En los capítulos 9 y 10, el pueblo confesó sus pecados pasados a Elohim e hicieron un pacto firme con El.
El día veinticuatro del mismo mes se
reunieron los yisraelitas en ayuno, vestidos de luto, y con polvo sobre ellos.
Los del linaje de Yisrael ya se habían apartado de todos los extranjeros; y
estando de pie, confesaban sus pecados y la iniquidad de sus padres. De pie en
su lugar, leyeron en el rollo de la Torah de Yahweh su Elohim durante una
cuarta parte del día, y durante otra cuarta parte del día confesaron sus
pecados y se postraron ante Yahweh su Elohim. NehemYah 9:1-3
Luego, enumeraron todo lo
bueno que Elohim había hecho a sus antepasados, sacándolos de Mitzrayim y
llevándolos por el desierto hasta introducirlos en la buena tierra y dándoles
la ley a pesar de la arrogancia y terquedad de ellos y su rebeldía contra Sus
mandamientos (pasukim 9-25). ¿Qué puede vencer nuestra arrogancia, nuestra
terquedad y nuestra rebeldía contra los mandamientos de Elohim? Sólo la palabra
de Elohim puede eliminar estas cosas. La palabra de Elohim puede anular nuestra
arrogancia y terquedad, y hacernos dóciles a los mandamientos de Elohim.
Después de eso,
confesaron su desobediencia y rebeldía (pasukim 26-37). Ellos confesaron que,
por su terquedad, echaron la ley de Elohim tras sus espaldas y mataron a Sus
profetas. Así que, provocaron la ira de Elohim, quien los entregó en mano de
las naciones y los llevó cautivos a tierras extranjeras. Como resultado de
esto, desde los días de los reyes de Asiria hasta ese día, ellos habían estado
en gran angustia.
Por todo eso, hicieron
una promesa fiel por escrito, y sobre el documento sellado estaban los nombres
de sus príncipes, sus levitas y sus sacerdotes (9:38-10:27). El resto del
pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los sirvientes
del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de aquellas
tierras a la ley de Elohim, se reunieron para hacer un juramente bajo maldición
(pasukim 28-39). Para ellos, el hecho de efectuar este juramento significaba
que se maldecirían a sí mismos si no guardaban el pacto. Para el pueblo de
Yisrael, jurar significaba que no podían retractarse del pacto que habían
hecho.
El resto del pueblo, los sacerdotes,
los levitas, los porteros, los cantores, los servidores del templo y todos los
que se habían apartado de los gentiles y se habían adherido a la Torah de
ha'Elohim, con sus esposas, sus hijos y sus hijas, todos los que podían
comprender y discernir, se adhirieron a sus hermanos nobles, y se
comprometieron con sanciones a seguir la Torah de ha'Elohim, dada por medio de
Mosheh el siervo de Elohim, a observar cuidadosamente todos los mandamientos de
Yahweh nuestro Elohim, sus reglas y sus leyes. "Esto es: no daremos
nuestras hijas a los gentiles, ni tomaremos sus hijas para nuestros hijos. Si
los pueblos de la tierra trajesen a vender mercancías y toda clase de
comestibles en día de shabat, nada les compraremos en shabat ni en día santo. No
cosecharemos (el producto) del séptimo año y perdonaremos toda deuda. "Nos
impusimos la obligación de contribuir con la tercera parte de un shékel al año
para el servicio de la Casa de nuestro Elohim: para las hileras de pan, para la
ofrenda vegetal regular, para la ofrenda quemada regular, (para las de los shabatot,
Rosh Jodéshs y festividades, para las consagraciones, para las ofrendas por el
pecado, a fin de hacer expiación por Yisrael y por toda la obra de la Casa de
nuestro Elohim. "Hicimos un sorteo (entre) los sacerdotes, los levitas y
el pueblo, para traer la ofrenda de leña a la Casa de nuestro Elohim, por
clanes, en los tiempos determinados cada año, para hacerla arder sobre el altar
de Yahweh nuestro Elohim, como está escrito en la Torah. Y (nos comprometimos)
a traer cada año a la Casa de Yahweh las primicias de nuestra tierra y las
primicias del fruto de todo árbol, así como los primogénitos de nuestros hijos
y de nuestros ganados, como está escrito en la Torah, y a traer a la Casa de
nuestro Elohim los primerizos de nuestras vacas y de nuestras ovejas, para los
sacerdotes que ministran en la Casa de nuestro Elohim. "Llevaremos a los
almacenes de la Casa de nuestro Elohim, las primicias de nuestras masas, de
nuestras ofrendas (de grano), y del fruto de todo árbol, del vino y del aceite
para los sacerdotes, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas —los levitas
que colectan el diezmo en todas las ciudades sujetas al servicio real. Un
sacerdote aharónico debe estar con los levitas cuando éstos colecten el diezmo,
y los levitas deben llevar la décima parte del diezmo a la Casa de nuestro
Elohim, a los almacenes del tesoro. A esos almacenes deben llevar los
yisraelitas y los levitas la ofrenda del grano, del vino nuevo y del aceite.
Allí estarán también los utensilios del santuario, los sacerdotes que
ministran, los porteros y los cantores. No abandonaremos la Casa de nuestro
Elohim". NehemYah 10:28-39
"Nos impusimos la obligación de contribuir
con la tercera parte de un shékel al año para el servicio de la Casa de nuestro
Elohim"...
Esta contribución no
correspondía a ninguna regla de la Torah, fue una decisión espontánea del
pueblo. Esta fue una oferta que el pueblo decidió comprometerse a realizar,
además de retomar todas las reglas que había abandonado. Recordemos que ellos
aún estaban en la etapa de las sombras, por lo que dependían aún del
cumplimiento de las leyes de la Torah, incluidos los sacrificios, de los cuales
nosotros estamos hoy liberados gracias al sacrificio perfecto de Mashíaj.
Con todo, muchos
argumentan que "ya no hay templo", por eso no hay diezmos (este es un
tema muy complejo que será estudiado a fondo aparte) y al mismo tiempo aseguran
que "somos templo del Ruaj". ¿Quieren con eso significar que entregándose
a sí mismos los diezmos, están haciendo lo correcto? Porque en verdad, es lo
que la mayoría ha venido haciendo desde que "descubrieron" que el
diezmo no es válido (ya veremos si lo es o no). Primero se excusaron
argumentado consigo mismos que "entregarían ese valor a quien hiciera
verdaderamente la Obra de Yahweh", y muchos inicialmente así lo hicieron,
pero poco a poco decayeron de la costumbre HASTA QUE SE OLVIDARON POR COMPLETO
DE LA CASA DE YAHWEH, Y FUERON A EDIFICAR SUS CASAS. De a poco dejaron de
colaborar con buenos y malos, y se acostumbraron a quedarse con el
"excedente".
Lamentablemente, es
necesario comprender ciertos puntos a respecto del diezmo: en primer lugar, no
es un mandamiento que haya sido eliminado. El diezmo era una costumbre muy
anterior a la ley, como ya sabemos por Melki-Tsedeq. El diezmo era recibido por
la autoridad máxima local, la cual en aquel entonces podía ser tanto política
como espiritual.
Todos los diezmos de la tierra, sea
semilla del suelo o frutos de los árboles, son de Yahweh; quedan consagrados a
Yahweh. Vayikra 27:30
De hecho, cuando los
yisraelitas quisieron un rey y rechazaron a Yahweh, Él les advirtió que ADEMÁS
DE SU DIEZMO, DEBERÍAN AGREGAR EL DEL REY:
Atiende su demanda, pero adviérteles
solemnemente, y háblales sobre las prácticas de cualquier rey que gobierne
sobre ellos... Tomará una décima parte de los granos y las uvas de ustedes y se
los dará a sus eunucos y cortesanos... Tomará una décima parte de los rebaños
de ustedes, ustedes vendrán a ser siervos de él. Shemuel Alef 8:9, 15, 17
De manera que el rey les
exigiría EL DOBLE. Aun así, el pueblo concordó y se esclavizó por propia
voluntad. Hoy continuamos PAGANDO IMPUESTOS AL SISTEMA, protestando tal vez,
pero sin comprender a fondo la situación, PERO HEMOS NEGADO SU DERECHO A
YAHWEH, hemos abandonado Su Casa y no nos ocupamos de su edificación o
sustento. No crean que diciendo "hoy nosotros somos templo" resuelven
las cosas: SOMOS PIEDRAS, NO TEMPLO. Aunque el cierto que individualmente somos
pequeños templos, las piedras no son edificio en sí mismas, SI NO SON
UTILIZADAS EN LA EDIFICACIÓN DEL CUERPO. Esta no es una cuestión de diezmo o de
ofertas (veremos que ofrendar es siempre superior al diezmo, así que la excusa
del B'rit Hadashá no ayuda), ni tampoco en sí de dinero. ES CUESTIÓN DE CUÁL ES
NUESTRA DISPOSICIÓN PARA CON LA OBRA DE YAHWEH. ¿La estamos colocando en primer
lugar, o antes nos vamos a edificar nuestras casas? Los recursos no son sino un
medio para realizar la Obra, ni más ni menos, y si le damos más importancia de
lo debido, estaremos creando un ídolo en el lugar de Yahweh.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario