...se adhirieron a sus hermanos
nobles, y se comprometieron con sanciones a seguir la Torah de ha'Elohim, dada
por medio de Mosheh el siervo de Elohim, a observar cuidadosamente todos los
mandamientos de Yahweh nuestro Elohim, sus reglas y sus leyes. "Esto es:
no daremos nuestras hijas a los gentiles, ni tomaremos sus hijas para nuestros
hijos. Si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercancías y toda clase de
comestibles en día de shabat, nada les compraremos en shabat ni en día santo.
No cosecharemos (el producto) del séptimo año y perdonaremos toda deuda.
NehemYah 10:29-31
En los pasukim 29-31
vemos que el juramente consistía en que andarían en la ley que Elohim les había
dado mediante Moshe, que guardarían todos los mandamientos de Yahweh su Elohim,
y asimismo Sus ordenanzas y estatutos. Dejar descansar la tierra significa
dejarla por sí misma. Según lo que Elohim había instituido en Su ley, en el
séptimo año, debían cesar de sembrar y segar para que la tierra tuviera reposo.
Entonces la tierra daría fruto por sí misma, el cual sería para los pobres y
los menesterosos. Esta ley acerca del séptimo año revela que Elohim, el dador
de la ley, está lleno de amor, que cuida de las viudas, los huérfanos, los
necesitados y los forasteros.
Además, el pueblo también
estaba de acuerdo en remitir toda deuda, y a no obligar a los demás a pagar sus
deudas. Así que, en el séptimo año, no se les permitía usufructuar la tierra,
ni exigir el pago de las deudas. El rico tenía que prestar al pobre y luego
remitir la deuda si los pobres no podían pagarla. Para los que no estaban
dispuestos a prestar a los pobres, Elohim tenía muchas maneras de equilibrar
los bienes entre ricos y pobres. En Su sabiduría y amor, Elohim equilibra la
riqueza de Su pueblo. Este asunto también está relacionado con el
restablecimiento de la nación escogida de Elohim.
Además, ellos se
impusieron a sí mismos el cargo de contribuir con los productos de la tierra
para los sacrificios que se ofrecían a Elohim y para mantener el servicio del
templo (pasukim 32-39).
Como ya dijimos, no somos
templo individualmente sino corporativamente, y eso era así también en el pasado.
El templo no era asunto únicamente de los sacerdotes y levitas, como si fuera
un negocio que hubieran levantado, sino que era ASUNTO CENTRAL DE TODO EL
PUEBLO. Sin el templo no había comunicación con Yahweh, y sin los sacerdotes y
levitas, los intermediarios y sus ayudantes, tampoco. Hoy somos sacerdotes y
reyes EN PROMESA (muchos parecen creer que ya fueron ordenados, pero no
ministran como deberían), y todos debemos cumplir con los 30 años de
preparación antes de "ser ordenados". Aunque esto ya no responde a
edades determinadas, como era antiguamente, sí significa que un recién nacido
no puede ser sacerdote. Apenas si seremos, al comienzo, aprendices de levitas.
Luego, con el crecimiento, llegaremos a oficiar como levitas plenamente, y
continuaremos preparándonos para ser sacerdotes. El proceso hoy no es como
antiguamente, pero tampoco Yahweh da fruto a los 5 minutos de plantada la
semilla.
De manera que los que en
verdad quieran formar parte del remanente de Yahweh, mejor que consideren que
hoy son levitas PARA MAÑANA SER SACERDOTES, no hay excusas acerca del asunto. Y
también deberán recordar que los levitas también entregaban su diezmo. Una vez
más, el asunto no es DIEZMO, sino la disposición, y eso ciertamente incluye
también el dinero, no lo excluye como a muchos les gustaría. Hoy es MÁS GRANDE
que ayer. No se trata de dar el diez por ciento, SINO DE ENTREGARLO TODO.
Se determina el asentamiento del pueblo y se
nombran los oficiales para el servicio levítico y los asuntos civiles
El restablecimiento de la
nación escogida de Elohim incluía muchos aspectos. En NehemYah 11, vemos que
involucraba el asentamiento del pueblo y el nombramiento de los oficiales para
el servicio levítico y los asuntos civiles.
Los jefes del pueblo
moraron en Yahrushalayim, la ciudad santa, y el resto del pueblo echó suertes
para escoger uno de cada diez para que morase en Yahrushalayim. El pueblo
bendijo a todos lo que voluntariamente se ofrecieron para morar en
Yahrushalayim:
Los oficiales del pueblo se
establecieron en Yahrushalayim; el resto del pueblo hizo un sorteo para que uno
de cada diez habitara en Yahrushalayim, la ciudad santa, y los nueve restantes
en las otras ciudades. El pueblo bendijo a todas las personas que se ofrecieron
voluntariamente para habitar en Yahrushalayim. NehemYah 11:1-2
En aquel tiempo, morar en
Yahrushalayim representaba una verdadera carga. Con la amenaza constante de una
invasión extranjera, pocos estaban dispuestos a vivir allí. Por lo tanto, el
método que se empleó para escoger a los moradores era echar suertes. De lo
contrario, no habría suficientes habitantes que morasen en la ciudad de
Yahrushalayim. A aquellos que les tocaba vivir en Yahrushalayim, se les exigía
mudarse allí. Sin embargo, algunos se ofrecieron voluntariamente a emigrar a
Yahrushalayim, y todo el pueblo los bendijo. Hoy los que se ofrecen
voluntariamente a servir de tiempo completo serán bendecidos por todos los
demás..., pero el resto deberá mudarse si así le es indicado, voluntariamente o
no. Las cosas del servicio de Yahweh no son "elegibles", "esta
me gusta, aquella no". Si entramos en pacto con Él, YA NO NOS
PERTENECEMOS, podrán entenderlo o no, pero si no lo comprenden, simplemente
sufrirán.
NehemYah 12:1-26
constituye un registro de los sacerdotes y levitas. Los servidores principales
en la adoración a Elohim, que es lo más importante en el reino de Elohim, no
eran los reyes. La función de éstos no era adorar a Elohim sino gobernar al
pueblo. Los servidores responsables de la adoración a Elohim eran los sacerdotes
y sus servidores, los levitas. Es necesario en primer lugar levantar a los
sacerdotes y levitas, a fin de que Yahrushalayim sea restaurada, a fin de que
la Nueva Yahrushalayim sea edificada.
El restablecimiento del
pueblo también incluyó el nombramiento del servicio de los sacerdotes y
levitas, y el suministro para sus necesidades (pasukim 44-47). NehemYah no sólo
puso a los servidores levitas y a los sacerdotes en su función; también
suministró para sus necesidades diarias. Anteriormente, nadie se había ocupado
adecuadamente de este asunto, y por ese motivo, LA CASA DE YAHWEH ESTABA EN
RUINAS.
Si no atribuimos la
verdadera importancia hoy a los levitas y sacerdotes actuales (si lo somos,
debemos mostrar nuestras obras, así como ellos debían atestiguar su linaje),
estaremos dejando que la Casa de Yahweh continúe en ruinas. Si existe tanta
confusión y caos en la actualidad es en buena medida porque hemos sido
engañados por haSatán, por medio de malos pastores, durante mucho tiempo. Pero
castigar a Yahweh por el mal comportamiento de algunos no es correcto. No
podemos dejar de aportar dinero, trabajo y tiempo a Su Obra, que es nuestra
vida, sólo porque algunos malos obreros hicieron lo malo. Como aquellos
samaritanos que se aprovecharon de los pobres, ELLOS FUERON DEJADOS FUERA DE LA
RESTAURACIÓN DE YAHWEH. Ahora debemos decidir dónde estaremos nosotros, y qué
haremos con nuestros recursos.
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