31 de diciembre de 2021

PSN21 - El Que Ministra

 


Tres Clases De Ministros

 

"Y nosotros perseveraremos en la oración y en el ministerio de la palabra". MaAseh 6:4

 

La expresión "el ministerio de la palabra" también se puede traducir "el servicio de la palabra". Ministrar quiere decir servir, y ministro, servidor. La obra que consiste en ministrar la Palabra de Elohim es el ministerio, y las personas que participan en ese servicio son los ministros, o servidores. El ministerio se refiere a la actividad, mientras que el ministro se refiere a la persona. El ministerio de la palabra ocupa un lugar muy importante en la obra de Elohim. La proclamación de la Palabra de Elohim y la provisión de ella siguen principios concretos que los siervos de Elohim deben conocer.

 

Elohim ha hablado. Habló en el Tanaj y también en el B'rit Hadashá. En el B'rit Hadashá habló por medio del Adón Yahshua y de la congregación. Las Escrituras nos muestran que la obra más importante que Elohim efectúa en la tierra es comunicar Su Palabra. Si eliminamos Su Palabra, la obra quedará vacía y cesará. Es importante ver el lugar que ocupa la Palabra de Elohim en Su obra, y cómo ésta se relaciona con aquélla.

 

¿Cómo emite Elohim Su Palabra? Posiblemente nos sorprenda, pero El usa la voz del hombre. Si Elohim hablara directamente, los ministros de la palabra no existirían, pero las Escrituras, la cual es la Palabra de Elohim, hacen mención de ellos. Elohim decidió hablar por medio del hombre. Necesitamos ver con claridad que la obra de Elohim se da a conocer por medio de Su Palabra, la cual es expresada por el hombre. Esto nos muestra el lugar crucial que éste ocupa en la realización de la obra de Elohim. Elohim necesita ministros, hombres que ministren Su Palabra.

 

En las Escrituras encontramos tres clases de personas que ministran y propagan la Palabra de Elohim: los profetas, el Adón Yahshua y la Congregación. En el Tanaj, la Palabra de Elohim se trasmitía por medio de los profetas, es decir, por medio de su ministerio; en el B'rit Hadashá, la Palabra se hizo carne y trajo el ministerio del Adón Yahshua; y en lo que resta del mismo, la Palabra es expresada por medio de los apóstoles, por medio de su ministerio.

 

 

Los Ministros De La Palabra En El Tanaj: Los Profetas

 

En el Tanaj Elohim escogió muchos profetas para que anunciaran Su Palabra. Estos hablaban de las visiones que recibían o cuando la Palabra de Elohim venía a ellos, como en el caso del profeta Bilam, cuya profecía es una de las más importantes del Tanaj (Bamidbar 23—24). Bilam profetizaba cuando el Ruaj de Elohim venía sobre él, es decir, proclamaba lo que el Ruaj le indicaba, sin que sus emociones o pensamientos personales intervinieran. La revelación y la facilidad de expresión que mostraba no tenían nada que ver consigo mismo; simplemente decía lo que Elohim le indicaba, sin añadirle nada a la Palabra de Elohim. Su función era la de un portavoz. Este es un ejemplo típico de un ministro de la palabra en el Tanaj. Cuando estos ministros estaban bajo el poder del Ruaj haKodesh que los constreñía y limitaba, eran usados como portavoces que expresaban la Palabra de Elohim. El Ruaj haKodesh proporcionaba las palabras, y daba la facilidad de expresión. El elemento humano era suprimido totalmente a fin de evitar cualquier confusión. Nada del hombre se añadía a la expresión divina; su papel era simplemente el de ser un portavoz.

 

En el Tanaj también vemos que hombres como Moshe, David, YeshaYah y YirmeYah fueron usados por Elohim para hablar por Él. Sin embargo, ellos superaban a Bilam y otros profetas, en que fueron más que simples voceros de la Palabra de Elohim. Aunque la mayor parte de los escritos de Moshe constan de palabras e instrucciones que recibió de Elohim, cuando hablaba seguía el mismo principio que gobernaba a Bilam; lo mismo sucedía con YeshaYah, cuyos escritos se basan en las visiones que tuvo. Todos ellos eran portavoces de Elohim; sin embargo, la experiencia de cada uno era diferente.

 

Convencido de que tenía cierto "poder", Bilam trató de sacar provecho, y comenzó a venderse al mejor postor. Cuando Balaq lo contrató para que maldijera a los yisraelitas, Bilam hablaba para su propio beneficio, y lo que decía expresaba su propio sentir. Hablar de esta manera era incorrecto, lleno de tinieblas y de pecado, y Elohim censuró tales palabras. Moshe era diferente. Aunque la mayor parte de lo que comunicaba lo hacía por mandato divino, cuando expresaba su parecer, sus palabras eran confirmadas y reconocidas por Elohim como Su propia palabra. Esto indica que Moshe era más que un vocero de Elohim. Lo mismo se puede decir de YeshaYah. Casi todas sus profecías provinieron de las visiones que recibió directamente del Adón. Sin embargo, podemos ver en su libro que en muchas ocasiones expresa su propio pensamiento. David y YirmeYah, por su parte, expresaban sus propios sentimientos más que Moshe e YeshaYah. Ellos era semejantes a los ministros del B'rit Hadashá, aunque en general, también hablaban cuando la Palabra de Elohim venía a ellos.

 

 

El Ministro De La Palabra En Las Besoroth: El Adón Yahshua

 

El Adón Yahshua era la Palabra de Elohim hecho hombre. Todo lo que hizo y dijo constituye parte de la Palabra de Elohim. Su servicio consistía en ministrar la Palabra de Elohim. En Él, Elohim expresaba Su palabra de manera totalmente diferente a como lo había hecho en el Tanaj, donde lo único que se usaba era la voz de los profetas. Inclusive Yahanan el Bautista, el último profeta, era una "voz que clamaba en el desierto", un portavoz de Elohim. Por el contrario, el Adón Yahshua era la Palabra misma hecha carne, la corporificación de la Palabra; era la Dabar hecha hombre. Él era un hombre, pero al mismo tiempo era la Palabra de Elohim. En el Tanaj, aunque la Palabra de Elohim venía al hombre, ella y éste no se relacionaban entre sí. El hombre simplemente era usado como un portavoz divino. Aunque hay una pequeña variante en el caso de Moshe y David, ellos también fueron portavoces que Elohim usó para trasmitir Su palabra durante la era del Tanaj. Cuando el Adón Yahshua vino, la palabra de Elohim ya no llegó al hombre como antes, sino que se vistió de hombre. Aunque Él tenía sentimientos, pensamientos y opiniones humanas, era la Palabra de Elohim.

 

La pureza de la Palabra de Elohim sólo se puede preservar si no es contaminada por los sentimientos, pensamientos y opiniones del hombre. Por eso, cuando éstos se añadían a la Palabra de Elohim, la dañaban, y dejaba de ser palabra de Elohim, la cual es perfecta, pura y verdadera. Cuando Elohim emitió Su palabra por medio de Bilam, ésta se convirtió en una profecía; pero cuando Bilam le agregaba sus propios sentimientos y opiniones, ésta dejaba de ser la Palabra de Elohim. Sin embargo, en el caso del Adón Yahshua, la Palabra no sólo era transmitida por medio de la voz del hombre, sino también por medio de sus pensamientos, sentimientos y opiniones. Estos elementos humanos llegaron a ser los de Elohim. Este es el ministerio de la palabra que Elohim comunicaba en el Adón Yahshua, quien la ministró bajo un principio totalmente diferente al de los ministros del Tanaj. A pesar de que a algunos de ellos Elohim los usó bajo el principio del B'rit Hadashá, en general, le sirvieron como portavoces. El Adón Yahshua era la Palabra de Elohim hecho carne. Podemos decir que el sentir, los pensamientos y las opiniones del Adón Yahshua eran los de la Palabra de Elohim. Elohim no quiere que Su palabra permanezca sola. Él quiere que se haga carne, que tome la semejanza humana, que tenga personalidad, sentimientos, pensamientos y opiniones. Este es el gran misterio del B'rit Hadashá, y de este modo el Adón Yahshua fue ministro de la palabra.

 

La Palabra de Elohim, en la persona del Adón Yahshua, dejó de ser algo absoluto y objetivo, y se volvió práctica y subjetiva. Pese a que esta palabra tiene sentimientos, pensamientos y opiniones humanas, sigue siendo la Palabra de Elohim. Aquí descubrimos un gran principio bíblico: los sentimientos del hombre no pueden afectar ni contaminar la Palabra de Elohim. Sin embargo, aunque los sentimientos humanos no dañan la Palabra de Elohim, es necesario que éstos alcancen la norma divina. ¡Esto es muy profundo! Descubrimos, entonces, un principio muy importante: el elemento humano no debe obstruir la Palabra de Elohim. Cuando la Palabra se hizo carne, el pensamiento de aquella carne era el pensamiento de Elohim. Originalmente, el pensamiento de la carne era el pensamiento del hombre, pero en la era del B'rit Hadashá, la Palabra se hizo carne, lo cual significa que el pensamiento del hombre se volvió el pensamiento de Elohim. En el Adón Yahshua encontramos un sentir humano compatible con la norma de Elohim y que no contamina la Palabra de Elohim, sino que la complementa. El elemento humano del Adón Yahshua satisfizo los requisitos de la Palabra de Elohim. Podemos ver que en el Adón Yahshua la Palabra de Elohim alcanza un nivel más elevado que el del Tanaj. El Adón dice en MattiYah 5:21: "Ustedes oyeron que se les dijo a los antiguos...", refiriéndose a la palabra que Yahweh le dio a Moshe, es decir, a la inspiración directa que Moshe recibió de parte de Elohim. "Pero Yo les digo..." (pasuk 22). El Adón Yahshua habla por Sí mismo y manifiesta lo que piensa y siente, sin que eso desplace la soberanía de Elohim. Esta manera de hablar no contradice la Palabra de Elohim, sino que la complementa y alcanza un nivel que no tuvo en el Tanaj.

 

Veamos las características del Adón Yahshua como ministro de la Palabra de Elohim. En Él se complementa la Palabra de Elohim. Este hombre sin pecado no era solamente una voz, sino una persona con sentimientos y pensamientos. La Palabra de Elohim dejó de ser una simple revelación y llegó a ser el mismo Adón Yahshua, y ya no se difundía solamente por medio de la voz humana, sino que se hizo hombre, se personificó, se unió a la palabra del hombre y llegó a ser así la Palabra de Elohim hecha hombre. ¡Este es un hecho glorioso! ¡Cuando Yahshua de Nazaret hablaba, Elohim hablaba! He aquí un hombre cuyas palabras nadie podía igualar. No ha habido nadie que haya hablado como Yahshua. Él era una persona absolutamente sin pecado, el Santo de Elohim y completamente de Elohim. Ya que la Palabra de Elohim estaba en Yahshua, Él era la corporificación de ella. La Palabra de Elohim estaba en Él, y Él era la Palabra de Elohim, así que cuando hablaba, era Elohim mismo quien hablaba. Él era un ministro de la palabra en quien la palabra de Elohim era totalmente personal, porque Él mismo era la Palabra de Elohim.

 

En el Tanaj los profetas hablaban por Elohim, pero en las Besoroth, el Adón Yahshua era la Palabra de Elohim. En el tiempo de los profetas, cuando éstos hablaban, se podía declarar: "He aquí la Palabra de Elohim"; pero en el caso del Adón Yahshua, podemos dirigirnos a Su misma persona y declarar: "Este hombre es la Palabra de Elohim". Lo que Él sentía, lo que pensaba, lo que decía, e incluso Su silencio, era la Palabra de Elohim. El ministro de la Palabra de Elohim avanzó de la etapa de la revelación a la de la encarnación. Los profetas tenían la revelación, pero el Adón Yahshua era la Palabra de Elohim. En el Tanaj, la palabra y la persona que la anunciaba eran dos entidades separadas. El hombre sólo era el medio que canalizaba la palabra, pero en el Adón Yahshua, la Palabra se hizo carne. Un hombre llegó a ser la Palabra de Elohim; así que cuando Él hablaba, Elohim hablaba. Él no necesitaba ninguna revelación, ni que la Palabra de Elohim viniera a Él de manera externa, a fin de comunicar la palabra divina, porque Sus propias palabras eran las palabras de Elohim. Elohim hablaba cuando Él hablaba, Su sentir era lo que Elohim sentía, y Su opinión era la opinión de Elohim. En este hombre, la Palabra de Elohim no era afectada ni limitada por el elemento humano. Cuando este hombre hablaba, emitía con pureza la palabra de Elohim. Aunque Él era un hombre, la Palabra de Elohim no se opacaba al pasar por Él, sino que era expresada en plenitud. Este fue el ministerio de Yahshua ha Mashíaj.

 

 

Los Ministros De La Palabra En El B'rit Hadashá: Los Apóstoles

 

Veamos otra clase de ministros de la palabra en el B'rit Hadashá: los apóstoles. En el Tanaj el ministerio de la Palabra era exclusivamente objetivo, porque se llevaba a cabo cuando ésta venía al hombre, quien usaba su voz como vehículo, mientras que el ministerio del Adón Yahshua era subjetivo o experimental, porque Él no recibía la visitación de la palabra, sino que Él era la Palabra encarnado en un hombre. Así que la Palabra tenía voz, pensamientos, sentimientos y opiniones. Todo lo que constituía parte de este hombre estaba al servicio de la Palabra, ya que cada aspecto del Adón Yahshua armonizaba con la Palabra de Elohim.

 

Al examinar a los apóstoles y su ministerio, encontramos que tiene el mismo carácter que el del Adón Yahshua, y descubrimos que estaba mezclado con la revelación del Tanaj. La diferencia entre el ministerio de la palabra en el B'rit Hadashá y el ministerio de la palabra del Adón Yahshua radica en que en el caso del Adón, quien era la Palabra de Elohim hecha carne, se tiene primero la Palabra de Elohim, y luego la carne que armoniza con el ministerio; es decir, los sentimientos, los pensamientos y la conciencia de este hombre armonizan con la Palabra de Elohim; mientras que en el ministerio de la Palabra en el B'rit Hadashá se tiene primero la carne. Todos nosotros tenemos la carne, y para poder ser ministros de la Palabra, es necesario que ésta sea transformada para que los pensamientos, los sentimientos y las opiniones puedan cumplir los requisitos de la Palabra de Elohim. Podemos decir que el ministerio de la palabra en el B'rit Hadashá es diferente a su homólogo en el Tanaj y también al ministerio del Adón Yahshua. El ministerio del Adón Yahshua era ciento por ciento subjetivo o personal, ya que Él mismo era la Palabra. Por otra parte, el ministerio del B'rit Hadashá, se compone del ministerio de los profetas y el del Adón Yahshua. En este ministerio encontramos la visitación y la revelación, mezcladas con los sentimientos, los pensamientos y las opiniones. El ministerio de la palabra en el B'rit Hadashá está compuesto de la revelación divina y los elementos humanos.

 

Los hombres a quienes Elohim escogió en el B'rit Hadashá son diferentes al Adón Yahshua, quien es "lo santo que nacerá" (Luka 1:35), el Santo de Elohim, y aquel en quien no hay mezcla, porque Él es la Palabra. En los escogidos, por una parte, Elohim deposita Su Palabra, y por otra, los disciplina y los edifica. Él hace uso de los pensamientos, de los sentimientos, las opiniones y las características de ellos, a la vez que los disciplina para que expresen Su palabra. Un ministro de la palabra del B'rit Hadashá no sólo posee la Palabra de Elohim y la expresa por medio de su voz, sino que la da a conocer en toda su extensión por medio de su vida humana. A Elohim le place que Su palabra esté en el hombre y dejar que éste la exprese. El Adón Yahshua es la Palabra hecho carne, mientras que los ministros del B'rit Hadashá expresan la palabra en una carne que ha sido disciplinada por Elohim.

 

 

Los Elementos Humanos Mezclados En La Inspiración Divina

 

Algunas personas piensan que la inspiración divina no debe tener nada del elemento humano, porque una vez que éste se infiltra, aquélla deja de ser divina. Esto no es así. Los que tienen esa idea no comprenden la naturaleza de la inspiración. La inspiración divina contiene elementos humanos y es expresada por medio de ellos. Aunque en el ministerio profético del Tanaj los elementos humanos eran ínfimos, no podemos decir que no estuviesen presentes, porque Elohim usó la voz humana para dar a conocer Su mensaje. El Adón Yahshua era la Palabra hecho carne, y todos los elementos humanos que estaban en El constituían la Palabra de Elohim. Hoy, en la era del B'rit Hadashá, los ministros expresan la Palabra de Elohim por medio del elemento humano.

 

Al leer el B'rit Hadashá, vemos que Shaúl con frecuencia usó palabras que Kefá nunca usó; lo mismo sucedió entre Yahanan y MattiYah. Muchas palabras sólo se encuentran en los escritos de Luka, y otras en los escritos de Mordejai. En las Escrituras, cada escritor tiene sus características particulares. De allí que los cuatro evangelios son diferentes entre sí. El estilo de las epístolas de Shaúl es distinto al de las epístolas de Kefá; por otro lado, la Besorah de Yahanan y sus epístolas tienen un tono similar. Por ejemplo, la primera expresión de su evangelio dice: "En el principio", y la primera frase de su primera epístola es: "Lo que era desde el principio". Una habla del principio, y la otra de lo que existía desde el principio. En el libro de Hitgalut él desarrolla su evangelio y sus epístolas. Podemos observar también que cada escritor usa ciertas expresiones que contienen un sello personal. Luka era doctor, y por eso al describir enfermedades usa términos médicos; en cambio los escritores de los otros evangelios sólo las describen en términos generales. El libro de MaAseh también fue escrito por Luka, por eso encontramos allí muchos términos médicos. Cada evangelio usa una terminología distintiva y temas característicos y únicos de los escritores. Por ejemplo, Mordejai usa de una manera peculiar la palabra "EUDSÉOS" (G2112), que es traducida como "luego", "en seguida", "inmediatamente" unas 40 veces; MattiYah usa la expresión "el Reino de los Cielos" (33 veces), y Luka emplea la expresión "el Reino de Elohim" (33 veces también). Cada libro de las Escrituras tiene las huellas de su escritor; no obstante, es la Palabra de Elohim.

 

El B'rit Hadashá está lleno del elemento humano, pero no por eso deja de ser la Palabra de Elohim, en su mayor parte; aun así, hay partes en las que se manifiesta el individuo por sí mismo. Cada escritor tiene su propio estilo, sus propias expresiones y sus características personales, y Elohim usa a cada uno para emitir Su palabra, sin que ésta sufra daño en el proceso. La Palabra contiene marcas y características humanas, pero es la Palabra de Elohim. Este es el ministerio del B'rit Hadashá, en el cual Elohim le dio al hombre la responsabilidad de expresar Su palabra. Elohim usa los elementos del hombre, pero no como una grabadora que se limita a repetir lo que recibe. El Adón Yahshua vino, y el Ruaj haKodesh efectuó Su obra en el hombre. La meta de esta obra es retener los elementos humanos sin que éstos afecten las palabras divinas. Este es el fundamento del ministerio del B'rit Hadashá. El Ruaj haKodesh actúa en el hombre sin desechar el elemento humano y sin sacrificar la Palabra de Elohim. Si la Palabra de Yahweh eliminara el elemento humano, el hombre sería una grabadora. Ni siquiera en el Tanaj el "estilo" humano fue dejado de lado. El elemento humano complementa la Palabra de Elohim. En el ministerio del B'rit Hadashá, Elohim desea usar todos los elementos del hombre. Por medio de la restricción, la regulación y la operación del Ruaj haKodesh, estos elementos pueden ser usados por Yahweh para comunicar Su palabra. Sin embargo, el ministro de la Palabra de Elohim en el B'rit Hadashá debe estar lleno de Elohim.

 

Un músico que sepa tocar el piano, la guitarra y el violín, puede tocar la misma melodía en cada uno de dichos instrumentos. Ya que cada instrumento tiene sus propias características, la música producida por cada uno también diferirá. Hay personas que pueden determinar si una melodía procede de un piano o de un violín. Aunque la tonada sea la misma, el timbre es diferente. Si bien los instrumentos son diferentes, aun así, ponen de manifiesto el sentimiento y carácter de la música. El caso es el mismo con los ministros del B'rit Hadashá. Algunos son como el piano, otros como la guitarra, y otros como el violín. La tonada es la misma, pero los sonidos son diferentes. Cada vez que una persona anuncia la Palabra de Elohim, nos damos cuenta de que lo que dice contiene sus propios elementos, y sin embargo, Elohim la usa. Dichos elementos no obstaculizan la Palabra de Elohim, porque son regulados, dirigidos y perfeccionados por el Ruaj haKodesh. Cada vez que la Palabra se proclama es glorificada.

 

Puesto que la Palabra de Elohim tiene que pasar por el hombre y a su paso adquiere los elementos humanos, quienes nunca hayan experimentado la disciplina de Elohim no deben esperar que sus elementos humanos sean de mucha utilidad, porque cuando Elohim los trae a la luz, no pueden ser usados para expresar Su palabra. Una persona así no sirve como ministro de la Palabra de Elohim. En el Tanaj Elohim usó una asna para que hablara por Él, pero ahora estamos en la era del B'rit Hadashá, cuyo ministerio de la palabra es totalmente diferente. En el B'rit Hadashá la Palabra de Elohim es expresada por medio del elemento humano. Por esta razón, Elohim es muy selectivo. Él sabe a quién puede usar. Si no hemos experimentado la disciplina, no podremos ser ministros de la palabra. Para ser canales de la Palabra de Elohim, es necesario ser calibrados. Sería simple si Yahweh hiciera a un lado el elemento humano, pero Él no hace eso. Así que, si las personas a quienes Él usa no son competentes, se convierten en un problema. Cuando lo humano está contaminado y tiene manchas, carnalidad y rasgos de la condición caída, Elohim tiene que desecharlo porque no lo puede usar. Algunas personas nunca han sido quebrantadas por el Adón; otras tienen la mente sucia y engañosa; algunos argumentan con Elohim, mientras que la mente y la parte afectiva de otros son insubordinadas. Esto hace que se vuelvan obstinados. Elohim no puede comunicar Su Palabra por medio de estas personas. Aunque ellas reciben la Palabra de Elohim, no la pueden comunicar a los demás; y aun si se esfuerzan por hacerlo, no lo logran. Para ser un ministro de la Palabra de Elohim en el B'rit Hadashá, la condición que uno tenga ante Él es decisiva.

 

Elohim no desea que Su palabra le pertenezca sólo a Él; Él quiere que el hombre la proclame como si procediera directamente de Él, es decir, que sea verdaderamente divina y al mismo tiempo humana. Al leer las Escrituras, no encontramos ninguna palabra que no haya sido escrita por el hombre. Desde la primera página hasta la última se nota la participación humana. Estos escritos son muy humanos; no obstante, son divinos, porque contienen también la Palabra de Elohim. Elohim quiere que Su palabra sea expresada por medio del hombre. Este es el ministerio de la palabra en el B'rit Hadashá.

 

Dice Shaúl en Qorintiyim Bet 2:4: "Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón les escribí con muchas lágrimas". Era así como él servía la Palabra de Elohim. He aquí un hombre que volcaba todo su ser al anunciar esta palabra, expresando así sus sentimientos. Cuando le llegó la palabra de Elohim, él estaba afligido y angustiado de corazón, de manera que escribió con muchas lágrimas, mezclando así sus sentimientos con la Palabra de Elohim. Sus elementos humanos realzaron la Palabra de Elohim. Shaúl estaba lleno de sentimientos y pensamientos, y los ejercitó, de tal manera que mientras escribía la Palabra de Elohim, lo hacía con muchas lágrimas por la aflicción y angustia que sentía en su corazón, no como los que hablan en lenguas, quienes reciben palabras y las transmiten sin que la mente participe en eso. Shaúl es un ministro de la palabra en el B'rit Hadashá.

 

Elohim usa todo el ser del hombre para comunicar Su palabra. Las características, los ademanes, el tono de voz y lo que él experimenta del Adón, fluyen por medio de la Palabra; y por medio de ésta, nos damos cuenta a qué grado la persona ha sido instruida, disciplinada y probada por Elohim. Cuando la Palabra de Elohim viene al hombre, éste la puede expresar sin que el elemento humano la afecte negativamente. Esto es lo que significa ser ministro de la palabra del B'rit Hadashá. La Palabra de Elohim puede fluir libremente por medio de tal ministro, sin que el elemento humano la contamine. La palabra divina es contaminada sólo si el elemento humano, el cual opera juntamente con ella es carnal y natural.

 

La Palabra de Elohim llega a su plenitud cuando está llena de los elementos humanos. Por eso, al encomendar Su palabra al hombre, Elohim requiere que la condición de éste sea apropiada. Elohim habla usando el principio de la encarnación, es decir, la palabra se hace carne. Esto no significa que se haya degradado al punto de sólo ser palabras de hombre, sino que ha sido sazonada con el sabor humano; aun así, es pura. Esta es verdaderamente la palabra del hombre y al mismo tiempo es la palabra genuina de Elohim. En el ministerio de la palabra en el B'rit Hadashá, el hombre habla la Palabra de Elohim. Vemos este hecho al leer Hechos, Qorintiyim Alef y Qorintiyim Bet, Timotio Alef y Timotio Bet, Tito y Filemón.

 

¡Cuán grande es la responsabilidad de los que anuncian la Palabra de Elohim! Las equivocaciones de una persona y los elementos impuros de sus palabras, contaminan y dañan la Palabra de Elohim. Debemos comprender que el factor crucial cuando proclamamos la Palabra de Elohim no es la cantidad de conocimiento bíblico que poseamos, porque de nada sirve tener conocimiento y doctrinas, si sólo es algo teórico. Se puede predicar mucho acerca de estas cosas sin ser parte de ellas. Por supuesto, no somos el Adón Yahshua, quien era la Palabra hecha carne; sin embargo, como ministros de la palabra, debemos comprender que Él necesita nuestro cuerpo para expresar Su Palabra. Por lo tanto, nuestra carne debe llegar a su fin. Diariamente necesitamos reconciliarnos con Elohim y experimentar Su corrección. De no ser así, afectaremos la Palabra de Elohim tan pronto pase por nosotros y se mezcle con nuestras palabras.

 

No piensen que todos podemos comunicar la Palabra de Elohim. Sólo quienes han experimentado la disciplina de Elohim pueden hacerlo, y aun así, CUANDO ÉL DETERMINA. El reto más grande que enfrenta el que anuncia la Palabra de Elohim no es lo oportuno del tema ni la elocuencia, sino su persona. Si ésta no es recta, lo demás tampoco lo será. Quiera Elohim mostrarnos la manera de servir en el ministerio de la Palabra. Debemos recordar que predicar no es un asunto sencillo, ya que es el servicio de la Palabra de Elohim a Su pueblo. Que el Adón tenga misericordia de nosotros. Debido a que todo nuestro ser es afectado por la Palabra de Elohim, cualquier elemento deformado que se encuentre en nuestros pensamientos, en nuestras expresiones y en nuestra actitud, y cualquier vacío que tengamos en nuestro aprendizaje y experiencia, aun sin proponérnoslo, dañará la Palabra de Elohim. Todo nuestro ser necesita ser disciplinado por el Adón. Esto evitará que Su palabra sea contaminada por nosotros cuando sirvamos como ministros, y hará que la podamos presentar de una manera pura. Esto lo podemos ver en Shaúl, Kefá, MattiYah, Mordejai, Luka y Yahanan y en muchos otros siervos del Adón. La Palabra de Elohim tiene elementos humanos, pero no expresa la carne; por el contrario, hay gloria en su expresión. Es maravilloso que la Palabra de Elohim sea la palabra del hombre, y que la palabra del hombre sea la Palabra de Elohim.

 





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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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