1 de enero de 2022

AERU31 - Un Cambio De Constitución

 


Al comienzo de las Escrituras vemos que Elohim creó a Adam como una criatura según Su especie (Bereshit 1:26). Adán pertenecía al género divino solamente con respecto a su imagen y semejanza, pero no en cuanto a su vida, naturaleza y constitución, por causa de todos los acontecimientos relacionado con la caída del Adam Primigenio. Sin embargo, el anhelo de Elohim era que Adam fuese de Su especie no sólo en semejanza, sino también en vida, en naturaleza y aun en constitución, y para eso se dispuso a trabajar a fin de recuperar lo que se había perdido.

 

Elohim escogió a Avraham, cuyos descendientes terminaron en Mitzrayim. Después envió a Moshe para que los sacara de allí. Él los condujo al monte Sinay, donde permanecieron casi un año siendo "educados" por Elohim. Elohim deseaba que Yisrael fuera Su testimonio, pero la cultura egipcia en la que habían estado sumergidos, los convertía más bien en un testimonio de Mitzrayim. Por esta razón, Elohim los detuvo en el monte Sinay para darles los estatutos de los Diez Mandamientos, las ordenanzas de los estatutos, el tabernáculo con todo su mobiliario y todas las ofrendas, el sacerdocio y todas las fiestas. Todo eso tenía como fin forjar en ellos una constitución celestial y divina que reemplazara su constitución egipcia.

 

Como resultado de este tiempo de educación y entrenamiento, la nación de Yisrael no sólo se convirtió en un ejército bien formado y organizado, sino que también adquirió una nueva constitución intrínseca, a saber: Elohim con el hombre y el hombre con Elohim. Esto, en sombra, indicaba lo que sucedería a futuro: la mezcla de Elohim con el hombre. Ellos aún no tenían al Ruaj en su interior como nosotros tenemos hoy, después de que fue derramado, porque aún eran sombras. Pero todo lo que se relacionaba con ellos, aun su propio entorno en el que había una columna de nube de día y una columna de fuego de noche, era la expresión misma de Elohim. Cuando ellos se levantaban para proseguir, era Elohim mismo el que se levantaba. Eso es unidad.

 

Sin embargo, al cabo de poco tiempo, los hijos de Yisrael dejaron de expresar a Elohim, y Él los dejó morir en el desierto.

 

Entonces Elohim levantó una segunda generación, y fueron ellos quienes cruzaron el río Yardén de manera milagrosa. Como un ejército celestialmente constituido, ellos llegaron a Yerijó. Así que, cuando gritaron, la ciudad de Yerijó cayó. Aquello fue el testimonio de Elohim, Su mover en la tierra, la vida de los hombres que se movían cuando Yahweh se movía; era Elohim mismo avanzando. No obstante, cuando llegaron a la ciudad de Ai, uno de ellos les causó la derrota. A partir de ese momento, no vemos otra cosa que degradación entre los yisraelitas. Elohim envió profetas para que les advirtiera y los hiciera volver a Él, pero ellos no quisieron seguir adelante con Elohim. Finalmente, a fin de disciplinarlos y castigarlos, fueron enviados al exilio.

 

Elohim no podía olvidarse de la buena tierra, la tierra prometida, la tierra de Emanuel (YeshaYah 8:8). La buena tierra debía ser la tierra de los yisraelitas con miras al testimonio de Elohim. Así que hubo un primer regreso bajo la dirección de Zerubavel, un descendiente de la familia real... Él fue un gobernador fuerte, quien dirigió al pueblo en la reconstrucción del templo y el altar.

 

Sin embargo, el pueblo seguía siendo insumiso debido a que, en cuanto a su constitución, eran babilónicos. Por lo tanto, se requería un Ezrah, un sacerdote que servía a Elohim, quien además era escriba, es decir, un erudito versado en la Palabra de Elohim, experto en la ley de Moshe (Ezrah 7:6, 11). Él poseía la constitución y cultura celestiales y divinas. Ezrah reunió al pueblo y confesó no sólo su propio pecado, sino también el pecado de todo Yisrael, con el fin de hacerlos volver a la Palabra de Elohim.

 

Si queremos que se opere un cambio en nuestra constitución, debemos volvernos a Elohim, lo cual hacemos cuando nos volvemos a Su Torah (cap. 8). Supongamos que una persona caída desea regresar a Elohim. Para hacerlo, primero debe recurrir a la palabra de Elohim. Nadie puede volverse a Elohim sin antes recurrir a Su palabra.

 

La palabra de Elohim cambia nuestra constitución intrínseca. Todos tenemos nuestra propia manera de ser y una manera en que habitualmente nos comportamos, pero Elohim es capaz de cambiar nuestra constitución intrínseca por medio de Su palabra. Es por eso que necesitamos leer las Escrituras, COMERLAS. La palabra de Elohim cambia gradualmente nuestra mente y nuestra manera de pensar. La palabra de Elohim es nuestro alimento. Cuando la palabra obra en nosotros, el Ruaj —por medio de ella— espontáneamente imparte a nuestro ser la naturaleza de Elohim junto con el elemento divino. Tal vez ni siquiera estemos conscientes de que esta impartición esté ocurriendo, pero es así como se opera un cambio en nuestra constitución intrínseca.

 

La mayoría de los cautivos que regresaron de Bavel a Yahrushalayim no habían nacido en Yisrael, sino en Bavel, y habían sido criados allí. Así que el elemento babilónico se había forjado en ellos, y formaba parte de su constitución. Por lo tanto, después de regresar a la tierra de sus padres para ser ciudadanos de la nación de Yisrael, ellos necesitaban experimentar un cambio en su constitución. Ezrah resultó muy útil en este aspecto, porque fue a través de él que el pueblo recibió un nuevo elemento constitutivo, mediante la palabra de Elohim.

 

El deseo de Elohim con respecto a Yisrael era tener en la tierra un pueblo con una constitución divina, y así pudiera ser Su testimonio. A fin de ser este testimonio, era necesario que el pueblo de Elohim recibiera la palabra de Elohim. Así, por lo tanto, a través de Ezrah y NehemYah, Elohim pudo, mediante Su palabra, forjarse en el pueblo de Yisrael que había regresado de su cautiverio, para que llevara el testimonio de Elohim como nación.

 

Cuando llegó el mes séptimo —los hijos de Yisrael ya estaban en sus ciudades— todo el pueblo se reunió como un sólo hombre en la plaza que está frente a la Puerta de las Aguas, y le pidieron al escriba Ezrah que trajera el rollo de la Torah de Mosheh, que Yahweh le había encargado a Yisrael. El primer día del mes séptimo, el sacerdote Ezrah trajo la Torah ante la congregación de hombres y mujeres, y de todo el que era apto para entender lo que oía. Leyó del rollo desde el amanecer hasta el mediodía, frente a la plaza que está ante la Puerta de las Aguas, en presencia de hombres, de mujeres y de cuantos podían entender; los oídos de todo el pueblo estaban atentos al rollo de la Torah. El escriba Ezrah estaba sobre una plataforma de madera que habían hecho con ese propósito, y junto a él, a su derecha, estaban MatitYah, Shema, AnaYah, UriYah, JilqiYah y MaaseYah; y a su izquierda estaban PedaYah, Mishael, MalqiYah, Jashum, Jashbadana, ZekharYah y Meshulam. Ezrah abrió el rollo a la vista de todo el pueblo, porque él estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso de pie. Ezrah bendijo a Yahweh, ha'Elohim; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: "¡Amén! ¡Amén!". Luego se inclinaron y se postraron ante Yahweh con el rostro en el suelo. Entonces los levitas Yeshúa, Baní, SherebYah, Yamín, Aqub, Shabetay, HodiYah, MaaseYah, Qelitá, AzarYah, Yozabed, Janán y PelaYah le explicaban la Torah al pueblo, mientras el pueblo permanecía de pie en su lugar. Ellos leían en el rollo de la Torah de ha'Elohim, traduciendo y aclarando el sentido; de modo que entendieron la lectura. NehemYah 8:1-8

 

Esto indica que las palabras que Elohim habló por medio de Moshe habían convencido y subyugado plenamente al Yisrael rebelde. La palabra de Elohim provee una base sólida para que el Ruaj de Elohim, quien es Elohim mismo, pueda impartirnos el elemento divino y forjar a Elohim en nosotros. Debemos experimentar esto día tras día.

 

El segundo día se reunieron con el escriba Ezrah los jefes de los clanes de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas, para entender las palabras de la Torah. NehemYah 8:13

 

"Entender" alude al significado intrínseco. Todos necesitamos que se nos ayude a comprender el significado intrínseco de la palabra de las Escrituras, a fin de poder ministrarlas a los demás.

 




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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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