En el segundo año del rey Darío, el primer día del sexto mes, vino esta palabra de Yahweh mediante el profeta Haggai para Zerubavel hijo de Shealtiel, el gobernador de Yahudah, y a Yahoshúa hijo de Yahotsadaq, el sumo sacerdote: Así dijo Yahweh de los ejércitos: Este pueblo dice, "No ha llegado aún el tiempo de reconstruir la Casa de Yahweh".
Y continuó la palabra de Yahweh mediante el profeta Haggai: ¿Es tiempo para que ustedes habiten en sus casas enmaderadas, mientras esta Casa está en ruinas? Ahora, así dijo Yahweh de los ejércitos: ¡Consideren cómo les ha ido a ustedes! Han sembrado mucho y han recogido poco; comen sin quedar satisfechos; beben sin saciarse; se visten, pero ninguno se calienta; y el que gana algo lo gana para bolsillo roto. Así dijo Yahweh de los ejércitos: Consideren cómo les ha ido a ustedes: Suban a las colinas y consigan troncos, y reedifiquen la Casa; entonces la miraré con favor y quedaré glorificado —dijo Yahweh. Ustedes han estado esperando mucho y obteniendo poco; ¡y cuando lo llevan a la casa yo lo soplo! ¿Por qué? —dice Yahweh de los ejércitos. ¡Porque mi Casa está en ruinas, mientras todos ustedes corren por sus propias casas! Haggai 1:1-9
Más bien, busquen primeramente el
reino de Elohim y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura.
MattiYah 6:33
El pensamiento central
del libro de Haggai es el siguiente: la construcción de la casa de Yahweh está
relacionada con el bienestar del pueblo de Elohim hoy y con la venida del reino
milenario junto con Mashíaj durante la era del Reino. En el Tanaj la casa de Elohim,
o sea el templo, tipificaba primeramente a Mashiaj como la casa de Elohim,
luego a cada creyente que recibe a Mashíaj individualmente, y luego a la
congregación de los kadoshim, la Novia, la expansión de Mashíaj, como la casa
de Elohim corporativamente.
Así que, debemos ver que
Haggai se refiere a nosotros, ya que nosotros somos la realidad de esta
tipología. La manera en que Yahweh trató a los cautivos repatriados alude a la
manera en que Él se relaciona con nosotros en la restauración.
Así dijo Yahweh de los ejércitos: Este pueblo dice,
"No ha llegado aún el tiempo de reconstruir la Casa de Yahweh".
Haggai 1:2
Aquí vemos el pretexto
que usó el pueblo para demorar la construcción de la casa de Yahweh.
¿Es tiempo para que ustedes habiten en sus casas
enmaderadas, mientras esta Casa está en ruinas? Haggai 1:4
Ellos se ocupaban de sus
casas, pero no de la casa de Yahweh; así que Él les preguntó acerca de Su casa,
por qué estaba en segundo lugar.
En los pasukim 5, 6 y del
9 al 11, vemos que Yahweh reprende a los cautivos repatriados por ocuparse de
sus propios intereses y por descuidar los de Elohim. Al relacionarse con ellos,
lo primero que hizo Yahweh fue exhortar al pueblo a que meditara sobre sus
caminos (pasuk 5). Yahweh señaló que los cautivos repatriados sembraban mucho y
recogían poco; que comían y bebían sin hallar satisfacción; que se vestían y no
eran calentados; y que trabajaban a jornal y recibían su jornal en saco roto
(pasuk 6). Esto nos muestra que si en nuestro corazón no sentimos la carga de
ocuparnos de la casa de Elohim a fin de satisfacer a Elohim, por más que
comamos, bebamos y nos vistamos, no hallaremos satisfacción. Si descuidamos la
congregación de los kadoshim, no tendremos verdadero disfrute ni satisfacción.
En el Tanaj las cosas
eran sombras, de manera que, a fin de que la gente aprendiera, Yahweh prometía
beneficios que se representaban por medio de la abundancia material, a cambio
de la obediencia. Nosotros hacemos lo mismo con nuestros hijos: les damos
premios si se portan bien. Pero una vez crecidos, no seguimos dándoles
juguetes, porque la alegoría era para comprender que el buen comportamiento, el
respeto de los mandamientos de Yahweh y hacer las cosas a Su manera y no a la
nuestra son lo que, a la larga, nos trae beneficios en sí mismo. Que un niño se
porte bien para recibir la promesa del premio es aceptable hasta cierto punto,
pero nosotros, adultos, debemos comprender que la cosa es A LA INVERSA: no
hacemos el bien por los beneficios, el beneficio es hacer el bien. Obedecer es
salud... espiritual. Hacer lo correcto es prosperidad... espiritual. No
buscamos las cosas del mundo, no buscamos las sombras como que son las promesas
de salud, bienestar y prosperidad, sino que comprendemos que únicamente los
beneficios espirituales son los que nos satisfacen, nos sanan y nos elevan. El
resto de las cosas del mundo no deben interesarnos. Ciertamente necesitamos
alimento, vivienda, vestimenta, pero estas cosas vienen "a
continuación" de poner Su Casa en primer lugar. También necesitamos aire
para respirar o moriríamos, pero no conozco a nadie que ore por recibir aire.
El resto de las cosas deben ser colocadas en el mismo nivel: cosas
indispensables, pero que nuestro Padre jamás olvidará de proveernos.
La palabra "corren", en el pasuk 9,
indica que el pueblo estaba ocupado cuidando de sus propias casas. Hoy la
mayoría de los kadoshim se preocupan tanto por sus propias casas que no tienen
tiempo de asistir a las reuniones. El trabajo les roba tanto tiempo que no
pueden buscar a Yahweh. ¿Acaso creen que su situación es normal? ¿Acaso piensan
que en un sistema creado por el enemigo, las cosas están pensadas para que
adoremos a nuestro Elohim? ¿Y piensan que dejarlo en segundo lugar después de
nuestras "obligaciones" no es transgredir el primer mandamiento? El
resto de las cosas que podamos hacer ya no será aceptable, ya que "cualquiera que guarda toda la Torah, pero ofende en un
sólo punto se ha hecho culpable de todo" (Yaakov 2:10). Y sirviendo a
este mundo estamos siempre transgrediendo el primero.
El problema no es que
estemos "prisioneros" del sistema, el problema es que no deseemos
salir. Si realmente decimos que amamos a Yahweh, no podemos transgredir el
mandamiento más importante de todos, según Yahshua. Si no ocupa la centralidad
de nuestras vidas, no Lo estaremos amando "con
todo nuestro corazón, con todo nuestro ser, con toda nuestra mente y con todas
nuestras fuerzas" (Mordejai 12:30).
Si consideramos esto, nos
daremos cuenta de que en todo el universo no existe la neutralidad. Debemos ser
radicales, como nuestro Padre es radical. ¿Acaso no nos pide Mashíaj que seamos
perfectos como Él es (MattiYah 5:48)? ¿Debemos ocuparnos primeramente de
nuestras casas o de la casa del Adón? El punto en cuanto a esto es que no sólo
debemos separar tiempo de segunda clase sino trabajar activamente para la
edificación de Su Casa, que no es levantar un templo o un ministerio, sino
edificar a la Novia. NO PODEMOS DARLE LAS SOBRAS: DEBEMOS DARLE LAS PRIMICIAS.
Y como vivimos en un
sistema que ha sido diseñado para impedirnos esto, debemos PLANIFICAR
cuidadosamente la forma de salir. Ciertamente no es algo que ninguno pueda
lograr ni individualmente ni de un día para el otro. Es necesario establecer el
objetivo de largo plazo (salir del sistema) y las metas intermedias de corto y
mediano plazo necesarias para alcanzarlo. Tal vez demoremos años en lograrlo
(si tenemos la gracia de tener el tiempo), pero decidir que porque no podemos
"ya", inmediatamente, y que por lo tanto seguiremos siendo felices (o
infelices, aunque tanto da) en el sistema mientras Yahweh no agite una
"varita mágica", nos dejará afuera ciertamente.
En Su encomienda, Yahweh
le pidió a Su pueblo que meditara sobre sus propios caminos y que subiera al
monte y trajera madera para edificar Su casa, PROMETIÉNDOLES QUE ÉL PONDRÍA SU
VOLUNTAD EN ELLA (Haggai 1:7-8). Hoy nuestra predicación de la Besorah tiene la
finalidad de reunir materiales para edificar la casa de Elohim.
Mi punto en cuanto a esto
es que debemos apartar tiempo para dedicarlo a los intereses del Adón. ¿Cuántos
tiempo y esfuerzo, cuántos recursos estamos dedicando a Su Obra? Quizás
tengamos buenos pretextos hoy, pero debemos considerar cómo le contestaremos al
Adón Yahshua cuando Él venga...
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