El Hijo Pródigo Se Va De Casa
La parábola del hijo pródigo en la última mitad de Luka 15
es la tercera de la serie de parábolas que Yahshua contó en respuesta a los
escribas y fariseos quejumbrosos. Es más larga que las dos primeras parábolas,
y por primera vez Yahshua compara a dos hermanos. En la profecía más amplia del
Reino, estos dos hermanos son Yisrael y Yahudá. En la aplicación local, el hijo
pródigo representa a los que se arrepienten, y el hijo mayor representa a los
líderes religiosos que se quejan de su arrepentimiento.
Dijo además: "Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos le dijo a su padre: "Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde". Y él les repartió los bienes. No muchos días más tarde, después de juntarlo todo, el hijo menor se fue a una región lejana, y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente". Luka 15:11
Como parábola del Reino, esta historia se extrae de la
historia de Yisrael y Yahudá, que se separaron en dos naciones después de la
muerte de Shlomó (Melajim Alef 12:16). A partir de entonces, las dos naciones
hermanas mostraron mucha rivalidad entre ambas. Después de más de 200 años,
Yisrael fue expulsado de la tierra, y Asiria instaló a los yisraelitas cautivos
al norte, entre el Mar Negro y el Mar Caspio (Melajim Bet 17:6).
Yahshua describe a este hijo menor como si estuviera en
"un viaje a un país lejano". Su "viaje" se correlaciona con
la oveja perdida y la moneda perdida. Su partida física de la tierra fue el
resultado de su alejamiento espiritual de Elohim y su forma de vida ilegal.
Aproximadamente un siglo después del exilio de Yisrael, el
profeta Yahjezquel les fue enviado como misionero. Su comisión:
Él me dijo: "Hijo de hombre, come lo que se te ofrece; come este rollo y ve, háblale a la Casa de Yisrael"...Acércate a los exiliados, a los hijos de tu pueblo, y háblales diciendo: "Así ha dicho Adonay Yahweh", ya sea que escuchen o que dejen de escuchar". Yahjezquel 3:1, 11
De hecho, parece que fue transportado al lejano norte de una
manera sobrenatural, porque leemos:
Luego un espíritu me levantó y me tomó. Yo iba con amargura y con mi espíritu furioso, pero la mano de Yahweh era fuerte sobre mí. Luego llegué a los exiliados que habitaban en Tel-Aviv, junto al río Kevar, y permanecí allí entre ellos. Y por siete días estuve sentado entre ellos atónito. Yahjezquel 3:14-15
El profeta parece haber sido reacio a ir debido a la
dificultad de la misión. Los yisraelitas eran "hijos de duro rostro y de corazón obstinado" (Yahjezquel
2:4), por lo que pensaba que predicarles sería una pérdida de tiempo. En esos
días, cuando viajar era difícil, no quería hacer este viaje. Tal vez ésta haya
sido la causa de su "estupor" que duró por siete días. Pero entonces
Elohim le explicó y le advirtió que SI ÉL LO ENVIABA, SU OBLIGACIÓN ERA
OBEDECER:
"Hijo de hombre, yo te pongo como centinela para la Casa de Yisrael; y cuando oigas una palabra de mi boca, debes advertirles de mi parte. Si yo digo al impío: "¡Morirás irremisiblemente!", y tú no le adviertes, no le hablas para advertir al impío de su mal camino para salvar su vida, el impío morirá por su pecado; pero yo demandaré su sangre de tu mano. Pero si tú le adviertes al impío y él no se aparta de su impiedad ni de su camino impío, él morirá por su pecado, pero tú habrás librado tu vida.
De nuevo, si algún justo se aparta de su justicia y hace maldad, cuando yo ponga tropiezo delante de él, él morirá. Porque tú no le advertiste, morirá por su pecado, y sus obras de justicia que había hecho no se le tomarán en cuenta, pero su sangre la demandaré de tu mano. Pero si tú adviertes al justo para que no peque, y él no peca, ciertamente vivirá por haber aceptado la advertencia; y tú mismo habrás librado tu vida".
Yahjezkel 3:17-21
Esta instrucción se repite en Yahjezquel 18:20-27, pero allí
es tratada a nivel personal. Aquí es la orden que Yahweh da a todo profeta (y
todos somos, en este sentido, sus profetas, responsables por advertir a
nuestros hermanos), pero en el capítulo 18 es lo que corresponde hacer a cada
individuo:
La persona que peque, ésa morirá. El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo; la justicia del justo se le contará sólo a él, y la injusticia del impío se le contará sólo a él. Además, si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, observa todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá; no morirá. No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia que hizo vivirá.
"¿Acaso quiero yo la muerte del impío?", dice Adonay Yahweh. "¿No vivirá él, si se aparta de sus caminos? Así también, si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, conforme a todas las abominaciones que hace el impío, ¿vivirá él? Ninguna de las acciones justas que hizo vendrán a la memoria; por la infidelidad que cometió y por el pecado que cometió, por ellos morirá".
Sin embargo, ustedes dicen: "No es justo el camino de Adonay". Oigan, oh casa de Yisrael: "¿No es justo mi camino? ¿No son, más bien, sus caminos los injustos? Si el justo se aparta de su justicia y hace injusticia, por ello morirá; por la injusticia que hizo morirá. Y si el impío se aparta de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, hará vivir su persona. Por cuanto mira y se aparta de todas las transgresiones que cometió, ciertamente vivirá; no morirá".
Yahjezkel 18:20-28
Si bien Yahjezquel no tuvo éxito en hacer que Yisrael se
arrepintiera, Elohim expresa Su corazón claramente:
Echen de ustedes todas sus transgresiones que han cometido, y adquieran un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habrán de morir, oh casa de Yisrael? Ciertamente, yo no quiero la muerte del que muere, dice Adonay Yahweh. ¡Arrepiéntanse, pues, y vivan! Yahjezquel 18:31-32
Este llamado al arrepentimiento es, por supuesto, el tema
principal de las parábolas del Reino de Yahshua. Pero este arrepentimiento no
vendría a gran escala hasta que se hubiera completado su sentencia.
En Luka 15:13 vemos cómo el hijo pródigo "dilapidó su propiedad con una vida
licenciosa". Eso también lo había profetizado Moshe en las Leyes de la
Tribulación cuando habló del futuro cautiverio de Yisrael.
Yahweh los esparcirá entre todos los pueblos desde un extremo de
la tierra hasta el otro, y allá les servirán a otras deidades, de madera y de
piedra, las que ni ustedes ni sus ancestros han experimentado. Devarim 28:64
Hay otras profecías que hablan del arrepentimiento final de
Yisrael, especialmente las palabras de "consuelo" de comienzan en
YeshaYah 40:1. YeshaYah vivió para ver la dispersión de la Casa de Yisrael
cuando las tribus del norte fueron llevadas a Asiria, por lo que la segunda
sección de su libro trata en gran medida del futuro regreso de Yisrael como
hijo pródigo.
Y en ese día, se tocará un gran shofar, y los perdidos que están
en la tierra de Ashur y los desterrados que están en la tierra de Mitsráyim
vendrán y adorarán a Yahweh en el monte santo, en Yahrushalayim. YeshaYah 27:13
YeshaYah distingue entre los cielos nuevos y la tierra nueva
y relaciona esto con "Yahrushalayim" en el siguiente pasuk:
Porque miren, yo estoy creando un cielo nuevo y una tierra nueva; las cosas antiguas no se recordarán más, nunca más vendrán al pensamiento. Alégrense, pues, y gócense siempre en lo que yo estoy creando. Porque crearé a Yahrushalayim como alegría, y a su pueblo como un deleite. YeshaYah 65:17
Sin embargo, como los otros profetas, nunca distingue
claramente entre las dos Yahrushalayim. No obstante, está claro que la
Yahrushalayim de YeshaYah no es la antigua Yahrushalayim, sino la nueva. De la
misma manera, "Yahrushalayim" en YeshaYah 27:13 es la ciudad
celestial, así como "Ashur" ya no es la tierra del cautiverio de
Yisrael. La mayoría de los yisraelitas físicos emigraron de allí a Europa hace
muchos siglos y ahora se han establecido en muchas partes del mundo.
El plan divino para la reunión de Yisrael fue revelado al
rey David en el apogeo de su reino. Elohim le dijo a David:
Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Yisrael y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio... Shemuel Bet 7:10
Dado que Yisrael ya vivía en la tierra de Kenaán, está claro
que Elohim habló de otro lugar. Yisrael ciertamente fue "perturbado"
y "afligido" por muchas guerras y por los asirios desde la época de
David hasta que el pueblo fue deportado de esa tierra. Entonces, la tierra
vieja NO era lo que Elohim tenía en mente. En última instancia, la profecía
confirma la promesa a Avraham mencionada en Ivrim 11:13-16, donde los que
tienen fe "buscan una patria mejor":
Todos estos murieron en la fe, sin haber recibido el cumplimiento de las promesas. Más bien, las miraron de lejos y las saludaron, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Los que así hablan, claramente dan a entender que buscan otra patria. Ivrim 11:13-14
Por lo tanto, el regreso a Elohim de los arrepentidos no es
a la tierra vieja, como queda claro a seguir:
Pues si de veras hubieran estado pensando en la tierra de donde salieron, habrían tenido oportunidad de regresar. Pero ellos anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Ivrim 11:15-16a
La "tierra de donde salieron" en su largo viaje
hacia el cautiverio no era la tierra prometida a la que regresarían, porque los
hijos de Avraham tienen la revelación de "una patria mejor". Es un
país principalmente espiritual, aunque de una forma que aún no terminamos de
comprender por causa de nuestras limitaciones, conoceremos que se manifestará
en parte en la tierra que conocemos, durante el Milenio, y después, en la nueva
creación. La "patria mejor" no es el cielo, sino una nueva tierra que
será hecha a nuevo, porque los mansos heredarán la tierra (MattiYah 5:5).
Yahshua siempre tomó sus ilustraciones de las Escrituras al
dar parábolas. Aunque lo aplicó a un contexto local, a la gente de su época,
las parábolas no perdieron su carácter profético en el panorama general. En
este caso, los escribas y fariseos estaban jugando el papel de los higos
malvados de YirmeYah 24 y eran los hipócritas judíos en YirmeYah 3:10-11. Los
publicanos, las rameras y los pecadores estaban desempeñando el papel del
Yisrael infiel, la ramera de YirmeYah 3:6 y de la profecía de Hoshea. Los
profetas predijeron el arrepentimiento de Yisrael, ya que Elohim convertiría a
la nación en otra vasija:
Así que bajé a la casa de un alfarero, y lo encontré trabajando en la rueda. Y si la vasija que hacía se dañaba - como sucede con el barro en las manos del alfarero— él volvía a hacer otro vaso según le parecía mejor. Entonces me llegó la palabra de Yahweh: "Oh Casa de Yisrael, ¿no podré yo hacer con ustedes como hace este alfarero? —declara Yahweh. Como el barro en la mano del alfarero, así son ustedes en mis manos, oh Casa de Yisrael". YirmeYah 18:4
Pero la vasija de barro endurecido de Yahudá y Yahrushalayim
iba a ser aplastada en la gehena, el basurero de la ciudad:
Así ha dicho Yahweh: "Ve y compra del alfarero una vasija de barro. Y lleva algunos de los ancianos del pueblo y ancianos de los sacerdotes, y sal al Valle de Ben-Hinom —a la entrada de la Puerta de los Tiestos— y proclama allí las palabras que yo te hable. "Di: Oigan la palabra de Yahweh, oh reyes de Yahudah y habitantes de Yahrushalayim. Así ha dicho Yahweh de los Ejércitos, el Elohim de Yisrael: Voy a traer un desastre tal sobre este lugar, que a quien lo oiga le reteñirán los oídos.
Luego quebrarás la vasija a la vista de los hombres que vayan contigo, y les dirás que así ha dicho Yahweh de los Ejércitos: Así quebraré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra un vaso de barro que no se puede volver a restaurar. En el Tófet serán sepultados hasta que no quede lugar para sepultar".
YirmeYah 19:1-3, 10-11
Por esta razón, como veremos en breve, se dice que el hijo
pródigo se arrepiente y regresa al Padre, mientras que el hermano mayor se
quejaba. Como la nación de Yahudá, el hermano mayor no había hecho el largo
viaje que había hecho su hermano (Yisrael). A Yahudá no le faltó la palabra de
Elohim, porque estaba disponible en todas partes, aunque el entendimiento era
limitado. Y así, como veremos, el Padre le dice al hermano mayor en Luka 15:31:
"Hijo mío, siempre has estado
conmigo, y todo lo mío es tuyo".
Sin embargo, aquí debemos entender que sólo los buenos higos
de Yahudá recibirían realmente la herencia del Padre. La parábola de Yahshua es
incompleta, ya que no trata directamente de los dos tipos de higos, ni
distingue entre herederos y aquellos que son juzgados cuando Elohim destruyó la
nación, la ciudad y el templo.
Es sólo cuando llegamos a la parábola final del hombre rico
y Lázaro que Yahshua revela abiertamente el destino de las dos naciones. En esa
parábola, Lázaro es el equivalente del hijo pródigo, y el hombre rico es el
hijo mayor, los malos higos de Yahudá. Discutiremos esto con más detalle más
adelante.
El Hijo Pródigo Sufre De Hambre
Después que lo malgastó todo, vino una gran hambre en aquella región, y él comenzó a pasar necesidad. Entonces fue y se llegó a uno de los ciudadanos de aquella región, el cual lo envió a su campo para apacentar cerdos. Y él deseaba saciarse con las algarrobas que comían los cerdos, pues nadie le daba de comer. Luka 15:14-16
Esta es la hambruna profetizada por Amoz:
Viene un tiempo —declara Yahweh— cuando enviaré hambre sobre el país: no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír las palabras de Yahweh. Vagarán de mar a mar y del norte al sur para buscar la palabra de Yahweh, pero no la hallarán. Amoz 8:11-12
Cuando Yisrael fue expulsado de la tierra y exiliado a
Asiria, comenzaron a experimentar hambre de oír la palabra. Durante su tiempo
en Asiria, Yahjezquel fue enviado para darles la palabra de Elohim, pero Elohim
le dejó claro al profeta que la gente se negaría a escuchar. Como ya
mencionamos, después de ser transportado sobrenaturalmente a los yisraelitas en
Asiria, el profeta permaneció siete días en un estupor (Yahjezquel 3:14-15). Al
final de los siete días, que representa proféticamente los "siete
tiempos" de su cautiverio, el profeta dice:
Entonces entró en mí un espíritu, me puso sobre mis pies y me habló diciendo: "Entra y enciérrate en tu casa. Y en cuanto a ti, hijo de hombre, sobre ti pondrán cuerdas y te atarán con ellas, y no podrás salir entre ellos. Y haré que tu lengua se pegue a tu paladar, y quedarás mudo; así no serás para ellos un amonestador, porque son una raza rebelde". Yahjezquel 3:24-26
Cuando Yahshua dijo que el hijo pródigo tenía que encontrar
trabajo alimentando cerdos, el impacto en los que escuchaban la parábola fue
mucho mayor que en la mayoría de las personas de hoy. Los oyentes de Yahshua se
habrían horrorizado, porque para ellos representaba las profundidades más bajas
a las que podía caer un hombre.
Pero los cerdos también eran un símbolo de personas que no
apreciaban la palabra de Elohim o la revelación de la palabra. Vemos esto en la
declaración de Yahshua:
No des lo santo a los perros, ni arrojes tus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y te hagan pedazos. MattiYah 7:6
En el mundo natural, los cerdos no aprecian las perlas, así
como los cerdos no aprecian la revelación de la palabra. Por esta razón,
Yahshua dijo en el siguiente pasuk:
Pide, y te será dado; busca y encontrarás; llama, y se te abrirá. MattiYah 7:7
En otras palabras, si deseamos deshacernos de una
personalidad "porcina", pidamos, busquemos y llamemos, para que se nos
dé la riqueza de la Palabra. El significado de los cerdos se ve en las leyes
alimentarias en Vayikra 11:7. Los cerdos son inmundos porque no rumian. Es
decir, no meditan en la palabra. No se toman el tiempo para pedirle al Ruaj
haKodesh que convierta la palabra en una revelación espiritual. Simplemente
comen lo que se dispensa de los credos denominacionales o de los púlpitos, pero
no piden, buscan ni llaman a las puertas del cielo para recibir las perlas de
la revelación.
Y así, en la parábola, Yahshua tiene al hijo pródigo
alimentando cerdos en tiempos de hambre. Profetiza de una época en la que el
hambre de oír la palabra convertiría a los hombres en cerdos espirituales,
gente que no tiene revelación de la palabra, aunque "comen" las
Escrituras cada semana de hombres que imparten la palabra desde el púlpito.
Esta parábola puede haber sido dirigida contra los líderes
religiosos locales en la aplicación local a los oyentes de Yahshua. Ellos
también habían rechazado la revelación de la palabra. Aunque eran los custodios
de las Escrituras, sus tradiciones de hombres se desarrollaron con poca
revelación del Ruaj haKodesh. Por lo tanto, vemos el conflicto entre los
líderes religiosos y Yahshua mismo, que fue realmente un conflicto sobre la
palabra de Elohim misma.
Entonces recapacitó y dijo: ¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: "Padre, he pecado contra el cielo y ante ti. Ya no soy digno de que me consideres hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros". Luka 15:17-19
Aquí está la esencia de la parábola. Elohim no busca hombres
justos, sino arrepentimiento. No pide sacrificios, sino misericordia. Yahshua
aclara este principio, diciendo:
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. Luka 5:32
La serie de parábolas del Reino en Luka 15 y 16 fue
provocada por los líderes religiosos que se quejaron de que Yahshua estaba
recibiendo a los pecadores y comiendo con ellos. La verdad era que estos
"pecadores" volvían a Elohim porque estaban arrepentidos. El hecho de
que no hubieran sido restituidos oficialmente por los sacerdotes del templo no
significaba que fueran marginados ante Elohim.
Hoy no ha cambiado mucho. Gran parte de mi ministerio es
para aquellos que han sido expulsados por una o más congregaciones. Lo mismo le
sucedió a David mientras estaba siendo perseguido por el rey Saúl. Sus hombres
eran los oprimidos, los desposeídos, los expulsados y los que, en general,
estaban descontentos con el gobierno de Saúl, el pentecostal.
Y todos los que estaban en apuros, y todos los que tenían deudas, y todos los que estaban descontentos se reunieron con él (David); y llegó a ser capitán de ellos. Ahora había unos cuatrocientos hombres con él. Shemuel Alef 22:2
Éstos son los tipos de personas que componen el Reino de
Elohim. Estos son los que siguen a David (Mashiaj), en lugar de a Saúl (la iglesia).
Estos son representados colectivamente por el hijo pródigo en la parábola del
Reino de Yahshua, porque la misma categoría de pecadores y publicanos se había
reunido alrededor de Yahshua, el Hijo de David.
Yahshua buscaba arrepentimiento, no justicia. El hermano
mayor de la parábola era el "justo" (en la estimación del templo y
sus sacerdotes). Entonces, la decisión del hijo pródigo de regresar al Padre
fue la forma en que Yahshua respondió a sus críticos religiosos que se quejaban
de que Él tendría compañerismo con tales pecadores.
Hoshea profetizó a la casa de Yisrael, diciendo:
Y comerán, pero no se saciarán; fornicarán, pero no aumentarán, porque han olvidado a Yahweh para practicar la prostitución. Hoshea 4:10
El hijo pródigo se redujo a comer la comida que se usaba
para engordar a los cerdos para el matadero. La comida se llama
"algarrobas", y la palabra griega es KERÁTION (G2769). Ceratonia
siliqua (ceratonia, precisamente derivada de kerátion), es el algarrobo
europeo, cuyo fruto es una vaina alargada y curva, con forma de cuerno, y es
utilizada no sólo para el engorde de cerdos, sino también como alimento de las
clases bajas.
En otras palabras, podríamos decir que el hambre de escuchar
la palabra es causada por la falta de revelación espiritual de la palabra.
Durante la Edad Media, la gente se vio privada de la palabra, porque sólo unos
pocos sabían leer y escribir, y las Escrituras se conocían sólo en latín, un
idioma que la gente común no entendía. Cuando iban a la Iglesia, el plato
principal era ritual, en lugar de enseñar la palabra. Los rituales le daban a
la gente la sensación de que estaban sometidos a Elohim, pero en realidad,
estaban sometidos primero a la Iglesia y después a Elohim. Si algún hombre
recibía una revelación que difería del credo de la Iglesia o que criticaba la
práctica de la Iglesia, era presionado e incluso amenazado con renunciar a su
revelación divina y aceptar sólo la decisión de la Iglesia. Las cosas no han
cambiado demasiado hoy, por más que la gente se crea más "democráticamente
libre", continúan siendo esclavos de sus "enseñadores" de turno.
Sin embargo, el próximo movimiento de Elohim será la unión
de la Palabra y el Ruaj. Los avivamientos pasados han visto el Ruaj en abundancia,
pero de alguna manera ninguno de ellos rompió el hambre de escuchar la palabra.
Cada avivamiento tenía una revelación específica que lo acompañaba, pero no
cambió el gobierno ni el sistema judicial, ni rompió la esclavitud del cuerno
pequeño. Sin duda, cada avivamiento cambió muchas vidas individuales, pero
ninguno logró traer a casa al hijo pródigo como una nación profética.
La parábola de Yahshua del hijo pródigo, entonces, trata sobre cómo la Casa de Yisrael fue exiliada a Asiria (y más allá), y cómo experimentaron una hambruna de escuchar la palabra incluso durante el tiempo del Cuerno Pequeño de Daniyel 7:8.
La aplicación local habría sido más relevante para la
audiencia de Yahshua en ese momento, mostrando cómo los publicanos y los pecadores
habían sido exiliados o sacados del templo, privándolos así de la palabra de
Elohim. Yahshua vino a buscar a esas ovejas perdidas y a alimentarlas con la
palabra en cumplimiento de la profecía:
Yo levantaré sobre ellas un solo pastor, mi siervo David; y él las apacentará. Él las apacentará y así será su pastor. Yahjezquel 34:23
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