El Hermafrodita Y El Demiurgo
En el Gran Papiro
Mágico de París, fechado alrededor de la primera mitad del siglo IV EC, aparece
el Oráculo de Cronos. La oración recomendada invoca a Cronos como "Señor
del Mundo, Primer Padre", pero también le otorga al dios el título
peculiar de "Hombre-Mujer". Cronos es Saturno, el sol primigenio. ¿A
qué aspecto del dios se refería este título?
En Saturno, los
principios primarios masculino y femenino se unen, dando lugar al hermafrodita
o andrógino. Pocas de las deidades preeminentes de la antigüedad están libres
de esta dualidad. Los sumerios Anu, Ninurta, Tammuz y Enki; el hindú Vishnu,
Brahma y Shiva; el Zurvan iraní; el Quetzalcóatl mexicano —todos revelan una
dimensión femenina. Su cónyuge nunca está completamente separado de su propio
cuerpo.
Los egipcios
estimaban a Atum como "ese gran Él-Ella", mientras celebraban a Amón
como la "Gloriosa Madre de dioses y
hombres". La palabra egipcia para esta unidad primordial es Mut-Tef, o
"Madre-Padre". De lo que hemos ya estudiado sobre el simbolismo del
sol encerrado, hay pocas dudas sobre el significado concreto del Mut-Tef. La
palabra significaba el Cosmos organizado, el sol central y su recinto,
considerados como los padres masculino y femenino unidos en una sola
personalidad: el cuerpo del gran padre era también el cónyuge del dios, el
útero del cielo.
Los artistas egipcios
mostraron el cuerpo de Osiris formando el círculo de los Tuat, la morada de
Osiris o Ra. Pero todo estudioso de la religión egipcia sabe que el Tuat, la
casa de reposo, fue el vientre de Nut.
El hermafrodita,
entonces, personifica el Cosmos original, que significa Saturno y su morada
visible. G.S. Faber, en su amplio estudio del ritual antiguo, señala que el
gran padre "a veces era estimado
como el Alma animadora y, a veces, como el esposo del Universo, mientras que el
Universo a veces era considerado el cuerpo y, a veces, la esposa del Ser
Inteligente: y, como una teoría suponía una unión tan perfecta como la del alma
y el cuerpo en un hombre, la otra producía una unión similar al mezclar al
marido y la mujer en un hermafrodita".
Con la evaluación de
Faber es imposible estar en desacuerdo, siempre y cuando uno recuerde que para
los antiguos, el "universo" (Cosmos) significaba el hogar de Saturno,
y no una extensión ilimitada. Que el Cosmos de Saturno haya adquirido un
carácter dual como "cuerpo" del dios y como su "esposa" es
suficiente para explicar el padre-madre primordial.
El hermafrodita o
andrógino, nos dice Mircea Eliade, es "el
signo distintivo de la totalidad original (es decir, el Todo)". Su
forma habitual es "esférica", señala. Llegamos así a la siguiente
ecuación:
Banda del sol encerrado = Cosmos (isla, huevo, cordón, cinturón, escudo, círculo de los dioses) = cuerpo del gran padre = vientre de la gran madre
Esta constante mítica
no es tan extraña como parece, recordemos que en la naturaleza hay seres que
son hermafroditas (Hermes/Afrodita. Como dice el profesor Oscar Schmidt:
"...Especialmente en los
vertebrados, cada sexo posee rastros tan claros del aparato reproductivo
característico del otro sexo, que hasta la misma antigüedad consideraba el hermafroditismo
como una condición primitiva, natural, de la humanidad..."
Por otro lado, la
palabra "sexo" deriva del término latino "sexus",
proveniente de la raíz "secare", que significa "cortar,
separar". Sexo se refiere simplemente a la división del género humano en
dos grupos distintos: masculino y femenino.
En los Himnos
Órficos, cantados durante los misterios, vemos también: "Zeus es varón, Zeus es una virgen inmortal". El Amón
egipcio era, en su otra mitad, la Diosa Neit. Venus, en algunas de sus
estatuas, está representada con barba (Venus Barbata). Vishnu,
representado con un loto saliendo de su ombligo, se muestra en uno de los más
antiguos grabados como de doble sexo (Vishnu y Laksmî), de pie sobre una hoja
de loto flotando en el agua. Entre los antiguos persas, Meshia y Meshione eran
un solo individuo. También enseñaban que el hombre era el producto del Árbol de
la Vida, desarrollándose en pares andróginos, hasta que fueron separados en una
modificación subsiguiente de la forma humana. Por supuesto, tenemos al muy
conocido andrógino Bafomet. Todas estas son las versiones contadas por el Adam
primigenio caído, de ahí que se apropie (se "sube al Trono del
Altísimo") de una creación que nunca realizó por sí mismo, y de los
atributos de la mitad "buena", adjudicándose el Árbol de la Vida. Sin
embargo, otro es su árbol.
El término
"Demiurgo" fue acuñado por Platón en su diálogo Timeo. Para Platón
existían dos realidades: el Mundo de las Ideas y el Mundo de las Formas, es
decir, un universo espiritual (el Pleroma) y un universo material (el reino del
Demiurgo). Es interesante un comentario de Platón en el Timeo, donde el
personaje sugiere que, dado que nada "se convierte o cambia" sin
causa, entonces la causa del universo debe ser un demiurgo o un dios, una
figura a la que Timeo se refiere como el padre y creador del universo. Y dado
que el universo es justo, el demiurgo debió haber mirado al modelo eterno para
hacerlo, y no al perecedero (29a). Por lo tanto, usar el mundo eterno y
perfecto de "formas o ideales" como modelo, se dedicó a crear nuestro
mundo, que antes solo existía en un estado de desorden. Esta es la versión
platónica de la creación, claro que desde el punto de vista del caído...
La filosofía platónica y particularmente el neoplatonismo
tendrían una influencia tutelar en el gnosticismo posterior. Platón lo
clasifica como "bueno", siendo un creador que buscó levantar una
creación perfecta, mientras que el gnosticismo arcóntico le da la vuelta a la
tortilla. Entre los gnósticos arcónticos, ofitas, setianos y en los escritos de
la biblioteca de Nag Hammadi, los arcontes son gobernantes, cada uno con de
ellos relacionado con uno de los siete planetas, que impiden que las almas
abandonen el reino material. La connotación política de su nombre (en la
antigüedad, los arcontes eran importantes cargos administrativos públicos, es
decir, "arconte" significa "gobernante"), refleja un
rechazo al sistema gubernamental, que se consideraba defectuoso y sin
posibilidad de verdadera recuperación.
En el maniqueísmo, los
arcontes son los gobernantes de un reino dentro del "Reino de las
Tinieblas", que en su conjunto forman el Príncipe de las Tinieblas. Aquí,
por lo tanto, vemos que el Demiurgo es considerado un ser malvado.
Un rasgo característico del concepto gnóstico del universo
es el papel que juegan en casi todos los sistemas gnósticos los siete arcontes
creadores del mundo, conocidos como la Hebdómada. Estos siete son, para la
mayoría de los sistemas, poderes semi-hostiles, y se les considera las últimas
y más bajas emanaciones de la Deidad. Por debajo de ellos —y con frecuencia
considerado procedente de ellos— está el mundo de los poderes realmente
diabólicos. Hay, eso sí, ciertas excepciones: Basílides enseñaba sobre la
existencia de un "gran arconte" llamado Abraxas que presidía sobre 365
arcontes.
Como resulta evidente en obras tales como el Apócrifo de Yahanan,
los Diagramas Ofitas, Sobre el origen del mundo y Pistis Sophia, los arcontes
juegan un papel importante en la cosmología gnóstica. Probablemente se referían
originalmente a los daimones griegos de los planetas (daimon=demonio, genio),
pero en el gnosticismo se convirtieron en los gobernantes demoníacos del mundo
material, cada uno asociado con una esfera celeste diferente. Como gobernantes del mundo
material, se les denomina arcontes ("principados" o
"gobernantes"). Así como en la astronomía antigua se pensaba que
sobre las esferas de los siete planetas había una esfera de estrellas fijas,
después de las esferas
de los arcontes malignos (la Hebdómada),
estaban las regiones supercelestiales a las que un alma debe llegar por medio
de la gnosis para escapar del dominio de los arcontes. Este lugar se considera
la morada de Sofía (Sabiduría) y de Barbelo, también llamado Ogdóada.
A la luz de lo que estamos estudiando, ahora resulta más
interesante este "conocimiento" gnóstico, en cuanto al Demiurgo,
porque para ellos es la entidad que, sin ser necesariamente creadora, es
impulsora del universo. En la filosofía idealista de Platón y en la mística de
los neoplatónicos es considerado un dios creador del mundo y autor del
universo. Demiurgo
significa, literalmente, "maestro,
supremo artesano, hacedor".
En las escuelas de filosofía platónica, neopitagórica,
platónica media y neoplatónica, el demiurgo es una figura similar a la de un
artesano, responsable de dar forma y mantener al universo físico. Los gnósticos
adoptaron posteriormente el término "demiurgo". Si bien el demiurgo
da forma al universo físico, esto no lo hace necesariamente igual a la figura
del creador en el sentido monoteísta, ya que tanto el demiurgo en sí mismo, así
como el material a partir del cual le da forma al universo, se consideran ambos
como consecuencias de algo más. Dependiendo del sistema, el demiurgo puede ser
considerado increado y eterno o producto de alguna otra entidad. Es curioso
cómo los gnósticos percibieron esto PERO LO INVIRTIERON... o bien el que les
contó la historia la contó AL REVÉS, aplicándose a sí mismo el Árbol de la Vida
y al Creador Yahweh el título de "demiurgo".
Los herejes gnósticos del siglo I del cristianismo sentían
que era inconcebible que un ser tan cruel fuera el mismo padre de Yahshua ha
Mashíaj, quien había predicado el amor, la fraternidad y la paz... Y LA
JUSTICIA, COMO SIEMPRE OLVIDAN. Algunos, como Marción, escribieron tratados
donde renegaban de cualquier influencia judía sobre el cristianismo. A este
ente le llamaron el Demiurgo, dios imperfecto hijo de la diosa Sofía que era
emanada por el Dios de la Luz, el Absoluto Inmanifiesto perfecto e increado que
habita en el Pleroma.
En la ideología dualista de los diversos sistemas gnósticos,
el universo material es malo, mientras que el mundo inmaterial es bueno. Según
algunas corrientes del gnosticismo, el demiurgo es malévolo, ya que está
vinculado al mundo material. En otros, entre los que se incluyen las enseñanzas
de Valentino, se considera que el demiurgo es simplemente un ser ignorante o
confundido. De estas cosas hablamos un poco en la serie FBT01-YESN - ¿Yashua es Elohim, Sí o No?.
En el sistema de Ptolomeo de San Valentín, el demiurgo se
describe como un ángel, como Elohim, que fue elevado al séptimo cielo que rodea
la tierra, por encima de él está el octavo cielo y por encima de él el Elohim
Supremo, que está bastante lejos del cielo. Como ángel de la guarda de la
esfera inferior, el demiurgo fue designado como el creador del mundo, el jefe
de los arcontes, que son sus colaboradores.
La descripción del demiurgo por parte de los setianistas es
aún más negativa que en el sistema valentiano y su estatus es inferior al del
Elohim Supremo, como se cita en el Evangelio de Felipe, pero alcanzó el estatus
de creador de los arcontes y el mundo natural, y volviéndose arrogante dijo:
"Yo soy el Padre, y por encima de mí no hay otro", (como en YeshaYah
45:5 e YeshaYah 46:9), según el Apócrifo de Yahanan, una voz divina, indignada
por la afirmación arrogante de Yaldabaoth, da la respuesta y la refuta.
En textos gnósticos como el Apócrifo de Yahanan y El origen
del mundo, el demiurgo, el hijo de Sofía, recibe nombres que definen su
naturaleza: Yaldabaoth ("hijo del caos"), Saklas (del arameo,
"tonto"), Samael ("dios ciego") o incluso Nebruel (o
Nebro). En el Apócrifo de Yahanan el demiurgo se describe como un ser que tiene
un rostro que se asemeja a un león. Él tiene la representación del leontocéfalo
(también asociado al dios Mitra), que ya hemos mencionado antes: un hombre en
pie con cabeza de león, envuelto por una serpiente. También se lo representa
como una serpiente con cabeza de león.
Acá vemos cómo los seguidores del Adam-primigenio (los
descendientes del nuevo Adam, recordando que Adam significa "rojo"
porque fue creado de la Adamah, "tierra roja", y que en sí no es nombre
propio sino más bien un nombre genérico) lo tomaron como su propio dios,
creyeron en su versión de los hechos y le levantaron templos y lo adoraron,
civilización tras civilización, todas las naciones de la tierra, con excepción
de los yisraelitas, que Yahweh LEVANTÓ POR Y PARA SÍ MISMO a partir de un único
hombre. Podemos entender entonces tantas similitudes (que no les molesta
compartir entre ellos y no se acusan unos a otros de "copistas", sino
que guardan estas acusaciones exclusivamente para los seguidores de Yahshua y
los que tienen las Escrituras... PORQUE LA VERDAD ES QUE SUS MENTIRAS SON LAS
QUE FUERON COPIADAS EL ÚNICO ORIGINAL DE LOS CIELOS.
Los Gemelos Celestiales
El recinto de Saturno unió dos semicírculos de luz y sombra,
que se distinguen por una media luna giratoria. En las divisiones brillantes y
oscuras del recinto, los antiguos percibieron a los gemelos cósmicos, las
"dos caras" del Monarca Universal.
En el ámbito humano, uno de cada ochenta y seis nacimientos
implica gemelos. Pero entre los dioses, lo anormal es la regla. El gran padre
nace o es criado por gemelos, mientras que también da a luz a gemelos. Y el
gran dios mismo suele aparecer en forma dual, esto lo vemos en todas las
religiones humanas, porque se basa en el principio de la división. Así tenemos
el principio del bien y del mal (que para nosotros los creyentes FORMAN PARTE
DE UN MISMO ÁRBOL) y el yin-yang, entre los más conocidos que nos vienen a la
mente en seguida. También tenemos la constelación de Géminis, que se convirtió
en el representante zodiacal de los gemelos celestiales, aunque se acepta casi
universalmente que la pareja mítica existía mucho antes de que se nombraran
tales grupos de estrellas.
¿Quiénes eran los Dioscuri?
Privilegiados como punto de partida de innumerables tratados
sobre los gemelos son los Dioscuros griegos (los dos hijos de Zeus), Cástor y
Polideuces o Pólux. En una batalla con sus primos Idas y Lynceus (hijos de Afareus)
Castor cayó mortalmente herido. Mientras su hermano se quedaba sin aliento, Pólux
suplicaba a Zeus: "Ordéname también morir, oh rey, con este mi
hermano". Zeus respondió a la oración concediendo que los dos hermanos
pasaran días alternos por encima y por debajo de la tierra.
Píndaro registra la promesa de Zeus: "...Si compites por tu hermano, y estás dispuesto a tener una
participación igual con él en todas las cosas, entonces puedes respirar la
mitad del tiempo abajo, en la tierra, y la mitad del tiempo en la tierra dorada
del cielo".
La explicación de algunos autores sobre la recompensa es
bastante simple: los hermanos representaban el cielo diurno y nocturno, girando
alrededor de nuestra tierra. Su posición alterna proporciona "una
expresión simple pero gráfica del hecho de que el cielo divino es mitad oscuro,
mitad brillante".
Apoyando esta interpretación está la observación de Filón de
Alejandría sobre el hábito de los mitólogos: "Teóricamente dividieron el cielo en hemisferios, uno arriba y
otro abajo, la tierra, y los llamaron Dioskoroi, agregando una maravillosa
historia sobre su vida en días alternos".
Varios siglos después de Filón, Joannes el Lidio (que vivió
en el siglo VI EC) repitió la teoría:
"Los filósofos declaran que los Dioskoroi son el hemisferio de abajo, el
abismo, y el hemisferio de arriba, la tierra; se turnan para morir, según el
mito, porque dan vueltas y vueltas pasando por encima y por debajo de nuestros
pies". Al observar que los semicírculos de los Dioscuros eran
sagrados, Cook concluye que los dos hermanos personifican las dos mitades de un
círculo celeste: "el Cielo animado". Esto, por supuesto, no excluiría
a los antiguos de emplear el sol y la luna o la estrella de la mañana y de la
tarde como símbolos de los hemisferios claro y oscuro: "Estos son sólo modos secundarios de denotar el gran contraste
primario entre el día y la noche", afirma Cook.
De los gemelos celestiales uno podría seguir ejemplo tras
ejemplo en la enorme multitud de mitos clásicos. Pueden ser opuestos (como el
día y la noche, o el bien y el mal) o complementarios (hombre-mujer, hermanos,
etc.). Tenemos a Nut y Geb, y a Osiris e
Isis en Egipto; Mawu y Lisa en África, ya mencionados; Xolotl y Quetzalcóatl, y
Hunahpú e Ixbalanqué, en México; Kokomaht y Bahotahl entre los indios Yuma
(Norteamérica); Inanna y Utu (el acadio Shamash) en Sumeria; los atlantes,
cinco parejas de gemelos hijos de Poseidón; Apolo y Artemisa en Grecia; los Ashvins
en la cultura hindú Veda. En el estilo de los Dioscuri, donde uno es humano y
el otro es divino, tenemos también a Heracles (Hércules) e Ificles, en donde
éste último (compañero del héroe en algunas aventuras) es hijo de Alcmena y de
Anfitrión. Extrañamente para nosotros, Heracles es hijo de Alcmena y de Zeus, y
nacen ambos al mismo tiempo, por lo que son mellizos (pero concebidos de padres
diferentes): de esta forma, ambos resultan mortales. Existen cientos de
ejemplos más, no tan conocidos como estos.
En las Escrituras tenemos varios casos de gemelos, siendo el
más conocido e importante el caso de Esaú y Yaakov, donde el primero en nacer,
Esaú, es rechazado por Yahweh. Ya hemos mencionado antes este rechazo que
Elohim realiza a lo largo de todas las Escrituras, en las que el primogénito es
dejado de lado (siempre debido a su mala conducta y actitud), a favor del
segundo, al cual le son pasados los derechos de la primogenitura.
Los Gemelos Blancos Y Negros
Aunque no todos los gemelos son blancos y negros, muchos lo
son, y es esta misma dicotomía la que algunos autores nota en varios ejemplos
griegos. En ciertos casos, un gemelo aparece en un caballo blanco y el otro en
un negro.
Este aspecto de los gemelos parece ser universal. En su
carácter de dios gemelo, el Quetzalcóatl mexicano se une con Mictlantecuhtli,
apareciendo las dos divinidades espalda con espalda, una negra y la otra
blanca. Los Zuni representaron a sus dioses gemelos de la guerra con máscaras
en blanco y negro. Los Asvins blanco y negro del mito hindú son un paralelo
obvio. Los filósofos hindúes, afirma Agrawala, dividieron la rueda cósmica en
dos mitades, una negra y otra blanca, que personificaron como hermanas gemelas
formando "un círculo (chakra) que
gira en el tiempo eterno".
A menudo, los gemelos luchan entre sí (a veces uno es
"bueno" y el otro "malo"), una característica que
complementa el aspecto blanco-negro y ascendente de los Dioscuros. El mito
chino describe a dos hermanos llamados Opeh y Schichin en guerra constante. Los
gemelos ugaríticos Mot y Aliyan se pelean, al igual que los celtas Gwyn y
Gwythur. Remo muere a manos de Rómulo. Acrisius y Proetus se pelean mientras
están en el vientre de su madre. Yaakov y Esaú hacen lo mismo.
La diosa madre india norteamericana Awehai concibió gemelos
que lucharon mientras aún estaban en el útero. No cabe duda de que el yin y el
yang chinos (fuerzas primordiales de la luz y la oscuridad) o el par primordial
maniqueo del bien y el mal guardaban una estrecha relación con esta tradición
general de los gemelos cósmicos.
El aspecto blanco y negro de los gemelos parece ser
consistente con la teoría de Cook de una esfera celestial giratoria dividida en
hemisferios de luz y oscuridad. Pero hay otras características de los gemelos
que encajan menos cómodamente en ese modelo. ¿Por qué los gemelos fueron
concebidos tan a menudo como dos gobernantes primigenios (o dos aspectos del
Monarca Universal, el fundador de la civilización)?
Los Dioscuros tenían una relación muy distinta a la de los
gemelos Rómulo y Remo, los legendarios fundadores de Roma. Parece haber
existido una tradición general de realeza dual, porque así como los Dioscuros,
en los primeros días dóricos, encontraron personificación en dos reyes de
Esparta, los latinos Rómulo y Remo aparecen como gemelos reales, reinando con
los mismos derechos. Las representaciones de Rómulo y Remo a menudo asimilan a
la pareja a los Dioscuros.
Para muchos esto puede resultar confuso, pero para nosotros
no debería. Ya hemos aludido antes a esta pelea entre hermanos en otros
estudios, y a esa priorización del hijo segundo por encima del primero. Esto
habla de un principio de división que ya hemos mencionado con respecto a la
caída del hombre resulta fácil aquí ver la división causada por la caída, en
primer lugar entre la parte "carnal" (la caída) y la parte
"espiritual" (la celestial), algo que vemos representado en la
división de las "aguas de arriba de las aguas de abajo", entre los
cielos y la tierra, etc. esta entidad caída ya no pudo alegar
"unidad", por lo que puso énfasis en la división en dos partes
"opuestas" que, como ya dije, pueden ser complementarias u opuestas.
También es crucial la relación del par celestial con el
pilar cósmico. Muchas representaciones antiguas de los gemelos colocan las dos
cabezas sobre el poste sagrado. En cuanto al tipo janiforme en Grecia (las dos
cabezas en una sola, de Jano), Cook cita casos en los que "la doble cara
se coloca en un pilar o poste". Se encuentran representaciones similares
del dios de dos caras en China, el norte de Europa, Siberia, India, América y
otros lugares. Para quien concibe el poste como nada más que una pieza de
madera venerada, la conexión entre él y el dios de dos caras no significará
nada. Pero para quien ve el poste sagrado como el emblema de la Colina Primordial,
la ubicación está cargada de significado: los gemelos cósmicos ocuparon la cima
de la montaña central.
Aquí hay dos aspectos de los gemelos celestiales que no
encajan fácilmente con la explicación de Cook sobre la pareja. Los gemelos son
dos caras o dos aspectos de Saturno, el Monarca Universal; y se sientan sobre
la montaña cósmica. ¿Son estos atributos accidentales de los gemelos o
pertenecen a una imagen integrada? Para nosotros, sabemos que ambas son PARTES
QUE DEBEN VOLVER A UNIRSE:
La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz
se besaron. La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los
cielos. Mizmor 85:10-11
La Gran Madre
El signo del sol
encerrado también representa a Saturno, la Semilla generadora, dentro del útero
de la diosa madre. Como personificación femenina del Cosmos, la gran madre es
inseparable del "cuerpo" de Saturno. Los misterios de la diosa madre dan
lugar a un debate interminable. ¿Cuál es el hecho de la naturaleza que
explicará la unión cósmica de Isis y Osiris, Tamuz e Ishtar o Cronos y Gea? Un
erudito tras otro se pregunta sobre la diosa "de formas variadas",
encontrándola en todas partes y en ninguna parte. Si para un escritor ella es
la fértil tierra, para otro es la luna y para otro" el universo", el
"cielo" o "la estrella de la mañana". Las diversas
interpretaciones parecen sugerir que había muchas diosas con una figura singular:
la consorte celestial del Gran Padre.
Aquí, por ejemplo,
hay una declaración, ofrecida como las palabras de la diosa egipcia Isis a
Apuleyo:
Mi nombre, mi divinidad es adorada en todo el mundo, de diversas maneras, con diversas costumbres y con muchos nombres. Porque los frigios que son los primeros hombres de todos los hombres me llaman la Madre de los dioses de Pessinus; los atenienses, que nacen de su propio suelo, Cecropian Minerva; los chipriotas, que están ceñidos por el mar, Pafian Venus; los cretenses, que llevan flechas, Dictynian Diana; los sicilianos, que hablan tres lenguas, la infernal Proserpina; los elusinianos, su antiguo diosa Ceres; algunos, Juno, otros Bellona, otros Hécate, otros Ramnusie...; y los egipcios, que son excelentes en todo tipo de doctrina antigua, y por sus debidas ceremonias acostumbrados a adorarme, me llaman por mi verdadero nombre, Reina Isis.
Campbell, Occidental Mythology
En sus ritos
cósmicos, los egipcios no parecían dispuestos a distinguir a Isis de figuras
locales de la gran madre como Nut, Hathor, Mut o Neith. Cada diosa local
llevaba epítetos idénticos o similares ("el Ojo de Ra", "la
madre de Ra", "la Señora de Tierra Santa", etc.).
Pero si los antiguos
reconocían una personalidad común de la diosa, ¿cuál era el rasgo subyacente de
esa personalidad? Hay un atributo universal: la gran diosa posee la forma de un
recinto —un círculo o matriz— que alberga y "da a luz" al gran padre.
Neumann percibió este rasgo cuando describió a la diosa "carácter
elemental "como" la Gran Ronda "o" el útero que contiene y
crea el mundo". De su estudio exhaustivo de la gran madre, G.S. Faber
concluyó que toda diosa aparece como un recinto protector que alberga al gran
padre. De esta verdad no hay escasez de pruebas. El dios Tamuz se sienta dentro
del vientre de Tiamat, "la madre del hueco".
"Vientre-madre" es el epíteto de la diosa sumeria Gula, mientras que
el nombre de Ishtar significa "útero". Las fuentes hindúes describen
a la gran madre como el yoni o "útero" y al gran padre como "él
envuelto en el vientre de su madre". Agni es el dios masculino "que
brilla en el vientre eterno de la madre".
Del mismo modo, el
nórdico Odin es "el habitante del seno de Frigg". En la doctrina
órfica, el receptáculo que alberga al gran padre es la diosa Vesta. Los gnósticos
recordaban al viejo dios como el "Anciano de días que habitó como un bebé
dentro del útero". Entre los maoríes, la gran madre es "Shelter
Maid" o "Haven Maid".
Las descripciones del
útero primitivo muestran que los antiguos recuerdan a la diosa como una banda
visible, lo que los textos hindúes llaman el "útero dorado", y los
babilonios "el aro enjoyado" (un título de Ishtar). Las imágenes
pertenecen directamente al "sol encerrado".
Esta concepción de la
gran madre recibe un apoyo convincente de fuentes del antiguo Egipto. El dios
del sol egipcio tiene su hogar dentro del útero de su madre y consorte, la
"Gran Protectora". De Ra, el Libro de los Muertos proclama: "Tú
resplandeces, tú haces luz en tu madre". En otros lugares Ra aparece como
el sol "en el vientre de Hathor".
Osiris brilla desde
el recinto de su madre Nut: "Homenaje
a ti, Rey de reyes, Señor de señores, Príncipe de príncipes, que desde el
vientre de Nut ha gobernado todo el mundo". La morada de Horus es su
madre Hathor, cuyo nombre significa "la Casa de Horus".
La diosa madre no era
nuestra tierra, ni el cielo abierto, ni la luna, sino la morada del sol
central, el recinto de Atón: "Mi
Atón me ha dado a luz", afirma el dios-rey. Esta conexión directa de
la diosa madre con el recinto del sol explicará por qué el signo de Atón,
aunque sirve como glifo de Ra, también denota "amante", en referencia
a la consorte celestial del dios. La amante del dios era su propia emanación,
su halo de "gloria" o "esplendor". Los sacerdotes que
invocaban el khut o "círculo de gloria" del gran dios también
celebraban a la diosa Khut, que era el mismo círculo.
Residiendo dentro del
recinto, el sol central es la semilla brillante que fecunda a la gran madre. "Yo soy de hecho la Gran Semilla",
declara Ra. "Oh, haz que el
vientre de Nut quede preñado de la semilla del espíritu que está en ella",
dice un himno de los Textos de las Pirámides. Los mismos textos celebran "la matriz del cielo con el poder de la
semilla del dios que está en ella". Y de nuevo, "Hay presión en tu vientre, oh Nut, a través de la simiente del
dios que está en ti".
Por tanto, la
concepción y el nacimiento se confunden. La Semilla que impregna (padre) es
también el Niño. Esto lo vemos en todas las antiguas religiones y sus
trinidades:
Trinidad
Egipcia: Horus, Osiris, Set
Trinidad
Hindú: Brahma, Shiva Visnú
Trinidad
Budista: Buda, Dharma, Sangha
Trinidad
Babilónica: Anu, Ea, Bel
Trinidad
Caldea: Sin, Ishtar, Shamash
Trinidad
Fenicia: El, Aserah, Baal
Trinidad
Persa: Ormuz, Mitra, Ahriman
Trinidad
Escandinava: Odín, Freya, Thor
Trinidad
Romana: Júpiter, Minerva, Apolo
Trinidad
Griega: Zeus, Atenea, Apolo
Trinidad
Asiria: Assur, Nabu Marduk
Trinidad
Católica: Padre, Hijo, Espíritu Santo
Es esta ecuación la
que produce el título de Ra como "Hombre-Niño". Es el prototipo de
"el hijo que da a luz a su madre", o el "padre que se da a luz a
sí mismo". Pero la confusión no termina aquí, porque la diosa madre, como
el aura envolvente del gran padre, es ella misma la emanación del poder
masculino. El dios solitario da a luz al vientre del cielo sin ayuda. En este
sentido, la diosa es la "hija" del gran padre, de modo que si se
considera todo el abanico de posibilidades, tres relaciones con la diosa
—padre, marido e hijo— se unen en una figura.
Imágenes de este tipo
recorren todos los textos religiosos del antiguo Egipto. Amon-Ra es "el
que engendra a su padre". La diosa Hathor se convierte en "la madre
de su padre y la hija de su hijo".
El rey (terrenal)
recibe su autoridad en la tierra a través de la personificación del Monarca
Universal, y aspira a duplicar la hazaña del Monarca Universal, dándose a luz
en el vientre de Nut. Aunque el matrimonio divino y su imitación en el ritual
de la realeza implican muchas complejidades y enigmas, el tema subyacente
permanece claramente definido.
Simbólicamente, el
rey tiene su hogar en el útero cósmico; simultáneamente fecunda a la diosa y
"nace" de ella. La fuente del ritual es celestial, ya que recrea la
Primera Ocasión cuando el gran padre, la Semilla ardiente, tomó por esposa a la
banda de "gloria" que se solidificó a su alrededor. El signo de la
unión primordial está en todas partes ante nosotros, pero rara vez se reconoce.
Es el signo del sol cerrado.
En relación con el
simbolismo de la diosa madre, se observa que "útero" es generalmente
sinónimo de "muslo" o "regazo". Cuando los relieves
antiguos representan al dios o rey en el regazo de la gran madre, se refieren a
la unión primitiva, en la que el padre de los dioses reside dentro del
"recinto protector de la diosa". Acá tenemos la expresión bíblica
"en sus muslos", que ya hemos dicho que no se refiere a una parte
física en particular, sino al acto reproductivo en sí, en cuanto a la genética.
Los hijos "están en los muslos" de sus padres antes de nacer (y toda
la descendencia).
Muchos dioses —en los
mitos hindúes, griegos y europeos— "nacen del muslo", como el Jepri
egipcio que "nació sobre el muslo de la madre divina".
Identificar a la
diosa madre como la banda del sol encerrado es equiparar a la diosa con el
Cosmos de Saturno, la compañía giratoria de los dioses. Así, mientras que el
khut egipcio significa el "círculo de gloria" formado por los dioses
secundarios, Khut también significa la diosa madre.
"Él es el que ha salido hoy del vientre primitivo de ellos (los
dioses secundarios) que fueron antes de Ra", dice el Libro de los
Muertos. "He salido entre los muslos
de la compañía de los dioses". Lo que el Libro de los Muertos llama
"seres divinos del Muslo" significa la asamblea celestial, los dioses
secundarios que forman colectivamente el útero de la génesis cósmica.
Pero el simbolismo
interrelacionado no se detiene aquí. Todo sacerdote egipcio sabía que la diosa
madre era el huevo giratorio que albergaba al sol central. De hecho, la imagen
jeroglífica de un huevo al final del nombre divino significa "diosa".
De Osiris, la diosa Isis declara: "Su semilla está dentro de mi útero, he
moldeado la forma del dios dentro del huevo como mi hijo que está a la cabeza
de la Enéada". El dios dentro del útero es el dios dentro del huevo, que
es el dios que gobierna la Enéada (círculo de dioses).
Los cultos
mesopotámicos representaban a la diosa Ishtar, "el útero", mediante
una rueda. La diosa hindú Rta es la "rueda de la ley" que controla el
ciclo cósmico, mientras que la diosa Ila personifica el chakra o rueda del
mundo. El nombre de la diosa celta Arianrhod significa "rueda de
plata". También se recuerda la rueda iynx de Afrodita y las ruedas de
Tyche, Némesis y Fortuna, todas las cuales parecen reflejar una idea común.
Como el círculo estable y en constante giro del Cosmos, la diosa eventualmente
se convirtió en la "rueda de la Madre Naturaleza" abstracta. Y cuando
uno se da cuenta de que la rueda sirvió como trono giratorio del gran padre, no
puede sorprendernos descubrir que, en la terminología arcaica,
"trono" y "diosa" son sinónimos. "La gran madre
sentada", afirma Neumann, "es la forma original del trono. La diosa
Némesis, con la rueda del destino, es la "diosa entronizada" y
también el trono mismo. Como madre y mujer de la tierra, la Gran Madre es el
"trono" puro y simple.
Entonces, en la
tierra, el rey llega al poder "SUBIENDO AL TRONO" y así ocupa su
lugar en el regazo de la Gran Diosa, la tierra, y se convierte en su hijo.
En el B'rit Hadashá
encontramos una fascinante ecuación entre la diosa primigenia y la ciudad
primigenia. En su visión, Yahanan contempla:
Vino uno de los siete malajim que tenían las siete copas y habló conmigo diciendo: "Ven acá, y te mostraré la condenación de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas. Con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los que habitan en la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación". Me llevó en el espíritu al desierto. Y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres blasfemos y que tenía siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y estaba adornada con oro y piedras preciosas y perlas. En su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las impurezas de su inmoralidad. En su frente estaba escrito un nombre misterioso: "Bavel la grande, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra". Hitgalut 17:1-5
¿Quién era esta "madre
de rameras"? El malaj explica:
"Y la mujer que has visto es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra". Hitgalut 17:18
El lenguaje apunta a
los antiguos ritos de reinado, en el que cada gobernante local tomaba como su
consorte la ciudad (matriz) en las aguas cósmicas. Para que hubiera
"legalidad" en el reinado, debía haber rey y reina, dios y diosa, por
lo que nuestro Adam-haSatán, aun habiendo sido dividido, se las ha arreglado
para jugar "papeles dobles", inclusive con la ayuda de otros malajim.
La interrelación
entre el dios y la diosa es tan confusa y ambigua porque en el plano espiritual
hace sentido, pero en el plano materia ACTUAL, no lo hace. En la primera
creación del Adam primigenio hablamos de una entidad INDIVISA, dentro de la
cual convivían ambos principios armónicamente. Al surgir una desarmonía de
intereses, se produce una división, que provoca la separación en lo que serán
los dos sexos, la división primera. El hombre fue creado originalmente
hombre-mujer, a eso se regresará, y las diferentes religiones, sobre todo las
más antiguas, mantienen esa "unidad" como un recuerdo lejano.
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