Cuando terminó esto, se acercaron a
mí los oficiales y dijeron: "El pueblo de Yisrael, los sacerdotes y los levitas
no se han separado de los pueblos del país cuyas aborrecibles prácticas son
como las de los kenaanitas, los jeteitas, los perezitas, los yebusitas, los
amonitas, los moavitas, los mitsritas y los amorreos. Han tomado las hijas de
éstos como esposas para ellos y para sus hijos, de modo que han mezclado la
simiente santa con la de los pueblos del país; y los oficiales y los prefectos
han llevado la delantera en esa transgresión". Ezrah 9:1-2
Ezrah no solamente
contribuyó a fortalecer y enriquecer la restauración, sino que, además, la
purificó. Antes que Ezrah llegase, existía una mezcla impura. Algunos de los yisraelitas
habían contraído matrimonio con esposas paganas y sus hijos procedían de tal
mezcla. Ya hemos mencionado que era una costumbre asiria mezclar las
poblaciones de los conquistados a fin de debilitarlos y evitar rebeliones.
Éste es un tipo que hoy
debemos aplicar espiritualmente, y no de forma literal. No se trata de que
empiecen a divorciarse de sus parejas incrédulas. La restauración es el linaje
santo, y la restauración es justamente una reparación, una reconstrucción, una
limpieza. Sabemos que el Ruaj está juntando a los Suyos de los cuatro vientos,
pero no nos será permitido entrar a ningún lago sin la ropa adecuado. Es, por
lo tanto, indispensable que nos preparemos y llenemos nuestras lámparas. Y la
primer cosa que cualquier convidado a una fiesta hace es bañarse (purificarse)
y ponerse ropas limpias.
Este es EL PRIMER PASO
INDISPENSABLE EN LA RESTAURACIÓN. No se trata de salir corriendo atrás de
costumbres "que tienen apariencia de piedad", sino de verificar qué
de todo nuestro bagaje (y el de los hermanos con los que nos habremos de reunir
en su momento) es válido y debe permanecer y qué es inmundo y debe ser
eliminado. DE LOS DOS LADOS, no sólo de uno.
Muchos que han despertado
a la restauración han corrido a los brazos de la Casa de Yahudá y han comenzado
a comer su comida SIN VER SI SUS CREENCIAS ACTUALES SON CORRECTAS. Para eso,
necesitamos hacer lo que nosotros estamos haciendo: CAMINAR LAS ESCRITURAS,
verificando punto por punto cada asunto.
Todo aquello que
recibimos y no sea santo, es una mezcla impura. A lo largo de la historia, el
Ruaj ha ido lentamente recuperando ciertas cosas, pero notamos que siempre
estas restauraciones acabaron mezclándose con cosas impuras. Es decir, no
llevaron la limpieza a fondo, no golpearon con las flechas como deberían:
Volvió a decir: "Toma las
flechas"; y las tomó. Y le dijo al rey de Yisrael: "¡Golpea la
tierra!". El golpeó la tierra tres veces y se detuvo. Entonces el hombre
de ha'Elohim se enojó contra él y dijo: "Si hubieras golpeado cinco o seis
veces, entonces habrías aniquilado a Aram, pero ahora la derrotarás sólo tres
veces". Melajim Bet 13:18-19
No debemos ser tímidos,
no debemos hacer las cosas como que sin ganas, DEBEMOS GOLPEAR LAS FLECHAS
MUCHAS VECES, CON TODAS NUESTRAS FUERZAS, porque ésta es la actitud que agrada
a nuestro Padre, y la que Él bendice. Pero siempre las restauraciones
terminaron diluyéndose en pocos golpes, y acabaron siendo absorbidas y
mezcladas con otros paganismos que no fueron purificados.
Sin embargo, estamos
aproximándonos a la consumación de las cosas, y todo deberá estar pronto para
Su Venida, so pena de quedarnos fuera del Reino (no de perder la salvación). Por
lo tanto, ya que nosotros fuimos "educados" dentro de una mezcla
impura, se hace necesaria la intervención de algunos "Ezrah "para
purificar las cosas. Fue Ezrah el que purificó la restauración de su época. En
las congregaciones de kadoshim tenemos que ser muy puros, muy sencillos, sin
mezcla alguna. El problema es que muchos de nosotros que hemos retornado de
Bavel, hemos traído con nosotros nuestro respectivo bagaje; este bagaje, las
cosas de nuestro pasado, hace que se produzca una mezcla impura. Entonces, por
muy doloroso que pueda parecer, en la restauración que el Ruaj efectúa es
necesaria la purificación, a fin de separar el linaje santo de todo aquello que
sea pagano. No debemos introducir en las congregaciones de los kadoshim locales
aquello que solíamos hacer en las denominaciones, no importa cuán bueno eso
pueda parecer. Esto no sería otra cosa que traer esposas paganas. No estamos
queriendo decir con esto que debemos ser personas orgullosas, sino simplemente
que debemos renunciar al bagaje que traemos de nuestros respectivos pasados.
Todos tenemos que aprender a renunciar a las cosas de nuestro pasado,
independientemente de cuán buenas ellas puedan ser. Tenemos que ser muy puros a
fin de que el linaje santo jamás se mezcle con nada que sea común o profano, y
si los demás no están dispuestos a ser radicales o aún su entendimiento no ha
sido abierto a la importancia de esta verdad, debemos ser pacientes con ellos,
porque los tiempos don de Yahweh y no nuestros, pero ciertamente no tendremos
unidad, y eso afectará a la edificación de la Novia.
Para nosotros que
provenimos del cristianismo, la restauración no comienza por IRNOS AL JUDAÍSMO.
Para nosotros debe comenzar por restaurar DENTRO DE NUESTRA COMPRENSIÓN DE LA
OBRA DE MASHÍAJ, las cosas del Tanaj que el cristianismo ha dejado de lado,
reincorporando todo lo que nunca debió ser perdido. Únicamente cuando tengamos
una comprensión TOTAL de las Escrituras podremos considerar acercarnos a nuestros
hermanos SIN EL RIESGO DE QUE NOS CONVENZAN DE SUS ERRORES, en los que nadie
parece notar que persisten. Muchos hermanos me pasan mensajitos todo el tiempo
con imágenes o enlaces extraídos de páginas judías, sin darse al trabajo de
mirar que al lado del video que compartes aparece otro del mismo autor negando
a Yahshua. Este tipo de incoherencia hace que lamentablemente, la mayoría no
sólo no pueda ser considerada apta para una unión de dos Casas (ninguno se
mudaría a la casa de otro llevando su ropa sucia, verdad?), sino que ni
siquiera están CONVIRTIÉNDOSE EN DISCÍPULOS, que es la principal orden que
debemos obedecer cuando nos convertimos a Mashíaj. Él ordenó a los suyos que
fueran y que "hicieran talmidim", o sea, que prepararan a los otros
para realizar la misma tarea, QUE CONVIRTIERAN A LOS NUEVOS EN LO MISMO QUE
MASHÍAJ LOS HABÍA CONVERTIDO A ELLOS. Si no hemos sido discipulados (y eso no
lleva más que unos pocos años), ESTAMOS DESOBEDECIENDO UNA ORDEN DIRECTA DE
YAHSHUA.
El trabajo de Ezrah
consistió, entonces, en fortalecer, enriquecer y purificar. Tanto en Ezrah como
en NehemYah vemos una obra de purificación: una purificación ocurrió después de
la edificación del templo, y otra ocurrió después de la edificación de la
ciudad. Así por lo tanto, en cada una de las etapas de la restauración es
necesario realizar una obra de purificación.
Después de la edificación
del muro, Ezrah intervino nuevamente para ayudar al pueblo a purificarse una
vez más. Ezrah era un maestro que ejercía el sacerdocio, un maestro
"sacerdotal", e impartió al pueblo enseñanzas
"sacerdotales" a fin de ayudarles a purificarse.
Él les leyó la Palabra de
Elohim, y ellos fueron inspirados. ESTO ES LO QUE NOSOTROS ESTAMOS HACIENDO
HOY.
Todos estuvieron de
acuerdo en firmar un pacto según el cual renunciarían a toda mezcla pagana. En
las congregaciones de los kadoshim locales se debe rechazar todo tipo de mezcla
impura. Debemos ser purificados completamente de toda mezcla impura. Todo
aquello que sea común y todo lo que sea contrario a la naturaleza celestial,
debe ser desechado. La restauración debe ser pura. Después de la edificación de
la casa, tenemos que purificarnos; y después de la edificación de la ciudad,
tenemos que purificarnos nuevamente. Tanto Ezrah como NehemYah se percataron de
esta necesidad y llevaron a cabo tal purificación. Por lo menos dos
purificaciones se efectuaron bajo la dirección de Ezrah, y una se realizó bajo
la dirección de NehemYah.
Es necesario recobrar el
muro de la ciudad y es necesaria la purificación. Ésta es la necesidad actual
en las congregaciones de los kadoshim locales.
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