Tres Clases De Ministros
"Y nosotros perseveraremos en la oración y en el ministerio de la palabra". MaAseh 6:4
La expresión "el ministerio de la palabra" también
se puede traducir "el servicio de la palabra". Ministrar quiere decir
servir, y ministro, servidor. La obra que consiste en ministrar la Palabra de
Elohim es el ministerio, y las personas que participan en ese servicio son los
ministros, o servidores. El ministerio se refiere a la actividad, mientras que
el ministro se refiere a la persona. El ministerio de la palabra ocupa un lugar
muy importante en la obra de Elohim. La proclamación de la Palabra de Elohim y
la provisión de ella siguen principios concretos que los siervos de Elohim
deben conocer.
Elohim ha hablado. Habló en el Tanaj y también en el B'rit
Hadashá. En el B'rit Hadashá habló por medio del Adón Yahshua y de la
congregación. Las Escrituras nos muestran que la obra más importante que Elohim
efectúa en la tierra es comunicar Su Palabra. Si eliminamos Su Palabra, la obra
quedará vacía y cesará. Es importante ver el lugar que ocupa la Palabra de
Elohim en Su obra, y cómo ésta se relaciona con aquélla.
¿Cómo emite Elohim Su Palabra? Posiblemente nos sorprenda,
pero El usa la voz del hombre. Si Elohim hablara directamente, los ministros de
la palabra no existirían, pero las Escrituras, la cual es la Palabra de Elohim,
hacen mención de ellos. Elohim decidió hablar por medio del hombre. Necesitamos
ver con claridad que la obra de Elohim se da a conocer por medio de Su Palabra,
la cual es expresada por el hombre. Esto nos muestra el lugar crucial que éste
ocupa en la realización de la obra de Elohim. Elohim necesita ministros,
hombres que ministren Su Palabra.
En las Escrituras encontramos tres clases de personas que
ministran y propagan la Palabra de Elohim: los profetas, el Adón Yahshua y la
Congregación. En el Tanaj, la Palabra de Elohim se trasmitía por medio de los
profetas, es decir, por medio de su ministerio; en el B'rit Hadashá, la Palabra
se hizo carne y trajo el ministerio del Adón Yahshua; y en lo que resta del
mismo, la Palabra es expresada por medio de los apóstoles, por medio de su
ministerio.
Los Ministros De La Palabra En El Tanaj: Los Profetas
En el Tanaj Elohim escogió muchos profetas para que anunciaran
Su Palabra. Estos hablaban de las visiones que recibían o cuando la Palabra de
Elohim venía a ellos, como en el caso del profeta Bilam, cuya profecía es una
de las más importantes del Tanaj (Bamidbar 23—24). Bilam profetizaba cuando el
Ruaj de Elohim venía sobre él, es decir, proclamaba lo que el Ruaj le indicaba,
sin que sus emociones o pensamientos personales intervinieran. La revelación y
la facilidad de expresión que mostraba no tenían nada que ver consigo mismo;
simplemente decía lo que Elohim le indicaba, sin añadirle nada a la Palabra de
Elohim. Su función era la de un portavoz. Este es un ejemplo típico de un
ministro de la palabra en el Tanaj. Cuando estos ministros estaban bajo el
poder del Ruaj haKodesh que los constreñía y limitaba, eran usados como
portavoces que expresaban la Palabra de Elohim. El Ruaj haKodesh proporcionaba
las palabras, y daba la facilidad de expresión. El elemento humano era
suprimido totalmente a fin de evitar cualquier confusión. Nada del hombre se
añadía a la expresión divina; su papel era simplemente el de ser un portavoz.
En el Tanaj también vemos que hombres como Moshe, David,
YeshaYah y YirmeYah fueron usados por Elohim para hablar por Él. Sin embargo,
ellos superaban a Bilam y otros profetas, en que fueron más que simples voceros
de la Palabra de Elohim. Aunque la mayor parte de los escritos de Moshe constan
de palabras e instrucciones que recibió de Elohim, cuando hablaba seguía el
mismo principio que gobernaba a Bilam; lo mismo sucedía con YeshaYah, cuyos escritos
se basan en las visiones que tuvo. Todos ellos eran portavoces de Elohim; sin
embargo, la experiencia de cada uno era diferente.
Convencido de que tenía cierto "poder", Bilam
trató de sacar provecho, y comenzó a venderse al mejor postor. Cuando Balaq lo
contrató para que maldijera a los yisraelitas, Bilam hablaba para su propio
beneficio, y lo que decía expresaba su propio sentir. Hablar de esta manera era
incorrecto, lleno de tinieblas y de pecado, y Elohim censuró tales palabras.
Moshe era diferente. Aunque la mayor parte de lo que comunicaba lo hacía por
mandato divino, cuando expresaba su parecer, sus palabras eran confirmadas y
reconocidas por Elohim como Su propia palabra. Esto indica que Moshe era más
que un vocero de Elohim. Lo mismo se puede decir de YeshaYah. Casi todas sus
profecías provinieron de las visiones que recibió directamente del Adón. Sin
embargo, podemos ver en su libro que en muchas ocasiones expresa su propio
pensamiento. David y YirmeYah, por su parte, expresaban sus propios sentimientos
más que Moshe e YeshaYah. Ellos era semejantes a los ministros del B'rit
Hadashá, aunque en general, también hablaban cuando la Palabra de Elohim venía
a ellos.
El Ministro De La Palabra En Las Besoroth: El Adón Yahshua
El Adón Yahshua era la Palabra de Elohim hecho hombre. Todo
lo que hizo y dijo constituye parte de la Palabra de Elohim. Su servicio
consistía en ministrar la Palabra de Elohim. En Él, Elohim expresaba Su palabra
de manera totalmente diferente a como lo había hecho en el Tanaj, donde lo
único que se usaba era la voz de los profetas. Inclusive Yahanan el Bautista,
el último profeta, era una "voz que clamaba en el desierto", un
portavoz de Elohim. Por el contrario, el Adón Yahshua era la Palabra misma
hecha carne, la corporificación de la Palabra; era la Dabar hecha hombre. Él
era un hombre, pero al mismo tiempo era la Palabra de Elohim. En el Tanaj,
aunque la Palabra de Elohim venía al hombre, ella y éste no se relacionaban
entre sí. El hombre simplemente era usado como un portavoz divino. Aunque hay
una pequeña variante en el caso de Moshe y David, ellos también fueron
portavoces que Elohim usó para trasmitir Su palabra durante la era del Tanaj.
Cuando el Adón Yahshua vino, la palabra de Elohim ya no llegó al hombre como antes,
sino que se vistió de hombre. Aunque Él tenía sentimientos, pensamientos y
opiniones humanas, era la Palabra de Elohim.
La pureza de la Palabra de Elohim sólo se puede preservar si
no es contaminada por los sentimientos, pensamientos y opiniones del hombre.
Por eso, cuando éstos se añadían a la Palabra de Elohim, la dañaban, y dejaba
de ser palabra de Elohim, la cual es perfecta, pura y verdadera. Cuando Elohim
emitió Su palabra por medio de Bilam, ésta se convirtió en una profecía; pero
cuando Bilam le agregaba sus propios sentimientos y opiniones, ésta dejaba de
ser la Palabra de Elohim. Sin embargo, en el caso del Adón Yahshua, la Palabra
no sólo era transmitida por medio de la voz del hombre, sino también por medio
de sus pensamientos, sentimientos y opiniones. Estos elementos humanos llegaron
a ser los de Elohim. Este es el ministerio de la palabra que Elohim comunicaba
en el Adón Yahshua, quien la ministró bajo un principio totalmente diferente al
de los ministros del Tanaj. A pesar de que a algunos de ellos Elohim los usó
bajo el principio del B'rit Hadashá, en general, le sirvieron como portavoces.
El Adón Yahshua era la Palabra de Elohim hecho carne. Podemos decir que el
sentir, los pensamientos y las opiniones del Adón Yahshua eran los de la Palabra
de Elohim. Elohim no quiere que Su palabra permanezca sola. Él quiere que se
haga carne, que tome la semejanza humana, que tenga personalidad, sentimientos,
pensamientos y opiniones. Este es el gran misterio del B'rit Hadashá, y de este
modo el Adón Yahshua fue ministro de la palabra.
La Palabra de Elohim, en la persona del Adón Yahshua, dejó
de ser algo absoluto y objetivo, y se volvió práctica y subjetiva. Pese a que
esta palabra tiene sentimientos, pensamientos y opiniones humanas, sigue siendo
la Palabra de Elohim. Aquí descubrimos un gran principio bíblico: los
sentimientos del hombre no pueden afectar ni contaminar la Palabra de Elohim.
Sin embargo, aunque los sentimientos humanos no dañan la Palabra de Elohim, es
necesario que éstos alcancen la norma divina. ¡Esto es muy profundo!
Descubrimos, entonces, un principio muy importante: el elemento humano no debe
obstruir la Palabra de Elohim. Cuando la Palabra se hizo carne, el pensamiento
de aquella carne era el pensamiento de Elohim. Originalmente, el pensamiento de
la carne era el pensamiento del hombre, pero en la era del B'rit Hadashá, la
Palabra se hizo carne, lo cual significa que el pensamiento del hombre se
volvió el pensamiento de Elohim. En el Adón Yahshua encontramos un sentir
humano compatible con la norma de Elohim y que no contamina la Palabra de
Elohim, sino que la complementa. El elemento humano del Adón Yahshua satisfizo
los requisitos de la Palabra de Elohim. Podemos ver que en el Adón Yahshua la
Palabra de Elohim alcanza un nivel más elevado que el del Tanaj. El Adón dice
en MattiYah 5:21: "Ustedes oyeron
que se les dijo a los antiguos...", refiriéndose a la palabra que
Yahweh le dio a Moshe, es decir, a la inspiración directa que Moshe recibió de
parte de Elohim. "Pero Yo les digo..."
(pasuk 22). El Adón Yahshua habla por Sí mismo y manifiesta lo que piensa y
siente, sin que eso desplace la soberanía de Elohim. Esta manera de hablar no
contradice la Palabra de Elohim, sino que la complementa y alcanza un nivel que
no tuvo en el Tanaj.
Veamos las características del Adón Yahshua como ministro de
la Palabra de Elohim. En Él se complementa la Palabra de Elohim. Este hombre
sin pecado no era solamente una voz, sino una persona con sentimientos y
pensamientos. La Palabra de Elohim dejó de ser una simple revelación y llegó a
ser el mismo Adón Yahshua, y ya no se difundía solamente por medio de la voz
humana, sino que se hizo hombre, se personificó, se unió a la palabra del
hombre y llegó a ser así la Palabra de Elohim hecha hombre. ¡Este es un hecho
glorioso! ¡Cuando Yahshua de Nazaret hablaba, Elohim hablaba! He aquí un hombre
cuyas palabras nadie podía igualar. No ha habido nadie que haya hablado como
Yahshua. Él era una persona absolutamente sin pecado, el Santo de Elohim y
completamente de Elohim. Ya que la Palabra de Elohim estaba en Yahshua, Él era
la corporificación de ella. La Palabra de Elohim estaba en Él, y Él era la
Palabra de Elohim, así que cuando hablaba, era Elohim mismo quien hablaba. Él
era un ministro de la palabra en quien la palabra de Elohim era totalmente
personal, porque Él mismo era la Palabra de Elohim.
En el Tanaj los profetas hablaban por Elohim, pero en las
Besoroth, el Adón Yahshua era la Palabra de Elohim. En el tiempo de los
profetas, cuando éstos hablaban, se podía declarar: "He aquí la Palabra de Elohim"; pero en el caso del Adón
Yahshua, podemos dirigirnos a Su misma persona y declarar: "Este hombre es la Palabra de Elohim". Lo que Él sentía,
lo que pensaba, lo que decía, e incluso Su silencio, era la Palabra de Elohim.
El ministro de la Palabra de Elohim avanzó de la etapa de la revelación a la de
la encarnación. Los profetas tenían la revelación, pero el Adón Yahshua era la
Palabra de Elohim. En el Tanaj, la palabra y la persona que la anunciaba eran
dos entidades separadas. El hombre sólo era el medio que canalizaba la palabra,
pero en el Adón Yahshua, la Palabra se hizo carne. Un hombre llegó a ser la
Palabra de Elohim; así que cuando Él hablaba, Elohim hablaba. Él no necesitaba
ninguna revelación, ni que la Palabra de Elohim viniera a Él de manera externa,
a fin de comunicar la palabra divina, porque Sus propias palabras eran las
palabras de Elohim. Elohim hablaba cuando Él hablaba, Su sentir era lo que
Elohim sentía, y Su opinión era la opinión de Elohim. En este hombre, la
Palabra de Elohim no era afectada ni limitada por el elemento humano. Cuando
este hombre hablaba, emitía con pureza la palabra de Elohim. Aunque Él era un
hombre, la Palabra de Elohim no se opacaba al pasar por Él, sino que era
expresada en plenitud. Este fue el ministerio de Yahshua ha Mashíaj.
Los Ministros De La Palabra En El B'rit Hadashá: Los Apóstoles
Veamos otra clase de ministros de la palabra en el B'rit
Hadashá: los apóstoles. En el Tanaj el ministerio de la Palabra era exclusivamente
objetivo, porque se llevaba a cabo cuando ésta venía al hombre, quien usaba su
voz como vehículo, mientras que el ministerio del Adón Yahshua era subjetivo o
experimental, porque Él no recibía la visitación de la palabra, sino que Él era
la Palabra encarnado en un hombre. Así que la Palabra tenía voz, pensamientos,
sentimientos y opiniones. Todo lo que constituía parte de este hombre estaba al
servicio de la Palabra, ya que cada aspecto del Adón Yahshua armonizaba con la
Palabra de Elohim.
Al examinar a los apóstoles y su ministerio, encontramos que
tiene el mismo carácter que el del Adón Yahshua, y descubrimos que estaba
mezclado con la revelación del Tanaj. La diferencia entre el ministerio de la
palabra en el B'rit Hadashá y el ministerio de la palabra del Adón Yahshua
radica en que en el caso del Adón, quien era la Palabra de Elohim hecha carne,
se tiene primero la Palabra de Elohim, y luego la carne que armoniza con el
ministerio; es decir, los sentimientos, los pensamientos y la conciencia de
este hombre armonizan con la Palabra de Elohim; mientras que en el ministerio
de la Palabra en el B'rit Hadashá se tiene primero la carne. Todos nosotros
tenemos la carne, y para poder ser ministros de la Palabra, es necesario que
ésta sea transformada para que los pensamientos, los sentimientos y las
opiniones puedan cumplir los requisitos de la Palabra de Elohim. Podemos decir
que el ministerio de la palabra en el B'rit Hadashá es diferente a su homólogo
en el Tanaj y también al ministerio del Adón Yahshua. El ministerio del Adón
Yahshua era ciento por ciento subjetivo o personal, ya que Él mismo era la
Palabra. Por otra parte, el ministerio del B'rit Hadashá, se compone del
ministerio de los profetas y el del Adón Yahshua. En este ministerio encontramos
la visitación y la revelación, mezcladas con los sentimientos, los pensamientos
y las opiniones. El ministerio de la palabra en el B'rit Hadashá está compuesto
de la revelación divina y los elementos humanos.
Los hombres a quienes Elohim escogió en el B'rit Hadashá son
diferentes al Adón Yahshua, quien es "lo santo que nacerá" (Luka
1:35), el Santo de Elohim, y aquel en quien no hay mezcla, porque Él es la
Palabra. En los escogidos, por una parte, Elohim deposita Su Palabra, y por
otra, los disciplina y los edifica. Él hace uso de los pensamientos, de los
sentimientos, las opiniones y las características de ellos, a la vez que los
disciplina para que expresen Su palabra. Un ministro de la palabra del B'rit
Hadashá no sólo posee la Palabra de Elohim y la expresa por medio de su voz,
sino que la da a conocer en toda su extensión por medio de su vida humana. A
Elohim le place que Su palabra esté en el hombre y dejar que éste la exprese.
El Adón Yahshua es la Palabra hecho carne, mientras que los ministros del B'rit
Hadashá expresan la palabra en una carne que ha sido disciplinada por Elohim.
Los Elementos Humanos Mezclados En La Inspiración Divina
Algunas personas piensan que la inspiración divina no debe
tener nada del elemento humano, porque una vez que éste se infiltra, aquélla
deja de ser divina. Esto no es así. Los que tienen esa idea no comprenden la
naturaleza de la inspiración. La inspiración divina contiene elementos humanos
y es expresada por medio de ellos. Aunque en el ministerio profético del Tanaj
los elementos humanos eran ínfimos, no podemos decir que no estuviesen
presentes, porque Elohim usó la voz humana para dar a conocer Su mensaje. El
Adón Yahshua era la Palabra hecho carne, y todos los elementos humanos que
estaban en El constituían la Palabra de Elohim. Hoy, en la era del B'rit
Hadashá, los ministros expresan la Palabra de Elohim por medio del elemento
humano.
Al leer el B'rit Hadashá, vemos que Shaúl con frecuencia usó
palabras que Kefá nunca usó; lo mismo sucedió entre Yahanan y MattiYah. Muchas
palabras sólo se encuentran en los escritos de Luka, y otras en los escritos de
Mordejai. En las Escrituras, cada escritor tiene sus características
particulares. De allí que los cuatro evangelios son diferentes entre sí. El
estilo de las epístolas de Shaúl es distinto al de las epístolas de Kefá; por
otro lado, la Besorah de Yahanan y sus epístolas tienen un tono similar. Por
ejemplo, la primera expresión de su evangelio dice: "En el
principio", y la primera frase de su primera epístola es: "Lo que era
desde el principio". Una habla del principio, y la otra de lo que existía
desde el principio. En el libro de Hitgalut él desarrolla su evangelio y sus
epístolas. Podemos observar también que cada escritor usa ciertas expresiones
que contienen un sello personal. Luka era doctor, y por eso al describir
enfermedades usa términos médicos; en cambio los escritores de los otros
evangelios sólo las describen en términos generales. El libro de MaAseh también
fue escrito por Luka, por eso encontramos allí muchos términos médicos. Cada
evangelio usa una terminología distintiva y temas característicos y únicos de
los escritores. Por ejemplo, Mordejai usa de una manera peculiar la palabra
"EUDSÉOS" (G2112), que es traducida como "luego", "en
seguida", "inmediatamente" unas 40 veces; MattiYah usa la
expresión "el Reino de los Cielos" (33 veces), y Luka emplea la
expresión "el Reino de Elohim" (33 veces también). Cada libro de las
Escrituras tiene las huellas de su escritor; no obstante, es la Palabra de
Elohim.
El B'rit Hadashá está lleno del elemento humano, pero no por
eso deja de ser la Palabra de Elohim, en su mayor parte; aun así, hay partes en
las que se manifiesta el individuo por sí mismo. Cada escritor tiene su propio
estilo, sus propias expresiones y sus características personales, y Elohim usa
a cada uno para emitir Su palabra, sin que ésta sufra daño en el proceso. La
Palabra contiene marcas y características humanas, pero es la Palabra de
Elohim. Este es el ministerio del B'rit Hadashá, en el cual Elohim le dio al
hombre la responsabilidad de expresar Su palabra. Elohim usa los elementos del
hombre, pero no como una grabadora que se limita a repetir lo que recibe. El
Adón Yahshua vino, y el Ruaj haKodesh efectuó Su obra en el hombre. La meta de
esta obra es retener los elementos humanos sin que éstos afecten las palabras
divinas. Este es el fundamento del ministerio del B'rit Hadashá. El Ruaj
haKodesh actúa en el hombre sin desechar el elemento humano y sin sacrificar la
Palabra de Elohim. Si la Palabra de Yahweh eliminara el elemento humano, el
hombre sería una grabadora. Ni siquiera en el Tanaj el "estilo"
humano fue dejado de lado. El elemento humano complementa la Palabra de Elohim.
En el ministerio del B'rit Hadashá, Elohim desea usar todos los elementos del
hombre. Por medio de la restricción, la regulación y la operación del Ruaj
haKodesh, estos elementos pueden ser usados por Yahweh para comunicar Su
palabra. Sin embargo, el ministro de la Palabra de Elohim en el B'rit Hadashá
debe estar lleno de Elohim.
Un músico que sepa tocar el piano, la guitarra y el violín,
puede tocar la misma melodía en cada uno de dichos instrumentos. Ya que cada
instrumento tiene sus propias características, la música producida por cada uno
también diferirá. Hay personas que pueden determinar si una melodía procede de
un piano o de un violín. Aunque la tonada sea la misma, el timbre es diferente.
Si bien los instrumentos son diferentes, aun así, ponen de manifiesto el
sentimiento y carácter de la música. El caso es el mismo con los ministros del
B'rit Hadashá. Algunos son como el piano, otros como la guitarra, y otros como
el violín. La tonada es la misma, pero los sonidos son diferentes. Cada vez que
una persona anuncia la Palabra de Elohim, nos damos cuenta de que lo que dice
contiene sus propios elementos, y sin embargo, Elohim la usa. Dichos elementos
no obstaculizan la Palabra de Elohim, porque son regulados, dirigidos y
perfeccionados por el Ruaj haKodesh. Cada vez que la Palabra se proclama es
glorificada.
Puesto que la Palabra de Elohim tiene que pasar por el
hombre y a su paso adquiere los elementos humanos, quienes nunca hayan
experimentado la disciplina de Elohim no deben esperar que sus elementos
humanos sean de mucha utilidad, porque cuando Elohim los trae a la luz, no
pueden ser usados para expresar Su palabra. Una persona así no sirve como
ministro de la Palabra de Elohim. En el Tanaj Elohim usó una asna para que
hablara por Él, pero ahora estamos en la era del B'rit Hadashá, cuyo ministerio
de la palabra es totalmente diferente. En el B'rit Hadashá la Palabra de Elohim
es expresada por medio del elemento humano. Por esta razón, Elohim es muy
selectivo. Él sabe a quién puede usar. Si no hemos experimentado la disciplina,
no podremos ser ministros de la palabra. Para ser canales de la Palabra de
Elohim, es necesario ser calibrados. Sería simple si Yahweh hiciera a un lado
el elemento humano, pero Él no hace eso. Así que, si las personas a quienes Él
usa no son competentes, se convierten en un problema. Cuando lo humano está
contaminado y tiene manchas, carnalidad y rasgos de la condición caída, Elohim
tiene que desecharlo porque no lo puede usar. Algunas personas nunca han sido
quebrantadas por el Adón; otras tienen la mente sucia y engañosa; algunos
argumentan con Elohim, mientras que la mente y la parte afectiva de otros son
insubordinadas. Esto hace que se vuelvan obstinados. Elohim no puede comunicar
Su Palabra por medio de estas personas. Aunque ellas reciben la Palabra de
Elohim, no la pueden comunicar a los demás; y aun si se esfuerzan por hacerlo,
no lo logran. Para ser un ministro de la Palabra de Elohim en el B'rit Hadashá,
la condición que uno tenga ante Él es decisiva.
Elohim no desea que Su palabra le pertenezca sólo a Él; Él
quiere que el hombre la proclame como si procediera directamente de Él, es
decir, que sea verdaderamente divina y al mismo tiempo humana. Al leer las
Escrituras, no encontramos ninguna palabra que no haya sido escrita por el
hombre. Desde la primera página hasta la última se nota la participación
humana. Estos escritos son muy humanos; no obstante, son divinos, porque
contienen también la Palabra de Elohim. Elohim quiere que Su palabra sea
expresada por medio del hombre. Este es el ministerio de la palabra en el B'rit
Hadashá.
Dice Shaúl en Qorintiyim Bet 2:4: "Porque por la mucha
tribulación y angustia del corazón les escribí con muchas lágrimas". Era
así como él servía la Palabra de Elohim. He aquí un hombre que volcaba todo su
ser al anunciar esta palabra, expresando así sus sentimientos. Cuando le llegó
la palabra de Elohim, él estaba afligido y angustiado de corazón, de manera que
escribió con muchas lágrimas, mezclando así sus sentimientos con la Palabra de
Elohim. Sus elementos humanos realzaron la Palabra de Elohim. Shaúl estaba
lleno de sentimientos y pensamientos, y los ejercitó, de tal manera que
mientras escribía la Palabra de Elohim, lo hacía con muchas lágrimas por la
aflicción y angustia que sentía en su corazón, no como los que hablan en
lenguas, quienes reciben palabras y las transmiten sin que la mente participe
en eso. Shaúl es un ministro de la palabra en el B'rit Hadashá.
Elohim usa todo el ser del hombre para comunicar Su palabra.
Las características, los ademanes, el tono de voz y lo que él experimenta del
Adón, fluyen por medio de la Palabra; y por medio de ésta, nos damos cuenta a
qué grado la persona ha sido instruida, disciplinada y probada por Elohim.
Cuando la Palabra de Elohim viene al hombre, éste la puede expresar sin que el
elemento humano la afecte negativamente. Esto es lo que significa ser ministro
de la palabra del B'rit Hadashá. La Palabra de Elohim puede fluir libremente
por medio de tal ministro, sin que el elemento humano la contamine. La palabra
divina es contaminada sólo si el elemento humano, el cual opera juntamente con
ella es carnal y natural.
La Palabra de Elohim llega a su plenitud cuando está llena
de los elementos humanos. Por eso, al encomendar Su palabra al hombre, Elohim
requiere que la condición de éste sea apropiada. Elohim habla usando el
principio de la encarnación, es decir, la palabra se hace carne. Esto no
significa que se haya degradado al punto de sólo ser palabras de hombre, sino
que ha sido sazonada con el sabor humano; aun así, es pura. Esta es
verdaderamente la palabra del hombre y al mismo tiempo es la palabra genuina de
Elohim. En el ministerio de la palabra en el B'rit Hadashá, el hombre habla la
Palabra de Elohim. Vemos este hecho al leer Hechos, Qorintiyim Alef y
Qorintiyim Bet, Timotio Alef y Timotio Bet, Tito y Filemón.
¡Cuán grande es la responsabilidad de los que anuncian la
Palabra de Elohim! Las equivocaciones de una persona y los elementos impuros de
sus palabras, contaminan y dañan la Palabra de Elohim. Debemos comprender que
el factor crucial cuando proclamamos la Palabra de Elohim no es la cantidad de
conocimiento bíblico que poseamos, porque de nada sirve tener conocimiento y
doctrinas, si sólo es algo teórico. Se puede predicar mucho acerca de estas
cosas sin ser parte de ellas. Por supuesto, no somos el Adón Yahshua, quien era
la Palabra hecha carne; sin embargo, como ministros de la palabra, debemos
comprender que Él necesita nuestro cuerpo para expresar Su Palabra. Por lo
tanto, nuestra carne debe llegar a su fin. Diariamente necesitamos
reconciliarnos con Elohim y experimentar Su corrección. De no ser así,
afectaremos la Palabra de Elohim tan pronto pase por nosotros y se mezcle con
nuestras palabras.
No piensen que todos podemos comunicar la Palabra de Elohim.
Sólo quienes han experimentado la disciplina de Elohim pueden hacerlo, y aun
así, CUANDO ÉL DETERMINA. El reto más grande que enfrenta el que anuncia la
Palabra de Elohim no es lo oportuno del tema ni la elocuencia, sino su persona.
Si ésta no es recta, lo demás tampoco lo será. Quiera Elohim mostrarnos la
manera de servir en el ministerio de la Palabra. Debemos recordar que predicar
no es un asunto sencillo, ya que es el servicio de la Palabra de Elohim a Su
pueblo. Que el Adón tenga misericordia de nosotros. Debido a que todo nuestro
ser es afectado por la Palabra de Elohim, cualquier elemento deformado que se
encuentre en nuestros pensamientos, en nuestras expresiones y en nuestra
actitud, y cualquier vacío que tengamos en nuestro aprendizaje y experiencia,
aun sin proponérnoslo, dañará la Palabra de Elohim. Todo nuestro ser necesita
ser disciplinado por el Adón. Esto evitará que Su palabra sea contaminada por
nosotros cuando sirvamos como ministros, y hará que la podamos presentar de una
manera pura. Esto lo podemos ver en Shaúl, Kefá, MattiYah, Mordejai, Luka y
Yahanan y en muchos otros siervos del Adón. La Palabra de Elohim tiene
elementos humanos, pero no expresa la carne; por el contrario, hay gloria en su
expresión. Es maravilloso que la Palabra de Elohim sea la palabra del hombre, y
que la palabra del hombre sea la Palabra de Elohim.
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