Al mismo tiempo que los mares se amontonaban en inmensas mareas, se
desarrollaba un espectáculo en el cielo que se presentaba a los horrorizados
espectadores de la tierra como una batalla gigantesca. Debido a que esta
batalla fue vista desde casi todas partes del mundo, y debido a que se imprimió
con mucha fuerza en la imaginación de los pueblos, puede reconstruirse con
cierto detalle.
Cuando la tierra atravesó los gases, el polvo y los meteoritos de la
cola del cometa, alterada en su eje, procedió en un movimiento distorsionado.
Imaginen un sistema solar casero, hecho con bolas y platos de telgopor colados
de hilos, perfectamente en equilibrio, y una nueva bola es lanzada en medio de
ellos, rozando el plato que representa la tierra, la cual comienza a moverse
fuera de control, tambaleándose y girando sobre sí misma. Por supuesto,
hablamos de cuerpos mucho más pesados y densos que bolas livianas, y además
debemos tener en cuenta fuerzas extraordinarias como el magnetismo, que
entraron en juego causando un juego de equilibrio-desequilibrio, como veremos.
Cuando un cuerpo es alterado en su movimiento normal, comienza un bamboleo que
no es circular sino elíptico, y esto provoca una serie de alteraciones
generales.
Emergiendo de la oscuridad, el hemisferio oriental se enfrentó a la
cabeza del cometa. Esta cabeza poco antes había pasado cerca del sol y estaba
en un estado de incandescencia. La noche en que el gran terremoto sacudió el
mundo fue, según la literatura rabínica, tan brillante como el día del
solsticio de verano. Debido a la proximidad de la tierra, el cometa dejó su
propia órbita y durante un tiempo acompañó a la tierra. La gran bola del cometa
retrocedió, luego se acercó nuevamente a la tierra, envuelta en una oscura
columna de gases que parecían una columna de humo durante el día y de fuego en
la noche, y la tierra pasó una vez más por la atmósfera del cometa, esta vez en
su cuello. Esta etapa estuvo acompañada de descargas eléctricas violentas e
incesantes entre la atmósfera de la cola y la atmósfera terrestre. Hubo un
intervalo de aproximadamente seis días entre estos dos acercamientos. Al
emerger de los gases del cometa, la Tierra parece haber rotado sobre sí misma,
y la columna de humo se movió hacia el horizonte opuesto. La columna parecía
una serpiente gigantesca en movimiento.
El malaj de ha'Elohim,
que iba delante del ejército yisraelita, ahora se mudó y se puso detrás de
ellos; y la columna de nube se apartó del frente de ellos y se situó detrás de
ellos... Shemot 14:19
Cuando las marejadas alcanzaron su punto más alto y los mares se
rompieron, una tremenda chispa voló entre la tierra y el globo del cometa, que
instantáneamente empujó las olas de millas de altura. Mientras tanto, la cola
del cometa y su cabeza, habiéndose enredado entre sí por su estrecho contacto
con la tierra, intercambiaron violentas descargas de electricidad. Parecía una
batalla entre el globo brillante y la oscura columna de humo. En el intercambio
de poderes eléctricos, la cola y la cabeza fueron atraídas una a la otra y
repelidas una de la otra. De la cola parecida a una serpiente crecieron
extensiones y perdió la forma de una columna. Ahora parecía un animal furioso
con patas y muchas cabezas. Las descargas destrozaron la columna, proceso que
fue acompañado por una lluvia de meteoritos sobre la tierra. Parecía como si el
monstruo fuera derrotado por el globo brillante y enterrado en el mar, o donde
cayeran los meteoritos.
Posteriormente, los gases de la cola envolvieron la tierra. El globo
del cometa, que perdió gran parte de su atmósfera y gran parte de su potencial
eléctrico, se retiró de la tierra, pero no se separó del todo de su atracción.
Al parecer, después de un intervalo de seis semanas, la distancia
entre la Tierra y el globo del cometa volvió a disminuir. Este nuevo
acercamiento del globo no se pudo observar fácilmente porque la Tierra estaba
envuelta en las nubes de polvo dejadas por el cometa en su acercamiento
anterior, así como por el polvo expulsado por los volcanes. Después de
renovadas descargas, el cometa y la tierra se separaron.
Este comportamiento del cometa es de gran importancia en problemas de
mecánica celeste. Que un cometa, al encontrarse con un planeta, puede enredarse
y alejarse de su propio camino, ser forzado a
tomar un nuevo curso y finalmente liberarse de la influencia del planeta, lo
proporciona el caso del cometa Lexell, que en 1767 fue capturado por Júpiter y
sus lunas. No fue hasta 1779 que se liberó de este enredo.
Los eventos en el cielo fueron vistos por los pueblos del mundo como
una pelea entre un monstruo maligno en forma de serpiente y el dios de la luz
que se enfrentó al monstruo en la batalla y así salvó al mundo. La cola del
cometa, saltando adelante y atrás bajo las descargas del globo en llamas, se
consideró como un cuerpo separado, enemigo del globo del cometa.
Dado que las descripciones de la batalla entre Marduk y Tiamat, el
dragón, o Isis y Seth, o Vishnu y la serpiente, o Krishna y la serpiente, o
Ormuz y Ahriman, siguen un patrón casi idéntico y tienen muchos detalles en
común con la batalla de Zeus y Tifón, daré aquí la descripción de Apolodoro de
esta batalla.
Cuando los dioses hubieran vencido a los gigantes, la Tierra, aún más enfurecida, tuvo relaciones sexuales con el Tártaro y dio a luz a Tifón en Cilicia, un híbrido entre hombre y bestia. En tamaño y fuerza superó a todos los descendientes de la Tierra. En cuanto a los muslos, tenía forma humana y una masa tan prodigiosa que superó a todas las montañas, y su cabeza rozaba a menudo las estrellas. Una de sus manos se extendió hacia el oeste y la otra hacia el este, y de ellas sobresalieron las cabezas de los cien dragones. De los muslos hacia abajo tenía enormes espirales de víboras, que cuando se sacaban, llegaban hasta su cabeza y emitían un fuerte silbido. Su cuerpo estaba todo alado: el cabello descuidado fluía con el viento desde su cabeza y mejillas; y el fuego brotó de sus ojos. Tal y tan grande era Tifón cuando, lanzando piedras encendidas, se dirigió al cielo mismo con silbidos y gritos, lanzando un gran chorro de fuego de su boca. Pero cuando los dioses lo vieron correr al cielo, huyeron hacia Egipto y, siendo perseguidos, cambiaron sus formas por las de animales.
Sin embargo, Zeus arrojó a Tifón a distancia con rayos, y de cerca lo derribó con una hoz adamantina, y mientras huía lo persiguió de cerca hasta el monte Casio, que domina Siria. Allí, al ver al monstruo dolorido, se enfrentó a él. Pero Tifón se enroscó sobre él y lo agarró con sus rizos, y al arrancarle la hoz le cortó los tendones de las manos y los pies, y levantándolo sobre sus hombros lo llevó por el mar hasta Cilicia y lo depositó al llegar a la cueva coricia. Asimismo, guardó allí también los tendones, escondidos en una piel de oso, y puso para protegerlos a la dragona Delphyne, que era una doncella medio bestial. Pero Hermes y Aegipan robaron los tendones y se los colocaron sin que los observara Zeus, el fugitivo; porque probó los frutos efímeros con la convicción de que así se fortalecería. Así que, perseguido de nuevo, llegó a Tracia y, luchando en el monte Hemo, levantó montañas enteras. Pero cuando éstos retrocedieron sobre él por la fuerza del rayo, el torrente de sangre brotó sobre la montaña, y dicen que por esa circunstancia la montaña se llamó Haemus. Y cuando empezó a huir a través del mar de Sicilia, Zeus arrojó sobre él el monte Etna en Sicilia. Esa es una montaña enorme, de la que hasta el día de hoy dicen que brotan ráfagas de fuego de los rayos que se lanzaron.
Apollodorus, The Library, traducción Frazer, James George, I. vi. 2-3ss (Online, páginas 46-50)
La lucha dejó profundas huellas en todo el mundo antiguo. Algunos
distritos se asociaron especialmente con los eventos de esta lucha cósmica. La
costa egipcia del Mar de Cañas se llamó Tifonia, según cita Estrabón en su
"Geografía".
Estrabón también narra que los Arimi (arameos o sirios) fueron
testigos aterrorizados de la batalla de Zeus con Tifón.
El río Orontes fluye cerca de la ciudad... Aunque antes se llamaba Tifón, su nombre fue cambiado por el de Orontes, el hombre que construyó un puente a través de él. Aquí, en algún lugar, está el escenario de la historia mítica del golpe de Tifón por un rayo y la historia mítica de los Arimi, de quienes ya he hablado, por los relámpagos, huyó en busca de un descenso subterráneo; que no solo cortó la tierra con surcos y formó el lecho del río, sino que también descendió bajo tierra y provocó que la fuente saliera a la superficie; y que el río debe su nombre a este hecho.
Strabo Geography Vol VII, Books 15-16 - Trans. Jones, 16. 2. 6-7, página 245 (Online, página 258)
(Los) "Arimi", de los cuales... deberíamos interpretar... como significando, no algún lugar en Siria o en Cilicia o en alguna otra tierra, sino la propia Siria; porque los habitantes de Siria son arameos, aunque quizás los griegos los llamaran arimeos o arimi.
Strabo Geography Vol VII, Books 15-16 - Trans. Jones, 16. 4. 27, página 371 (Online, página 384)
También hay que escuchar las palabras de los historiadores antiguos, como, por ejemplo, las de Xanthus, quien escribió la historia de Lidia, cuando relata los extraños cambios que este país experimentó a menudo... Y de hecho hacen de éste el escenario de la historia mítica de los Arimi y de los estertores de Tifón, llamándolo el país Catacecaumenê.
Strabo Geography Vol V, Libros 10-12 - Trans. Jones, 12. 8. 18-19, página 517 (Online, página 520)
Descripciones similares provienen de varios lugares del mundo antiguo,
en los que las naciones relatan la experiencia de sus antepasados que presenciaron la gran catástrofe de mediados del segundo milenio.
En ese momento los yisraelitas estaban apenas saliendo de Egipto,
después de 400 años de contacto con esa civilización y aún no habían llegado a
un concepto monoteísta claro y definido; ni siquiera habían recibido la Ley, y
no conocían ni respetaban demasiado claramente a su Elohim, como lo demuestran
sus continuas rebeliones durante el camino por el desierto. No que no
conocieran al "Elohim de Avraham, Yitzjak y Yaakov", sino que sus
conceptos, en general, eran simples, porque aún no habían sido adoctrinados
como lo serían más adelante. Como otros pueblos, veían en la gran lucha que se
desarrollaba a su alrededor un conflicto entre el bien y el mal, probablemente
"los dioses" (los planetas), ya que entre ellos iba la multitud mixta
con todas sus creencias y suposiciones.
Con todo, el Libro de Shemot, suprimiendo esta concepción de los
antiguos, presenta el presagio del fuego y el humo moviéndose en una columna
como un malaj o mensajero del Adón. Sin embargo, muchos pasajes de otros libros
de las Escrituras conservaron la imagen, ya que impresionó a los testigos
presenciales. Rahab es el nombre hebreo para el contendiente con el Altísimo.
Tú quebrantaste a Rahab,
como a herido de muerte, con tu brazo potente dispersaste a tus enemigos...
Mizmor 89:10
¿Es Venus, o Leviatán, o Lucifer, el
antiguo "planeta Rahab"?
Las columnas del cielo se
estremecen, atónitas ante Su reprensión. Él aquietó el mar con su poder; con su
destreza derribó a Rahab. Iyov 26:11-12
Elohim no restringe su
ira; hondo se hunden los ayudantes de Rahab. Iyov 9:13
En cuanto al punto de vista más antiguo
acerca de Rahab, veamos:
Hasta ese momento, la tierra era una llanura y estaba completamente cubierta de agua. Apenas se hicieron oír las palabras de Dios, "Que se junten las aguas", cuando aparecieron montañas por todas partes y colinas, y el agua se acumuló en las cuencas profundas. Pero el agua era recalcitrante, resistió a la orden de ocupar los lugares humildes, y amenazó con desbordar la tierra, hasta que Dios la obligó a regresar al mar y rodeó el mar con arena. Ahora, siempre que el agua es tentada a traspasar sus límites, contempla la arena y retrocede.
Las aguas imitaron a su principal Rahab, el Ángel del Mar, quien se rebeló ante la creación del mundo. Dios le había ordenado a Rahab que tomara el agua. Pero él se negó, diciendo: "Ya tengo suficiente". El castigo por su desobediencia fue la muerte. Su cuerpo descansa en las profundidades del mar, el agua disipando el mal olor que emana de ella".
Ginzberg - Legends of the Jews 01, página 18
En la leyenda tardía, Rahab es el
"príncipe de Egipto" y al mismo tiempo Uzza es el "príncipe del
mar".
El primero sobre el que se ejecutó el juicio fue el ángel de Egipto, Uzza fue arrojado al mar, y Rahab, el ángel del mar, y sus huestes sufrieron una suerte similar. Rahab había intercedido ante Dios a favor de los egipcios. Él había dicho: "¿Por qué has de ahogar a los egipcios? Basta a los israelitas que los has salvado de la mano de sus amos". Ante eso, Dios asestó un golpe a Rahab y a su ejército, bajo el cual se tambalearon y cayeron muertos, y luego arrojó sus cadáveres al mar, de ahí su desagradable olor.
Ginzberg - Legends of the Jews 03, página 25
El profeta clama:
Despierta, despierta,
vístete de poder, oh brazo de Yahweh; despiértate como en el tiempo antiguo, en
los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón?
¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en
camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos? YeshaYah
51:9-10
De estos pasajes queda claro que la batalla del Adón con Rahab no fue
una batalla primigenia antes de la Creación, como piensan algunos eruditos.
YeshaYah profetizó para el futuro:
En ese día Yahweh
castigará con su espada dura, grande y fuerte, al Leviatán la Serpiente Huidiza
-al Leviatán la Serpiente Tortuosa; matará al Monstruo del mar. YeshaYah 27:1
La "serpiente tortuosa" se muestra en muchas imágenes
antiguas desde China hasta la India, Persia, Asiria, Egipto y México (Ver OFIOLATRÍA - EL CULTO A LA SERPIENTE ANTIGUA). Con el surgimiento del concepto
monoteísta, los yisraelitas consideraron a esta serpiente tortuosa, la rival
del Altísimo, como una criatura del Adón que se rebeló y debía ser derribada.
Él es quien despliega el
Norte sobre el vacío, quien suspende la tierra sobre la nada. Él encerró las
aguas en Sus nubes, y las nubes no se rompen por su peso. Él tapa la vista de
Su trono, extendiendo una nube sobre él. Él trazó una frontera sobre la
superficie de las aguas, en el extremo donde se encuentra la luz con las
tinieblas. Las columnas del cielo se estremecen, atónitas ante Su reprensión.
Él aquietó el mar con su poder; con su destreza derribó a Rahab. Con su soplo
calmó el cielo; su mano atravesó a la Serpiente Tortuosa. Iyov 26:7-13
Pero tú, Elohim, eres mi
Rey desde antiguo, el que realiza liberaciones en medio de la tierra. Tú
dividiste el mar con tu potencia; quebraste las cabezas de los monstruos en las
aguas. Tú aplastaste las cabezas del leviatán, y lo diste por comida a los
habitantes del desierto. Mizmor 74:12-14
El mar sin dividió, la tierra se cortó con surcos, desaparecieron
grandes ríos, aparecieron otros. La tierra retumbó durante muchos años, y la
gente pensó que el dragón de fuego que había sido abatido había descendido bajo
tierra y estaba gimiendo allí.
El
Cometa Tifón
Uno de los lugares del combate celestial entre las fuerzas elementales
de la naturaleza, narrado por Apolodoro y Estrabón, estaba en el camino de
Egipto a Siria. El monte Casio, mencionado por Apolodoro, es el nombre del
monte Líbano y del monte Sinay. Según Heródoto, el acto final de la lucha entre
Zeus y Tifón tuvo lugar en el lago Serbón en la ruta costera de Egipto a
Palestina. En el camino de Egipto a Palestina, los yisraelitas, después de una
noche de terror y un fuerte viento del este, presenciaron la agitación del día
del Paso.
Estas circunstancias paralelas llevan a una conclusión que sonará un
tanto extraña. Tifón yace en el fondo del mar donde los hechizados yisraelitas
vieron la agitación de la naturaleza: oscuridad, huracán, montañas de agua,
fuego y humo, registrados en la leyenda griega como las circunstancias de la
batalla de Zeus con el dragón Tifón. En el mismo pozo del mar yacen el faraón y
sus huestes.
Hasta ahora hemos identificado a Rahab-Tifón como un cometa. Pero si
Tifón yace en el fondo del mar, ¿no es el faraón? Esto podría interpretarse de
dos maneras: primero, que en la leyenda de Tifón se soldaron dos elementos: el
faraón, que murió en la catástrofe, y el escandaloso rebelde Tifón, Venus,
Lucifer, Leviatán, que se rebela contra el Adón del cielo. Sin embargo, EL
COMETA NO FUE A PARAR AL FONDO DEL MAR. Leímos antes acerca de la catástrofe
que formó el cauce del rio Orontes (originalmente llamado río Tifón), que atraviesa
Palestina bajando desde Siria. Esto parece estar en la línea del recorrido por
el que podría haber pasado el cometa, es decir, surcando los cielos de norte a
sur, pasando encima de Turquía, Grecia, Siria, toda Palestina, continuando al
sur por sobre todo Egipto. Si decimos que el cometa, a su regreso, se
transformaría en un planeta, no podemos congeniar con la idea de que
"Tifón está en el fondo del mar"...A MENOS QUE TIFÓN SEA UN FENÓMENO
QUE SE HA DESPRENDIDO DE ESTE COMETA, o que ha sido provocado por el mismo. Las
fuerzas que se activarían en este tipo de catástrofe escapan a nuestra
comprensión absoluta, no porque no podamos comprenderlo, sino porque sólo
contamos con nuestra imaginación para rellenar demasiados huecos de
posibilidades.
La descripción de Tifón a todas luces nos habla de un terrible tornado
o ciclón. Leamos de nuevo la descripción de Apolodoro:
...tenía forma humana y una masa tan prodigiosa que superó a todas las montañas, y su cabeza rozaba a menudo las estrellas. Una de sus manos se extendió hacia el oeste y la otra hacia el este, y de ellas sobresalieron las cabezas de los cien dragones. De los muslos hacia abajo tenía enormes espirales de víboras, que cuando se sacaban, llegaban hasta su cabeza y emitían un fuerte silbido. Su cuerpo estaba todo alado: el cabello descuidado fluía con el viento desde su cabeza y mejillas; y el fuego brotó de sus ojos... lanzando piedras encendidas... lanzando un gran chorro de fuego de su boca...
No todos los tornados y ciclones lanzan piedras encendidas ni chorros
de fuego, y por eso casi nunca son identificados con dragones. Pero este ciclón
estaba formado por las alteraciones que a su paso provocaba el cometa;
probablemente del mismo obtuvo en gran medida el material que giraba en su
interior, las "piedras de fuego" que lanzaba por tierra.
En la Historia Natural de Plinio, la sección nonagésima primera del
segundo libro dice:
"Los habitantes de Etiopía y Egipto vieron un cometa terrible, al que Tifón, el rey de ese período, dio su nombre; tenía una apariencia ardiente y estaba retorcido como una espiral, y era muy lúgubre de contemplar: en realidad no era tanto una estrella como lo que podría llamarse una bola de fuego".
Hevelius escribió (en latín): "En
el año del mundo 2453 (1495 aEC), según ciertas autoridades, se vio un cometa
en Siria, Bavel, India, en el signo Jo, en forma de disco, en el mismo momento
en que los yisraelitas estaban en su marcha desde Egipto a la Tierra
Prometida".
"En el año del mundo dos mil cuatrocientos cincuenta y tres (como muchos autores confiables, sobre la base de muchas conjeturas, han determinado) un cometa apareció que Plinio también menciona en su segundo libro. Era ardiente, de forma circular irregular, con la cabeza envuelta; tenía la forma de un globo y era de aspecto terrible. Se dice que el rey Tifón gobernó en ese momento en Egipto, y con la ayuda de los gigantes fue hecho rey. Ciertas (autoridades) afirman que el cometa fue visto en Siria, Bavel, India, en el signo de Capricornio, en forma de disco, en el momento en que los hijos de Yisrael avanzaban desde Egipto hacia la Tierra Prometida, conducido en su camino por la columna de nube durante el día y por la columna de fuego de noche".
Rockenbach - De Cometis Tractatus Novus Methodicus (1602) (Online página 137)
Rockenbach no llegó a ninguna conclusión sobre la relación del cometa
de los días del Shemot con los fenómenos naturales de esa época; su intención
era sólo fijar la fecha del cometa de Tifón.
Entre los primeros autores, Lydus, Servius (que cita a Avienus),
Hephaestión y Junctinus, además de Plinio, mencionan el cometa Tifón. Está
representado como un inmenso globo (globus immodicus) de fuego, también como
una hoz, que es una descripción de un globo iluminado por el sol, y lo
suficientemente cerca para ser observado así. Su movimiento era lento, su
camino estaba cerca del sol. Su color era sanguinolento: "No era de fuego, sino de enrojecimiento sanguinolento", (Ioannis
Laurentii Lydi Liber de ostentis et calendaria graeca omnia, Online,
página 171) Causó destrucción "al levantarse y ponerse". Servio
escribe que este cometa causó muchas plagas, males y hambre.
Campester, citado por Lydus, estaba seguro de que si el cometa Tifón
volvía a encontrarse con la Tierra, un encuentro de cuatro días sería
suficiente para destruir el mundo. Esto también implica que el primer encuentro
con el cometa Tifón llevó a la Tierra al borde de la destrucción.
Pero incluso sin este pronóstico sombrío de Campester, tenemos un
conjunto muy imponente y bastante inagotable de referencias a Tifón y su acción
destructiva contra el mundo: casi todos los autores griegos se refirieron a él.
Siendo la verdadera naturaleza de Tifón la de un cometa, como explicaron Plinio
y otros, todas las referencias a los desastres causadas por Tifón deben entenderse como
descripciones de catástrofes naturales en las que estuvieron involucrados la
Tierra y el cometa. Como se sabe, Pallas de los griegos era otro nombre para
Tifón; también Seth de los egipcios era un equivalente de Tifón.
Los egipcios, por todo lo dicho, dan el nombre a Tifón de Seth, que significa el opresor, el tirano.
Plutarco: Isis y Osiris
Así, el número de referencias al cometa Tifón se puede ampliar con
referencias a Pallas y Seth.
Sus relámpagos iluminaron
el mundo; la tierra vio y se estremeció. Mizmor 97:4
La cabeza del cometa no chocó contra la tierra, sino que intercambió
importantes descargas eléctricas con ella, "rozándola". Una chispa
tremenda surgió en el momento de la aproximación más cercana del cometa, cuando
las aguas se amontonaron en su punto más alto sobre la superficie de la tierra
y antes de que cayeran, seguido por una lluvia de escombros arrancados del
cuerpo y la cola del mismo cometa.
El malaj de ha'Elohim,
que iba delante del ejército yisraelita, ahora se mudó y se puso detrás de
ellos; y la columna de nube se apartó del frente de ellos y se situó detrás de
ellos, y se colocó entre el ejército de los mitsritas y el ejército de Yisrael.
Así que allí estaba la nube de tinieblas, y arrojaba un manto sobre la noche,
de modo que los unos no pudieron acercarse a los otros en toda la noche.
Entonces Mosheh extendió su brazo sobre el mar y Yahweh retiró el mar con un
fuerte viento oriental durante toda aquella noche, y convirtió el mar en suelo
seco. Las aguas quedaron divididas, y los yisraelitas entraron al mar sobre
suelo seco, mientras las aguas formaban una pared para ellos a su derecha y a
su izquierda. Shemot 14:19-22
Un viento extremadamente fuerte y relámpagos rasgaron la nube. Por la
mañana, las aguas se elevaron como un muro y se alejaron.
Los mitsritas entraron al
mar en su persecución, todos los caballos, carros y jinetes del Faraón. A la
vigilia de la mañana, Yahweh miró al ejército mitsrita desde la columna de
fuego y nube, e hizo caer en pánico al ejército mitsrita. Quitó las ruedas de
sus carros de modo que se movían con dificultad. Y los mitsritas dijeron:
"Huyamos de los yisraelitas, que Yahweh está peleando por ellos contra
Mitsráyim". Shemot 14:23-25
Las inmensas mareas fueron causadas por la presencia de un cuerpo
celeste cercano; cayeron cuando se produjo una descarga entre la tierra y el
otro cuerpo.
Artapanus, el autor del ya desaparecido De Judaeis, aparentemente
sabía que las palabras "Yahweh miró
al ejército de los egipcios desde la
columna de fuego y nube", se refieren a un gran relámpago. Eusebio
cita a Artapanus:
"Pero cuando los egipcios entraron con ellos y los perseguían, se dice que un fuego brilló sobre ellos desde el frente, y el mar volvió a desbordar el camino, y todos los egipcios fueron destruidos por el fuego y el diluvio: pero los judíos, habiendo escapado de este peligro, pasaron cuarenta años en el desierto...".
Eusebio de Cesarea: Praeparatio Evangelica (Preparación para el Evangelio). Tr. EH Gifford (1903) - Libro 9, Capítulo XXVII, Online
Las grandes descargas de fuerza interplanetaria se conmemoran en las
tradiciones, leyendas y mitología de todos los pueblos del mundo. El dios (Zeus
de los griegos, Odin de los islandeses, Ukko de los finlandeses, Perun de los
paganos rusos, Wotan de los alemanes, Mazda de los persas, Marduk de los
babilonios, Shiva de los hindúes) es representado con relámpago en su mano y
descrito como el dios que arrojó su rayo al mundo abrumado por el agua y el
fuego.
De manera similar, muchos salmos de las Escrituras conmemoran los
grandes vertidos.
Entonces se sacudió y
tembló la tierra; se estremecieron las bases de los montes... Un humo subió de
su nariz, de su boca un fuego voraz, lanzaba carbones encendidos. Inclinó el
cielo y descendió, y había densas tinieblas bajo sus pies. Se montó en un
querube y alzó vuelo... Usó las tinieblas como escondite, y como su carpa de
campaña nubarrones de agua, las nubes del cielo. Por el resplandor de su
presencia sus nubes se disiparon, descargando granizo y brasas encendidas.
Entonces tronó Yahweh desde el cielo, Elyón hizo resonar su voz: granizo y brasas
encendidas. Lanzó relámpagos y los dispersó; lanzó relámpagos y los puso en
fuga. Quedaron a la vista los cauces del océano, quedaron al descubierto los
cimientos del mundo por tu reprensión, oh Yahweh, por la ráfaga del soplo de tu
nariz. Mizmor 18:7-15
La voz de Yahweh sobre
las aguas resuena, el Elohim glorioso truena, Yahweh está sobre las inmensas
aguas. La voz de Yahweh es potente, la voz de Yahweh es majestuosa; la voz de
Yahweh quiebra los cedros, Yahweh desgaja los cedros de Líbano, los hace saltar
como becerros, al Líbano y al Sirión como novillos. La voz de Yahweh taja con
llama de fuego, la voz de Yahweh hace temblar el desierto, Yahweh hace temblar
el desierto de Qadesh. La voz de Yahweh hace parir a las ciervas, y desforesta
los bosques; mientras en su Templo todos dicen "¡Gloria!". Yahweh se
sentó entronizado en el diluvio; Yahweh se sienta entronizado como Rey para
siempre. Mizmor 29:3-10
Rugen las naciones, se
conmueven los reinos, la tierra se derrite al sonido de su trueno. Mizmor 46:6
Densas nubes y tinieblas
hay a su alrededor, la justicia y el derecho son la base de su trono. El fuego
es su vanguardia, y consume a sus adversarios en derredor; sus relámpagos
alumbran el mundo, la tierra los ve y se estremece; las montañas se derriten
como cera ante Yahweh, ante el Dueño de toda la tierra. Mizmor 97:2-5
Te vieron las aguas, oh
Elohim, te vieron las aguas y se asustaron, y hasta los abismos se
estremecieron. Las nubes echaron inundaciones de aguas, el cielo tronó, y
destellaron tus rayos. El estruendo de tu trueno retumbó en el torbellino, los
relámpagos alumbraron el mundo, la tierra se estremeció y tembló. Te abriste
camino por el mar, un vado por las aguas caudalosas, y no quedó rastro de tus
huellas. Mizmor 77:16-19
Oh Yahweh, inclina tu
cielo y baja; toca las montañas y humearán. Lanza relámpagos y dispérsalos;
dispara tus flechas y hazlos huir. Mizmor 144:5-6
Nada es más
fácil que agregar a estas citas otras de las Escrituras: Iyov, la canción de
Débora, los profetas... Mirando las cosas desde esta óptica, podemos ver que
todas las Escrituras hablan de LOS GRANDES Y TERRIBLES HECHOS DE YAHWEH.
Con la caída de la doble pared de agua, la hueste egipcia fue barrida.
La fuerza del impacto lanzó al ejército del faraón por los aires.
¡Vengan a ver las obras
de Elohim, respetado por sus actos en favor de los hombres! Transformó el mar
en tierra seca; por el río pasaron a pie; por eso nos alegramos en Él...
hiciste subir hombres sobre nuestra cabeza, entramos en fuego y en aguas; pero
al fin nos has dado respiro. Mizmor 66:5-6, 12
Este lanzamiento de la hueste egipcia al aire por una avalancha de
agua se menciona también en la fuente egipcia que citamos antes: en el
santuario encontrado en el-Arish se cuenta la historia de un huracán y de una
oscuridad prolongada cuando nadie podía salir del palacio, y de la persecución
por parte del faraón Taoui-Thom de los esclavos que huían, a quienes siguió
hasta Pi-Kharoti, que es el Pihajirot bíblico.
Ahora
bien, cuando la majestad de Ea Harmachis (luchó) con los malhechores en este
estanque, el Lugar del Remolino, los malhechores no prevalecieron sobre su
majestad. Su majestad saltó al llamado Lugar del Remolino... sus piernas se
convirtieron en las de un cocodrilo, su cabeza en la de un halcón con cuernos
de toro...
El texto continúa:
"Su majestad... (aquí faltan palabras) halla en este lugar llamado Pi-Kharoti".
Unas pocas líneas después se afirma que fue arrojado por una gran
fuerza, y echado por los aires por el torbellino de agua alto.
Estos maremotos también abrumaron a tribus enteras que habitaban la
región costera de miles de kilómetros de largo del Mar de Cañas.
Dios envió nubes veloces, hormigas y otros testimonios de su ira contra los djorhomitas, de modo que muchos de ellos perecieron. Los hijos de Ismail, habiéndose multiplicado, expulsaron a los djorhomitas de La Meca. Luego se establecieron cerca de la tierra de Djohanah, desde donde un torrente los arrastró a todos durante la noche. La escena de este desastre se conoce como Idam (furia).
Masudi - Les prairies d'or III, página 101 (Online, página 100)
El autor de este pasaje, Masudi, un autor árabe del siglo X, está
citando a un autor anterior, Omeyah, hijo de Abu-Salt:
"En los días de antaño, los Djorhomitas se establecieron en Tehama, y una violenta inundación se los llevó a todos".
Asimismo, la tradición relatada en Kitab Alaghaniu está familiarizada
con la plaga de insectos (hormigas de la variedad más pequeña) que obligaron a
la tribu a migrar de Hedjaz su tierra natal, donde fueron destruidos por
"Toufan" (un diluvio).
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