Debemos notar, para nuestro beneficio y el de los demás, que la palabra que los ministros proclaman no debe ser privada ni ajena a lo que consta en las Escrituras. Todas las palabras subsiguientes que Elohim ha expresado se basan en Su Palabra original. Lo que consta en el B'rit Hadashá tiene como base lo dicho en el Tanaj. De la misma manera, todo lo que digamos en la actualidad debe tener las Escrituras como base. La Palabra de Elohim es viva y orgánica, así que si alguien no se basa en ella cuando habla y afirma que lo dicho por él es independiente, separado y distinto de las palabras que Elohim asentó en las Escrituras, podemos decir con certeza que lo que dice esa persona es herético y que su doctrina es satánica. Los ministros de la palabra que Elohim tiene en esta época no hablan al azar, sino que edifican su ministerio sobre el sólido fundamento de la Palabra.
Vayamos más adelante. Los ministros deben hablar con base en
lo que Elohim ya dijo; sin embargo, Elohim tiene que explicarles la Palabra y
darles la interpretación de la misma. Así que, no todos los que toman la
Palabra de Elohim como base para hablar son necesariamente ministros de Su
palabra, ni tampoco pueden declarar que son mensajeros de la Palabra de Elohim
simplemente por conocerla. Si bien una persona puede ser versada en el Tanaj,
ese sólo factor no la hace apta para escribir el B'rit Hadashá. De la misma
manera, uno puede estar bien familiarizado con el B'rit Hadashá, pero eso no significa
que sea ministro de la Palabra. Aunque debemos descartar todo discurso que no
tenga la Escritura como base, debemos ser cuidadosos, porque no tenemos que
recibir cualquier mensaje sólo porque tenga el fundamento adecuado. Debemos
examinar lo que la persona dice para ver si contiene la interpretación de
Elohim.
Sólo Elohim puede interpretar la Palabra que El dio. Es
decir, su interpretación no depende de nuestra mente, ni de nuestra excelente
memoria, ni de nuestra diligencia. También debemos tener presente que no
podemos tomarla en su forma original y anunciarla diciendo que es el ministerio
actual de la Palabra. Podemos memorizar los ciento cincuenta capítulos del
libro de los Mizmor, o el libro de Shir ha Shirim, o el libro de YeshaYah, o
dedicar cincuenta años al estudio del libro de Daniyel, pero esto no garantiza
que podamos interpretar dichos libros. Si no basamos nuestras palabras en la
Palabra ya establecida por Elohim, no podemos ser Sus heraldos, pero esto no
significa que por hablar basándonos en ella, ya seamos sus ministros. Muchos
escribas y fariseos conocían muy bien el Tanaj; sin embargo, ninguno de ellos
era ministro de la Palabra. Es posible que algunas personas hayan estudiado las
Escrituras exhaustivamente, pero esto no significa que sean sus ministros. El
ministro de la Palabra no solamente conoce la Palabra, sino que además Elohim
se la ha abierto y explicado. Un ministro de la Palabra de Elohim debe contar
primero con un fundamento apropiado, y luego con la interpretación correcta. Si
no reúne estos dos requisitos, no puede ser ministro de la Palabra de Elohim.
¿Cómo explica Elohim Su palabra? ¿Cómo interpretó el Tanaj a
los ministros del B'rit Hadashá? En el B'rit Hadashá tenemos por lo menos tres
clases de interpretaciones: la interpretación de las profecías, la
interpretación de la historia y la interpretación por síntesis, o sea, por
medio de la recopilación y combinación de algunos pasajes de las Escrituras. Al
leer el Tanaj, los ministros del B'rit Hadashá tenían ante ellos las profecías,
la historia y el compendio de algunos pasajes; sin embargo, todo esto
necesitaba la interpretación del Ruaj haKodesh.
La Interpretación De Las Profecías
Tomemos por ejemplo la Besorah de MattiYah y estudiemos la
manera en que su autor sirvió como ministro de la Palabra de Elohim.
MattiYah fue dirigido por el Ruaj haKodesh al narrar la
historia del Adón Yahshua. Mientras escribía, el Ruaj haKodesh lo iluminaba. La
Besorah de MattiYah no dependió del tiempo que dedicó al estudio, sino de la
iluminación del Ruaj haKodesh. Con esto no quiero decir que MattiYah no
estudiara el Tanaj. Aunque era un recaudador de impuestos, es probable que
después de ser salvo haya dedicado mucho tiempo a estudiar las Escrituras. Por
eso, el Ruaj haKodesh pudo traer a su memoria muchas citas, como la de YeshaYah
7, en MattiYah 1:23: "He aquí, una virgen estará encinta y dará a luz un
hijo, y llamarán Su nombre Imanuel". Pero, ¿qué significan estas palabras?
El Ruaj haKodesh le dio la explicación y la interpretación: este pasaje se
refiere al nacimiento del Adón Yahshua. El momento llegó en que Elohim vino
para estar con nosotros; antes Él estaba con nosotros, pero de una manera
diferente. Ahora está con nosotros porque el Adón Yahshua vino a la tierra.
Esta es la interpretación que dio el Ruaj haKodesh. Necesitamos conocer la
Palabra ya establecida por Elohim, pero también necesitamos la interpretación
que el Ruaj haKodesh da. El Ruaj haKodesh es el único que puede determinar el
significado de la Palabra de Elohim.
En MattiYah 2:15 dice que el Adón Yahshua salió de Egipto.
En este pasaje, MattiYah cita Hoshea 11:1. Al leerlo, posiblemente no notemos
que este pasaje se refiere al Adón Yahshua; pero debido a que el Ruaj haKodesh
lo interpretó, MattiYah pudo ver esto claramente.
En MattiYah 2:18 leemos: "Voz
fue oída en Ramá, llanto y lamento grande; Rajel que llora a sus hijos, y no
quiso ser consolada, porque ya no existen". Esta es una cita de
YirmeYah 31:15. Al leer este pasaje, nunca se nos hubiera ocurrido que se
refería a lo que hizo Herodes tratando de matar al Adón Yahshua. Sin embargo,
debido a que el Ruaj haKodesh lo interpretó, ahora conocemos su significado.
En MattiYah 3:3 dice: "Éste
es aquel de quien se dijo por medio del profeta YeshaYah: Voz de uno que clama
en el desierto: "Preparen el camino de Yahweh; enderecen sus
senderos". Al leer YeshaYah 40:3 es posible que no hubiéramos pensado
que este pasaje se refería a Yahanan el Bautista. El Ruaj haKodesh interpretó
su significado a MattiYah.
En MattiYah 4:13 descubrimos que el Adón Yahshua habitaba en
Kefar Najum, que está en la región de Zevulún y de Naftalí. Y en los pasukim 14
al 16, cita YeshaYah 9:1-2 diciendo: "Para
que se cumpliese lo dicho por medio del profeta YeshaYah cuando dijo:
"Tierra de Zevulún y tierra de Naftalí; camino del mar, al otro lado del
Yardén, Galilea de los gentiles; el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
y a los asentados en región y sombra de muerte, luz les amaneció".
Sólo el Ruaj haKodesh nos puede revelar que YeshaYah 9 se refiere al Adón
Yahshua. Esto nos muestra una vez más que no es suficiente conocer la Palabra;
el ministro de Elohim también debe saber interpretarla según la revelación que
procede del Ruaj haKodesh. Sólo entonces podemos afirmar que la Palabra de
Elohim es la base de nuestra disertación. Sin la interpretación del Ruaj
haKodesh, la Palabra está sellada para nosotros y, por lo tanto, no es la base
de nuestro discurso.
En MattiYah 8, el Adón Yahshua sanaba enfermedades y echaba
fuera demonios. El pasuk 17 cita YeshaYah 53:4, diciendo: "Para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta YeshaYah,
cuando dijo: "El mismo tomó nuestras debilidades, y llevó nuestras
enfermedades". La revelación que recibió MattiYah fue la base de lo
que escribió. El ministerio de la Palabra de Elohim tiene como base lo que
Elohim ya expresó; sin embargo, tiene que ser revelada a los ministros a fin de
que sea la base de lo que anuncian. Sin revelación, cualquier cita que se haga
es simplemente una aplicación artificial y no encaja en el ministerio de la
Palabra de Elohim. Así que necesitamos el fundamento y también la
interpretación apropiada.
En MattiYah 12:10-16, el Adón Yahshua sanó a un hombre que
tenía una mano seca. Le dijo: "Extiende tu mano" y aquel hombre la
extendió, y le fue restaurada. Entonces el Adón "se retiró de allí; y muchos le siguieron, y sanaba a todos, y les
encargaba rigurosamente que no le descubriesen". Al llegar a esta
parte, MattiYah cita YeshaYah 42:1-4 de esta manera: "Para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta YeshaYah,
cuando dijo: "He aquí Mi Siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien
se complace Mi alma; pondré Mi Ruaj sobre Él, y a los gentiles anunciará
juicio. No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles Su voz. La caña
cascada no quebrará, y el pábilo humeante no apagará, hasta que saque a
victoria el juicio. Y en Su nombre pondrán los gentiles su esperanza"
(MattiYah 12:17-21). La interpretación del Ruaj haKodesh hizo posible la
vinculación de YeshaYah 42 con MattiYah 12. Esta interpretación permitió que
MattiYah tuviera el ministerio de la Palabra.
El ministerio de la Palabra requiere que el Ruaj haKodesh
interprete la Palabra de Elohim. Dicha interpretación está fuera del alcance de
las personas comunes como los escribas y los fariseos, o cualquier otro que no
haya sido tocado por Él. A fin de poder comunicar esta Palabra, Elohim tiene
que explicárnosla. MattiYah no era un ministro de la Palabra que hablara al
azar; lo que decía tenía como fundamento el Tanaj. ¿Cómo logró esto? Él primero
recibió la palabra directa de Yahshua, estudió minuciosamente el Tanaj, y
luego, el Ruaj haKodesh abrió y explicó la Palabra. La palabra de Elohim
interpretada por el Ruaj haKodesh es la base del ministerio de la Palabra. Sin
este fundamento el ministerio no existe. El libro de MattiYah contiene muchas
citas del Tanaj, muchas de las cuales son expresadas por el Adón Yahshua. Los
ejemplos mencionados fueron citados por MattiYah. Él dice que lo acontecido era
el cumplimiento de lo que YeshaYah y otros profetas habían dicho. Sabemos que
MattiYah era un recaudador de impuestos; no obstante, es sorprendente ver que
cite el Tanaj con tanto acierto. Él no era ni escriba ni fariseo como Shaúl,
pero tenía el ministerio de la Palabra. Él se basaba en el Tanaj, y el Ruaj
haKodesh le daba la interpretación. No es suficiente tener las Escrituras
solas; necesitamos que el Ruaj haKodesh las abran a nosotros.
La Interpretación De La Historia
En Romaniyim 9 Shaúl cita Bereshit 21 cuando habla de la
historia de Avraham. Leemos en Romaniyim 9:7: "En Yitzjak te será llamada
descendencia". Y añade: "En este tiempo el próximo año vendré, y
Sarah tendrá un hijo" (pasuk 9). Este hecho de la historia está en el
Tanaj, pero el Ruaj haKodesh abrió esta palabra a Shaúl y le reveló su
significado. Shaúl comprendió que "no todos los que descienden de Yisrael
son yisraelitas, ni por ser descendientes de Avraham, son todos hijos"
(pasukim 6-7).
Sólo los que nacen de Sarah son contados como hijos, ya que
la promesa de Elohim se relacionaba con Sarah. Yitzjak nació según esta promesa
y fue el hijo contado como descendiente de Avraham. De igual manera, sólo los
que creen en el Adón Yahshua y nacen según la promesa, son hijos de Elohim. Ver
esto le dio a Shaúl el ministerio de la Palabra de Elohim. Si al leer la
historia de Avraham y Sarah, Shaúl no hubiera recibido la interpretación del Ruaj
haKodesh, ésta habría sido un simple relato. Como podemos ver, el ministerio de
la Palabra de Elohim requiere la interpretación del Ruaj haKodesh, sin esta
revelación no podemos usar como base la palabra que Elohim dio en el pasado.
En el libro de GalutYah, Shaúl explica la historia de
Yitzjak con más detalles y más claramente.
Y ya que son del Mashíaj, ciertamente son descendencia de Avraham, herederos conforme a la promesa. GalutYah 3:29
Y en GalutYah 4:28 leemos: "Así que, hermanos, nosotros, a la manera de Yitzjak, somos hijos
de la promesa". Este era el pensamiento de Shaúl y constituía su
ministerio. ¿De dónde provenía su ministerio? De una historia del Tanaj. El
Ruaj haKodesh le reveló que la promesa era la llave para comprender el
significado de dicha historia. Dicha promesa se encuentra en Bereshit 18:10: "De cierto volveré a ti; y según el
tiempo de la vida, he aquí que Sarah tu mujer tendrá un hijo". Ya que
esa promesa se cumpliría el año siguiente, no en ese mismo día, podemos decir
que Yitzjak nació según la promesa. Nosotros, igual que Yitzjak, también
nacimos según la promesa. Este asunto es muy claro. Shaúl pudo comunicar esto a
los hijos de Elohim porque el Ruaj haKodesh le dio la interpretación. Sin ésta
no se puede anunciar la Palabra de Elohim. Necesitamos la interpretación que
viene del Ruaj haKodesh en cada profecía y en cada historia. Todos los relatos
del Tanaj requieren la explicación del Ruaj, porque sin ella no es posible
ministrar la Palabra.
Veamos este otro ejemplo:
"Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade". GalutYah 3:15
Shaúl dice que una vez que un pacto es concertado, no se
puede invalidar ni alterar. Esto es válido no sólo con relación a Elohim sino
también al hombre. En el pasuk 16 añade:
"Ahora bien, a Avraham fueron hechas las promesas, y a su descendencia. No dice: "Y a los descendientes", como si hablase de muchos, sino como de uno: "Y a tu descendencia", la cual es Mashiaj".
Esto nos muestra cuán exacto era Shaúl. En Bereshit Elohim
le dijo a Avraham que iba a bendecir a otros por medio de su simiente. Muchas
traducciones escriben "tu descendencia", pero Shaúl nos demuestra la
inexactitud de esa traducción. Aun cuando "descendencia" es singular,
es un sustantivo colectivo que indica pluralidad, algo que contradice la
interpretación de Shaúl. No habla de la descendencia, habla de la ZERA, la
semilla o simiente. El Ruaj de Elohim le dio a Shaúl la explicación de este
pasaje y él la escribió en estos pasukim. Elohim iba a bendecir a otros por
medio de Avraham y de su descendencia. ¿Cuál es nuestro entendimiento de la
palabra hebrea que se traduce descendencia? Notemos que esta palabra está en
singular, y en hebreo no es colectiva. Shaúl observó esto e inmediatamente se
dio cuenta de que la intención de Elohim no era bendecir a las naciones por
medio de todos los descendientes de Avraham. Si ese hubiera sido el caso, la
gracia de Elohim se habría limitado a los judíos, porque sólo ellos habrían
podido traer esta bendición a todo el mundo. Pero la palabra descendencia está
en singular. Esta descendencia es Mashiaj. Al decir que iba a bendecir a las
naciones por medio de la descendencia de Avraham, Elohim se refería a Mashiaj.
Parece un detalle sin importancia que la palabra descendencia esté en singular,
y no en plural; no obstante, detrás de este asunto que parece tan sencillo,
yace una verdad muy crucial. El Ruaj haKodesh le reveló este hecho a Shaúl y le
mostró su significado. Este entendimiento le permitió tener el ministerio de la
Palabra.
Estudiemos otro caso. En Bereshit 15 se nos dice que Avraham
creyó a Elohim, y le fue contado por justicia. Con base en esto, Shaúl nos
muestra que Elohim no justifica al hombre por sus obras justas sino por la fe.
Este es el ministerio de Shaúl. Ya que Avraham fue justificado por la fe, todos
sus descendientes son justificados de la misma manera, y a su vez, los que son
justificados por la fe, éstos son hijos de Avraham:
De la misma manera, Avraham le creyó a Elohim, y se le contó como justicia. Por lo tanto, sepan que los que se basan en la fe son hijos de Avraham. GalutYah 3:6-7
La fe de Avraham le fue contada por justicia, y de igual
manera, todos los que son de la fe son justificados con el creyente Avraham
(pasukim 8-9). Shaúl muestra que Bereshit 15 no sólo habla de un hecho ni de un
evento histórico, sino de un principio: la justificación por la fe.
Debemos tener presente que tanto los relatos como las
profecías que contiene el Tanaj tienen un gran valor. Para algunos, las
profecías, los preceptos y enseñanzas de las Escrituras son valiosas, pero no
la historia; piensan que la historia no tiene importancia. Un incrédulo
posiblemente acepte el libro de Mishlei, pero no el de Bereshit. No obstante,
todos los sucesos históricos de las Escrituras, sus enseñanzas, sus preceptos y
sus profecías constituyen la Palabra de Elohim. La Palabra de Elohim es
indivisible y requiere la interpretación del Ruaj haKodesh. Este mismo
principio gobierna todos sus componentes, incluyendo la historia y la profecía.
Muchas verdades y revelaciones bíblicas son descubrimientos encontrados en la
historia del Tanaj. Al servir como ministro de la Palabra de Elohim, Shaúl
recibía la revelación del Ruaj, algunas veces por medio de las profecías del
Tanaj, y otras, por medio de los sucesos históricos. El Ruaj haKodesh tiene que
interpretarnos los hechos del Tanaj para que podamos ejercer el ministerio de
la Palabra.
La Interpretación Por Síntesis
Estudiemos la interpretación por síntesis. Elohim asigna a
los ministros de Su Palabra esta clase de interpretación especial. Analicemos,
por ejemplo, el servicio de Kefá como ministro de la Palabra de Elohim en el
día de Shavuot. Ese día ocurrió algo maravilloso: El Ruaj haKodesh fue
derramado sobre los creyentes y aparecieron los dones. En ese día muchos
hablaron en diversas lenguas. Las ciento veinte personas que estaban allí
reunidas recibieron lo que los yisraelitas nunca antes habían recibido.
Previamente, el Ruaj haKodesh había venido sobre personas aisladas. Una o dos
personas o, a lo sumo, un grupo de profetas había recibido el Ruaj de Elohim,
pero ese día fue vertido el Ruaj de Elohim sobre los ciento veinte hombres y
mujeres que se hallaban allí, de tal manera que parecía que estaban ebrios. En
toda la historia de Yisrael jamás había ocurrido algo semejante. Vemos
claramente que en ese preciso momento Elohim le dio las llaves del reino a
Kefá. Kefá, uno de los once apóstoles, tomó la iniciativa y aprovechó la
oportunidad para dar testimonio del Adón. Puesto en pie les explicó a los
judíos lo que acababa de acontecer, les dio testimonio y los exhortó a
participar de lo mismo. En eso consistió su predicación. Allí en Shavuot él fue
un ministro de la Palabra. Kefá no basó su mensaje en un sólo pasaje, sino que
combinó tres porciones y recibió luz por medio de esta síntesis. Lo que Kefá
hizo no fue un análisis, sino una síntesis de tres pasajes de la Palabra.
Aparte de la explicación que Elohim le dio de este hecho extraordinario, Kefá
reunió tres porciones de las Escrituras con las cuales explicó a los judíos lo
que estaba sucediendo. En la actualidad, los siervos de Elohim también ven las
cosas espirituales al juntar varios pasajes de las Escrituras. Esta práctica
sigue el mismo principio del ministerio que Kefá ejerció el día de Shavuot.
En el día de Shavuot, Kefá predicó basándose en la síntesis
de tres pasajes: Yoel 2, el Mizmor 16 y el Mizmor 110. El Ruaj haKodesh combinó
estos tres pasajes e interpretó su significado. Es así como se interpreta
valiéndose de una síntesis. Un ministro de la Palabra no necesariamente ejerce
su función mediante un único pasaje de las Escrituras. Muchas veces, la
interpretación es el resultado de una combinación de pasajes, lo cual se usa
más comúnmente en el ministerio de la Palabra hoy. Necesitamos relacionar
muchos pasajes para descubrir lo que comunican.
Veamos un ejemplo. En el Tanaj se usaron cuatro objetos de
adoración: los dos becerros de oro, la serpiente de bronce, el efod de Guidón y
la imagen tallada que erigió Micaía (Melajim Alef 12:28-33; Melajim Bet 18:4;
Shoftim 8:27; 18:14-31). Si queremos dar un mensaje acerca de los diferentes
tipos de objetos que no se deben adorar, podemos combinar estos pasajes para
hablar de eso. Podemos estudiar muchos temas sintetizando diferentes pasajes.
Kefá presentó una síntesis el día de Shavuot. En su mensaje,
habló del derramamiento del Ruaj haKodesh, citando Yoel 2, de la resurrección
del Adón Yahshua, basándose en Mizmor 16; y de la ascensión del Adón,
apoyándose en Mizmor 110. Kefá juntó estos tres temas. El Adón Yahshua
resucitó, pero además de eso no se quedó en la tierra, sino que ascendió a los
cielos, y el resultado de esta ascensión fue el derramamiento del Ruaj
haKodesh. La muerte no pudo retener al Adón Yahshua. El resucitó y ascendió al
Padre, y ahora espera hasta que Su enemigo sea puesto por estrado de Sus pies.
El Padre lo glorificó, lo cual se comprueba por el derramamiento del Ruaj
haKodesh. Ese día, mientras Kefá servía como ministro de la Palabra de Elohim,
el Ruaj haKodesh le dio la interpretación de estos tres pasajes de las
Escrituras. La interpretación de estos tres pasajes, le dio a Kefá un sólido
fundamento para hablar. El ministerio de la Palabra requiere que el Ruaj haKodesh
nos interprete la Palabra de Elohim, y por nuestra parte, debemos tomar la
palabra interpretada como la base de nuestro mensaje en nuestro ministerio.
En el libro de MaAseh encontramos otros ejemplos de esta
enseñanza. En el capítulo tres, el mensaje de Kefá fue breve, porque constaba
de unas cuantas expresiones. Sin embargo, en él combinó pasajes de Devarim y de
Bereshit. Esteban, en el capítulo siete, dio un mensaje que indiscutiblemente
era el ministerio de la Palabra. A pesar de que su mensaje contenía pocas
explicaciones, su discurso fue poderoso. Se limitó a narrar la historia del
Tanaj por períodos, comenzando con el llamado de Avraham en Bereshit 12; luego
habló de la época de Moshe en Egipto, hasta llegar al tiempo cuando los
yisraelitas se rebelaron contra Elohim. El citó Bereshit, Shemot, Devarim, Amoz
e YeshaYah. Su predicación enfureció a sus oyentes de tal modo que lo
apedrearon hasta darle muerte. Esto prueba que el ministerio de la Palabra que
él ejercía era muy especial. No dio muchas explicaciones; simplemente narró la
historia en forma detallada. Este mensaje salió del ruaj de Esteban, y los que
lo oyeron no pudieron resistirlo. Esta síntesis fue muy poderosa. En el
capítulo trece, Shaúl se basó en este mismo principio. Al predicar en Antioquía
de Pisidia, citó Shemuel Alef 13, Mizmor 89, Mizmor 2, YeshaYah 55, Mizmor 16 y
Havakuk. Esta fue una verdadera síntesis, en cuya conclusión Shaúl alentó a la
audiencia a aceptar a Yahshua de Nazaret como su Salvador.
Cuando los ministros del B'rit Hadashá leen el Tanaj, el
Ruaj haKodesh les da la interpretación en cuanto a la profecía, la historia y
la combinación de varios pasajes. Debemos prestar especial atención a la
palabra que proviene de la combinación de varios pasajes. El libro de Ivrim contiene
muchos mensajes de esta clase, lo mismo la epístola a los Romaniyim y la
epístola a los GalutYah. Cuando el Ruaj haKodesh mandaba a los apóstoles a
hablar de cierto tema, seleccionaba pasukim del Tanaj y los guiaba a presentar
la Palabra. Este mismo principio gobierna a los ministros de la Palabra de hoy.
Así como Kefá, Shaúl, MattiYah y los demás apóstoles llevaron a cabo su
ministerio al hablar guiados por el Ruaj haKodesh y según el Tanaj, nosotros
también llevamos a cabo nuestro ministerio al hablar según ambos Testamentos y
la guía del Ruaj haKodesh. Los apóstoles no hablaban al azar; ellos seguían la
dirección del Ruaj haKodesh; proclamaban lo que Elohim les decía y basaban su
discurso en la interpretación que el Ruaj daba de la palabra que Elohim había
dado previamente. En esto consiste el ministerio de la Palabra.
Es Necesaria La Interpretación Del Ruaj
Los ministros del B'rit Hadashá, como, por ejemplo,
MattiYah, Shaúl, Kefá, se apoyaban en el Tanaj, y ninguno de ellos habló por su
propia cuenta, ni de manera independiente ni autónoma.
Sin embargo, no todo el que lee el Tanaj puede hablar como
MattiYah, Shaúl o Kefá. Para poder ejercer el ministerio de la Palabra,
necesitamos la interpretación del Ruaj haKodesh. Es Él quien ilumina y explica
el significado de cierto mensaje, el que descubre los hechos del Tanaj y nos
muestra las palabras a las que debemos dar importancia, y el que nos
proporciona la base para hablar.
Todos los escritores del B'rit Hadashá tenían el ministerio
de la Palabra. Debe suceder lo mismo entre nosotros. Si queremos ser ministros
de la Palabra de Elohim, necesitamos estudiar las Escrituras diligentemente y
recordar que no basta con leerla, porque necesitamos pedirle al Ruaj del Adón
que nos muestre los hechos más importantes de la Palabra escrita, que vuelva
nuestra atención a esos hechos y nos dé su interpretación. Un ministro de la
Palabra debe tener una base para hablar; no debe expresarse de manera
independiente, ni suponer que lo único que necesita es memorizar la Palabra,
porque es necesaria la interpretación del Ruaj haKodesh.
Debemos tener presente que el ministerio de la Palabra hoy
es mucho más extenso que el de los escritores del B'rit Hadashá. Esto no
significa que lo que ahora vemos sea más profundo que lo que ellos vieron.
Todas las verdades de Elohim, las más elevadas y las más profundas, ya están
escritas. No obstante, el ministerio de la Palabra hoy es más amplio, porque el
Ruaj ha ido dando mayor revelación acerca de todas las cosas a lo largo de los siglos,
por medio de sus siervos los profetas. No crean que los profetas son una raza
extinta del Tanaj, ni tampoco que cualquiera que ande gritando "Así dice el Señor" es
profeta. Profeta es el que habla la Palabra DESDE Elohim mismo. No sólo hay un
encargo, hay también una carga. Y durante siglos Yahweh ha estado levantando
profetas también después del B'rit Hadashá, a los cuales ha ido abriendo ojos y
oídos para ampliarles la comprensión de las Escrituras, para profundizar en sus
maravillas.
Shaúl anunció la Palabra basándose en las palabras divinas
del Tanaj, pero nosotros no sólo nos basamos en el Tanaj, sino también en los
escritos de Shaúl, de Kefá y del resto de los que escribieron el B'rit Hadashá,
y también en las revelaciones que el Ruaj hizo a sus profetas del B'rit
Hadashá. Así como el Padre mostró tantas tipologías a Shaúl que revolucionaron
la forma de pensar de los creyentes, así también a lo largo de los siglos ha
revelado no cosas nuevas, sino profundidad en las viejas.
En el pasado muchas personas han dedicado un tiempo
considerable al estudio de las Escrituras y, con la ayuda del Ruaj haKodesh,
han podido ver la diferencia que hay entre las palabras que aparecen con
artículo y las palabras que aparecen sin él, como, por ejemplo: Mashiaj y el
Mashiaj; ley y la ley; fe y la fe. Descubrir esto requiere un estudio
minucioso. En el B'rit Hadashá, el título Yahshua ha Mashiaj se refiere al Adón
antes de resucitar, y el título Mashiaj Yahshua se refiere al Adón resucitado.
También podemos ver que en ninguna parte de las Escrituras se nos dice que los
creyentes están en Yahshua, pero sí que están en Mashiaj. Estos pormenores tan
preciosos requieren un estudio muy detallado a fin de poderlos extraer. Debemos
permitir que el Ruaj del Adón nos hable para que veamos la exactitud que hay en
la Palabra de Elohim.
En las Escrituras hay muchas palabras que no son
equivalentes. Muchos pronombres tienen un significado especial y no pueden ser
remplazados por otras palabras. Es claro que, en las Escrituras, la sangre
significa redención, y el madero habla de la disciplina por la que pasa nuestro
ser, porque cuando se menciona la vieja creación, se hace alusión a la muerte
en el madero, y cuando se habla de llevar el madero, se refiere al hombre
natural. La Palabra de Elohim es inconfundible, pero "los indoctos"
pueden ser fácilmente confundidos, y levantar doctrinas erradas. En relación
con la operación del Ruaj haKodesh, la obra de constitución es interna, pero en
relación con la experiencia de los dones, es externa. En el Tanaj tenemos las
sombras de la realidad que cumplió MASHÍAJ en el comienzo de la Era de Shavuot,
pero a lo largo de la misma tenemos la aplicación de esa realidad a la
experiencia espiritual de los creyentes, tanto individual como corporativamente,
buscando tener primicias para entrar en el Reino. Ejemplos como estos
demuestran la exactitud de las Escrituras. Los escritores del B'rit Hadashá
notaron la exactitud del Tanaj, y se subordinaron a la interpretación del Ruaj
del Adón. Nosotros también debemos hacer lo mismo. Aunque los tengamos
divididos, no tenemos dos libros, porque el Autor es el mismo y porque uno es
la continuación lógica del siguiente. Debemos basarnos en ambos mal llamados
Testamentos, el Tanaj y el B'rit Hadashá, para tener un rico ministerio de la
Palabra. Necesitamos estudiar las Escrituras, y también tener la interpretación
del Ruaj haKodesh. Como podemos ver, esto lleva una vida dedicada.
Un verdadero ministro de la Palabra no recibe una revelación
aislada, descomunal y sin precedentes, sino que desarrolla la luz que tiene
sobre lo que Elohim manifestó en el pasado. Esto es lo que Shaúl, Kefá y los
demás ministros del Adón hicieron en sus días, y esto es lo que los ministros
del Adón debemos hacer hoy. Antes de Shaúl hubo otros ministros, y antes de
nosotros están todos los que aparecen en las Escrituras y mucho más que el Ruaj
levantó a lo largo de la historia, y después de nosotros vendrán otros, por la
gracia del Padre, porque el ministerio de la Palabra cesará únicamente cuando
toda boca confiese Su Nombre. Entonces ya no será necesario que ninguno enseñe
a otro.
La revelación, la luz y la palabra actual tienen que
concordar con las de quienes nos precedieron. Shaúl necesitó la interpretación
del Ruaj a fin de ser un ministro de la Palabra. Nosotros también, si queremos
ser ministros de la Palabra, necesitamos que el Ruaj haKodesh nos dé la
interpretación. La palabra de Elohim ha sido comunicada y ha adquirido más
palabras de generación en generación. Nadie debe tener un mensaje autónomo,
separado del todo. La segunda persona ve más que la primera; la tercera ve más
que la segunda; y la cuarta ve más que la tercera. Con el transcurso del tiempo
se ven más cosas, porque así el Padre ilustra el crecimiento del Cuerpo, aumentando
la revelación en las sucesivas generaciones. Elohim vino directamente a la
primera persona, pero las demás siguieron las pisadas de sus predecesores,
siempre de la mano del Ruaj. Es así como la Palabra de Elohim crece. Si Elohim
nos concede Su misericordia y Su gracia y abre nuestros ojos para que veamos lo
que El expresó, tendremos una base sobre la cual servir como ministros de Su
palabra.
Es posible que haya muchos ministros, pero la Palabra es una
sola. De generación en generación, los ministros son el producto de la Palabra.
Los ministros postreros deben pedirle a Elohim que les dé la interpretación de
la palabra proclamada por los ministros que les precedieron. Es así como se
unen al gran "Verbo" de Elohim y a todos los ministros de Elohim.
Este principio es esencial: la Palabra es una sola, pero los ministros son
muchos.
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