beneficios de cualquier otro trabajo. ESTE NO ES EL MODO BÍBLICO.
Por estas y muchas otras causas, porque estamos todos en una
parcialidad que contiene peligrosamente demasiada carne aún, el Adón se propone
mantener a las congregaciones locales directamente en Sus manos. Según los
primeros tres capítulos de Hitgalut, el Adón es Aquel que anda entre los
candeleros de oro. Él es el único que supervisa a todas las congregaciones.
Todas las congregaciones están en Sus manos y bajo Él como Cabeza. El Adón no
está de acuerdo en que intervengan las manos del hombre. Éste es un principio
básico.
Distinguir Entre El Servicio Del Ministerio Y El Servicio De La
Congregación
Si debemos servir al Adón, debemos distinguir si servimos al
Adón en la congregación o en el ministerio. ¿Qué clase de servicio desempeñaba
Timotio? ¿Participaba en el servicio de la congregación o en el servicio del
ministerio? Podemos responder de esta manera: Cuando él iba a las reuniones de
la congregación simplemente como un hermano, lo que desempeñaba allí era el
servicio de la congregación, pero en su mayor parte, el servicio de Timoteo era
el servicio del ministerio; era un servicio para la congregación, pero no era
de la congregación. Servir al Adón en el servicio de la congregación es una
cosa, y servir al Adón en el servicio del ministerio es otra.
Cuando alguien aprende a conducir un automóvil, debe
aprender muchas lecciones. Si uno lo conduce a ciegas, como le plazca, causará
daño o muerte. Para conducir un automóvil, uno debe saber qué clase de vehículo
es, a dónde se dirige uno y en qué carril debe conducir. Hay muchas reglas que
obedecer. De la misma manera, si debemos servir al Adón, debemos aprender
muchas lecciones. Debemos servir al Adón de una manera muy clara. Muchos
hermanos y hermanas parecen tener la actitud de que es suficiente simplemente
venir y servir de cualquier manera. Sin embargo, esto causará daño. La
distinción más importante que debemos aprender en el servicio del Adón es la
relación que existe entre el ministerio y la congregación.
Había entonces en la congregación que estaba
en Antioquía, unos profetas y maestros: Bar- Naba, Shimón llamado el Negro,
Lucio de Cirene, Menajem, que se había criado con el tetrarca Horedós, y Shaúl.
Mientras ellos ministraban a Yahweh y ayunaban, el ruaj de santidad dijo:
"Apártenme a Bar-Naba y a Shaúl para la obra a la que los he
llamado". Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y
los despidieron. Ellos entonces, enviados por el ruaj de santidad, bajaron a
Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. MaAseh 13:1-4
Aquí se habla de cinco profetas y maestros que había en la
congregación en Antioquía. Hablando en un sentido estricto, estos profetas y
maestros no eran miembros locales de la congregación allí. Su reunión de
oración no era la reunión de oración de la congregación local; era una reunión
de oración del ministerio, una reunión de oración compuesta por un grupo de
obreros del Adón. Esto nos muestra que si debemos servir al Adón, debemos
servirlo en el orden correcto. Si debemos servir en el servicio de la
congregación, debemos estar bajo la coordinación de la congregación, es decir,
bajo el orden de la congregación. Pero si vamos a participar en el servicio del
ministerio, debemos estar en la coordinación del ministerio.
Sin embargo, muchos santos no consideran esto. Sienten que
con tal que sirvan al Adón, todo está bien. Estará bien por ahora, pero si no
tienen claridad sobre estos asuntos, es posible que más adelante tengan
problemas ellos mismos o con otros. Debemos conocer estos asuntos para que
seamos ayudados a servir al Adón correctamente, para que discernamos las cosas
correctamente y para relacionarnos apropiadamente con todos los hijos del Adón.
Todos y cada uno de nosotros tiene que entender estas cosas
claramente y debe considerar en qué parte del servicio del Adón se va a
colocar, ya que no participar no es una opción. En una familia, todos los
miembros de la misma colaboran para llevar adelante la casa, y la única
excepción para que no se colabore es que aún sea demasiado pequeño. Los bebés
no sólo no colaboran, sino que tampoco deben, porque podrían hacerse daño a sí
mismos o a otros. Todavía, a medida que crecen se les van entregando pequeñas
tareas a su medida. Esta es la forma de crecimiento. También así se observa la
respuesta de cada uno.
Pero si somos adultos y decimos que amamos a Yahweh y que
queremos servirlo, es necesario que entremos en la familia, en el Cuerpo.
Permanecer siempre como primos que aparecen de vez en cuando nos deja en esa
categoría de parientes lejanos. No son familia. La familia se conforma de los
miembros que conviven. Por supuesto, en este Cuerpo espiritual, hay muchas
familias en diferentes lugares; ellos son nuestros parientes lejanos: son todos
hermanos, son todos salvos, pero no nos conocemos ni sabemos acerca de nuestras
necesidades, y mucho menos podemos trabajar juntos y coordinar. Tenemos que
tomar la decisión (y es cada vez más urgente) de a qué Adón serviremos y para
qué Reino trabajaremos. No pensemos que recibiremos el mismo galardón si
dejamos que el trabajo lo hagan los demás.
No podemos servir al Adón independientemente. Debemos estar
coordinados, pero a fin de estar coordinados apropiadamente, debemos saber en
qué parte del servicio estamos. Y para eso, es necesaria la convivencia en
familia. Sin convivencia, la madre no conoce al hijo, el hijo no conoce al
padre, el esposo no conoce a la esposa y los hermanos no se conocen entre sí.
Sin convivencia real (o virtual, si fuera el caso, pero dentro de una misma
obra), no puede haber coordinación, no puede levantarse la Obra del Reino. Si
queremos servir a Yahweh, debemos servir en la congregación, debemos estar
coordinados en el servicio de la congregación, y si servimos en el ministerio,
debemos estar coordinados en el servicio del ministerio. En su momento, y sólo
a través del crecimiento corporativo, el Ruaj mostrará en cuál servicio desea
colocarnos.
Sólo puedo darles estos puntos y principios; más adelante se
darán cuenta de que esto les será de mucha ayuda para que se mantengan en un
orden apropiado. En el futuro, muchas congregaciones serán edificadas, y muchos
serán levantados por el Adón. Habrá una gran porción del servicio del
ministerio, y habrá incluso una mayor porción del servicio de la congregación.
Entonces tendremos que conocer nuestro papel, mantenernos en él y estar en
orden con respecto a la coordinación. Para esto trabajamos hoy en nuestra
capacitación personal, para aprender a gobernar y a someternos, porque no se
puede guiar a nadie si uno mismo no ha aprendido a dejarse guiar. No olvidemos
que la manifestación del Mashíaj en la tierra hoy es la Novia. Él se manifiesta
a través de los creyentes a los que Él mismo envía a realizar tareas.
Obedezcamos a los que nos coloca como guías y también obedezcamos cuando nos
envía a guiar a otros.
Las manos del hombre no pueden planear esto. Esto sólo puede
ser realizado mediante la dirección del Ruaj haKodesh, pero tenemos que
aprender todos estos principios a fin de continuar sirviendo al Adón de una
manera muy apropiada y entender a los demás cabalmente. En el futuro, estos
principios nos serán de mucho provecho.
Equilibrar Nuestra Vida Creyente Mediante La Predicación De La
Besorah
Según la historia de la congregación, los creyentes de las
generaciones anteriores se valieron de muchas maneras para predicar la Besorah
del Adón. Sin embargo, quisiéramos ver lo que dicen las Escrituras acerca de la
predicación de la Besorah. Al final de la Besorah de MattiYah, el Adón nos dijo
que fuéramos y predicáramos la Besorah a las naciones, haciéndolos
discípulos/talmidim del Adón (28:19). En las Escrituras, especialmente en los
primeros tres Evangelios, se establece el principio de que los creyentes deben
ser personas que van, que salen, llevando consigo la Besorah. Debemos ir y cumplir
la meta de la Besorah. En los Evangelios, el Adón nos llama a venir a Él, y
luego nos manda a ir a otros. Los creyentes son personas que vienen y van
constantemente. Todo el tiempo venimos al Adón, y todo el tiempo vamos a los
hombres. Venimos al Adón para obtener misericordia, gracia, vida y poder. Sin
embargo, eso es solamente la mitad del mandamiento. También debemos cumplir la
otra mitad. ¡Debemos ir! Después de venir al Adón, debemos ir a las naciones
para predicar la Besorah, para ganar las almas.
Es muy extraño que la mayoría de los creyentes no sean
personas equilibradas. El Adón nos llama a venir a Él, pero después de que
hayamos venido a Él, nos manda que vayamos a las naciones. Sin embargo, algunos
creyentes sólo aprenden a venir al Adón, pero se olvidan de ir a las naciones.
Por supuesto, hay otros creyentes que van a las naciones, pero me temo que no
vengan lo suficiente al Adón. Así que debemos ser equilibrados. Los creyentes
que van y vienen, son creyentes normales y sanos. Por una parte, tenemos que
aprender a venir al Adón todo el tiempo, día tras día; por otra parte, tenemos
que aprender a ir a otros. Venimos al Lugar Santísimo, y salimos fuera del
campamento, a las personas, a las naciones. Si tenemos la intención y el deseo
sinceros de practicar la vida de congregación, debemos ser hermanos y hermanas
que venimos al Adón día tras día y que vamos a las personas todo el tiempo.
Una buena sugerencia que he recibido de un escrito es la
siguiente. El escritor decía que para ser un creyente sano y normal, cada día
debemos invertir por lo menos diez minutos para hablar con el Adón, diez
minutos para que el Adón nos hable, diez minutos para hablar con los pecadores
y diez minutos para hablar con los santos. Cada día debemos tener estos cuatro
períodos de POR LO MENOS diez minutos cada uno. Éste no es un asunto
insignificante. Intenten ponerlo en práctica, y de a poco, extender el tiempo
en donde sea necesario, especialmente en la comunión con el Adón. Si hacemos
esto, seremos sanos en los asuntos espirituales y en el ruaj. Sin embargo, no
debemos hacer demasiado; al principio debemos hacer sólo un poco.
Tenemos que ser equilibrados. Incluso para mantener nuestra
vida física necesitamos muchas cosas, incluyendo comida, bebida y ropa. Pasa lo
mismo en la vida espiritual. Debemos incluir la predicación de la Besorah como
un elemento que equilibre nuestra vida creyente. Si no hemos predicado la
Besorah por varios días, no estaremos equilibrados. Si debemos practicar una
vida de congregación apropiada, debemos tomar la predicación de la Besorah como
el factor que equilibra tanto nuestra vida de congregación como nuestra vida
creyente. En los cuatro Evangelios, a toda persona que venía al Adón, Él la
enviaba a predicarles a otros. Los curaba, y los enviaba a los demás. MattiYah
28:19 dice que debemos ir a las naciones, y Mordejai 16:15 dice que incluso
debemos ir a toda la creación. Los creyentes tienen mucho por hacer si deben
predicar la Besorah no sólo a las naciones, sino también a toda la creación.
¡Debemos hacerlo!
Predicar La Besorah Es Un Asunto De La Congregación
En MaAseh podemos ver que la predicación de la Besorah es un
asunto de la congregación. Cuando la congregación ha sido edificada, la
predicación tiene impacto. Después de que el Adón logró efectuar la redención
por medio de Su muerte y resurrección, y después que Él ascendió, la Besorah
fue completada. Entonces, la primera vez que la Besorah fue predicada, no fue
proclamada por un sólo individuo sino por la congregación. La Besorah, después
de haber sido completada, fue predicada por primera vez mediante el Cuerpo de
Mashiaj, en el día de Shavuot. Cuando Kefá se puso en pie, él se levantó con
los otros diez; los once se levantaron juntos para proclamar la Besorah a las
personas. Ellos tenían la unidad y el impacto. Sin duda, los ciento veinte
también se mantuvieron firmes juntamente con ellos. Así que, toda la
congregación predicó la Besorah. Ciertamente hubo un gran impacto el día de
Shavuot.
La predicación de la Besorah es una batalla; por lo tanto,
tenemos que orar. Antes de arrebatar los bienes del hombre fuerte, tenemos que
atarlo. El hombre fuerte es el enemigo, HaSatán, a quien atamos. Tenemos que
pelear la batalla para poder predicar la Besorah de una manera prevaleciente.
Pero, si no hemos sido edificados como una sola entidad, entonces el enemigo,
HaSatán y los espíritus malignos, se reirán de nosotros porque no tendremos el
impacto. Habremos perdido el testimonio del Cuerpo de Mashiaj ante el enemigo.
Por tanto, si debemos predicar la Besorah de una manera prevaleciente, debemos
ser edificados como una sola entidad. Aunque haya pocos hermanos entre
nosotros, si somos uno en el ruaj y somos edificados como una sola entidad,
finalmente tendremos el impacto. En cambio, si hay divisiones entre nosotros,
si nos aferramos a nuestras opiniones y peleamos unos con otros, el impacto de
la predicación de la Besorah desaparecerá. Esto es lo que ocurre en el mundo
espiritual. En cualquier clase de mundo siempre existen ciertos principios. En
el mundo espiritual, en lo que respecta a la predicación de la Besorah, existe
el principio de la ejad del Cuerpo. Si no somos uno, simplemente perdemos el
impacto, el poder y la autoridad para predicar la Besorah.
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