Entonces Yahweh despertó el espíritu
de Zerubavel hijo de Shealtiel, el gobernador de Yahudah, y el espíritu del
sumo sacerdote Yahoshúa hijo de Yahotsadaq, y el espíritu de todo el resto del
pueblo: Vinieron y se pusieron a trabajar en la Casa de Yahweh de los
ejércitos, su Elohim... Haggai 1:14
Zerubavel (el
gobernador), Yahoshua (el Sumo Sacerdote) y todo el remanente del pueblo
respondieron al escuchar la voz de Yahweh su Elohim y las palabras del profeta
Haggai, y el pueblo temió delante de Yahweh. Entonces Haggai alentó al pueblo:
Y Haggai, el mensajero de Yahweh,
cumpliendo la misión de Yahweh, le habló al pueblo: "Yo estoy con ustedes
—declara Yahweh". Haggai 1:13
Yahweh despertó el ruaj
de Zorobabel, el ruaj de Yahoshua y el ruaj de todo el resto del pueblo, y
ellos vinieron y trabajaron en la casa de Yahweh de los ejércitos (pasukim
14-15). ¡Esa fue una respuesta maravillosa!
En 2:1-9 vemos que al
profeta Haggai se le mandó hablar al pueblo concerniente a la casa de Yahweh.
En este pasaje dice:
El día 21 del séptimo mes, vino la
palabra de Yahweh mediante el profeta Haggai: Dile a Zerubavel hijo de
Shealtiel, el gobernador de Yahudah, y al sumo sacerdote Yahoshúa hijo de
Yahotsadaq, y al resto del pueblo: ¿Quién queda de entre ustedes que vio esta
Casa en su esplendor anterior? ¿Cómo les parece ahora? Debe parecerles como
nada. ¡Pero sé fuerte, Zerubavel —dice Yahweh— sé fuerte, sumo sacerdote
Yahoshúa hijo de Yahotsadaq; sean fuertes, todos ustedes pueblo del país —dice
Yahweh— y actúen! Que yo estoy con ustedes —dice Yahweh de los ejércitos. Así
les prometí cuando salieron de Mitsráyim, y mi espíritu está todavía en su
medio. ¡No teman! Porque así dijo Yahweh de los ejércitos: Dentro de poco
estremeceré el cielo y la tierra, el mar y la tierra seca; estremeceré a todas
las naciones. Y las cosas preciosas de todas las naciones vendrán (aquí), y llenaré
esta Casa de gloria, dijo Yahweh de los ejércitos. Mía es la plata y mío es el
oro —dice Yahweh de los ejércitos. La gloria de esta Casa posterior será mayor
que la de la anterior, dijo Yahweh de los ejércitos; y en este lugar concederé
prosperidad - declara Yahweh de los Ejércitos. Haggai 2:1-9
Esta profecía acerca de
la casa de Yahweh durante el milenio infundió aliento para que se construyera
la casa de Yahweh en la época de Zorobabel.
El profeta Haggai
intervino en un momento en que la oposición había conseguido debilitar al
gobernador, al sumo sacerdote y al pueblo en general. Todos estos habían
abandonado la edificación del templo para dedicarse a sus propias casas y a sus
propios intereses. Haggai intervino a fin de reprenderlos y fortalecerlos.
El pasuk 14 menciona tres
veces que Yahweh despertó el ruaj humano. Además, el Adón les recordó que desde
el día en que los sacó de Mitzrayim, Su Ruaj jamás los había dejado. Era el
ruaj humano de ellos el que necesitaba ser despertado. Él nunca se marcha,
somos nosotros los que nos alejamos de Él.
Aquí vemos que la
restauración que Elohim efectúa con respecto a Su edificio está estrechamente
vinculada a nuestro ruaj humano y al Ruaj divino del Adón. Nuestro ruaj humano
tiene que ser despertado por Su Ruaj divino para que los levantemos y
edifiquemos, y eso tampoco es una tarea individual, sino un trabajo
corporativo. Esto no es algo que dependa de nuestra mente o nuestras emociones,
sino que depende por completo de Su Ruaj en nuestro ruaj.
Haggai hablaba del
segundo templo, pero nosotros formamos parte del tercero: un templo no
levantado por manos humanas, el templo de Yahjezquel, la consumación espiritual
del templo físico, que era la sombra. Y hoy como ayer, el Ruaj envía su llamado
a los suyos para que se levanten y edifiquen, porque serán fortalecidos.
Debido a la degradación
del pueblo de Elohim, éste fue llevado cautivo de la tierra de Kenaán a Asiria,
y otros a Bavel. Otros aún huyeron a Egipto y otras tierras. El Reino del Norte
nunca volvió a aglutinarse, aunque en la tierra habían sido dejados los pobres,
era práctica de los asirios establecer a los cautivos en lugares cruzados, y
muchos cautivos de otros países fueron instalados en lo que había sido el Reino
del Norte, mezclándose completamente. Pero terminado el exilio de Bavel, un
remanente del Reino de Yahudá (que incluía también la tribu de Shimón y la de
Binyamín, y también, después de la caída del Reino del Norte, muchos refugiados
de otras tribus), regresó. Supongamos que ninguno de ellos hubiera retornado a
Yahrushalayim y a la tierra prometida. ¿Cómo entonces podría haber ocurrido la
primera venida de Mashiaj? Fue profetizado con toda claridad que Mashiaj
nacería en Beth-Léjem, y que procedería del pueblo de Elohim. Sin embargo, todo
el pueblo de Elohim había sido llevado lejos, y si ninguno de ellos hubiera
regresado, ¿cómo podría entonces nacer Mashiaj del pueblo de Yisrael en
Beth-Léjem? También el templo debía ser reconstruido, PORQUE MASHÍAJ DEBÍA
CUMPLIR TODA JUSTICIA A LA PERFECCIÓN, ¿y cómo habría podido llevar una vida de
obediencia a las sombras, sin la sombra principal, el templo? No habría la
menor posibilidad de que esto ocurriera. Así por lo tanto, debe ser patente
para nosotros cuán importante es regresar de la cautividad, no solamente para
llevar a cabo la edificación del templo, sino más aún, para hacer posible la
venida de Mashíaj. No que nuestro trabajo lo traiga o no, ni que acelere su
venida, como dicen los judíos, sino que si trabajamos para Su Obra, ESO SERÁ LO
QUE ÉL NOS ENCUENTRE HACIENDO CUANDO REGRESE, y no edificando nuestras propias
casas, tanto las personales como pequeños grupos separados que viven peleados
por conceptos que no terminan de comprender.
Hoy en día, muchos
creyentes aman al Adón y están dedicados a hacer cosas para el Adón... en sus
templitos. Aunque muchos creyentes han abierto los ojos, sus costumbres no han
mudado: continúan haciendo las cosas que antes hacían, aunque hoy han cambiado
sus fiestas. Pero no están edificando a la vida. Sólo están edificando sus
casas, y eso impide que el Ruaj se transmita "horizontalmente", entre
hermanos.
Quizás ellos hagan muchas
cosas para el Adón en Bavel, pero no se puede levantar el templo en Bavel. Es
necesario regresar a Yahrushalayim. Mashíaj no regresará a Bavel, antes, Él la
destruirá a su regreso, por eso advierte a los suyos que salgan de en medio de
ella, para no recibir de sus plagas (Hitgalut 18:4).
A fin de que Él regrese,
un remanente de Su pueblo debe volver al terreno original... En el libro de
Haggai vemos claramente que la obra de recobro respecto a la edificación de la
casa de Elohim está íntimamente vinculada a la venida de Mashiaj. Nosotros, por
lo pronto, sabemos que Él no vino a quienes estaban en Bavel, sino a los que
habían retornado a la tierra prometida.
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