Me preocupa que los
hermanos y hermanas que nacieron de nuevo hayan recibido, en su momento (en su
mayoría dentro del cristianismo), ayuda, principalmente en lo que concierne a
la seguridad de su salvación, y luego algunas ideas acerca de cómo llegar a ser
personas piadosas, morales, espirituales y supuestamente vencedoras. Luego,
cuando el Ruaj los despertó y los llevó al movimiento de la restauración, en su
mayoría se enfocaron en ritos y formas, pero escasamente en descubrir cómo la
esencia interna y el contenido de esas sombras reflejaba hoy la luz de su
emisor, Yahshua ha Mashíaj.
No obstante, no creo que
muchos de los que están en la restauración del Ruaj hayan visto claramente aún
la edificación de Elohim, la cual consiste en impartir a Mashiaj en Sus
elegidos a fin de que lleguen a ser, primero, el Cuerpo de Mashiaj que le
expresa a Él, y luego, la Novia de Mashiaj, que es igual a Él y que cumple la
edificación de Elohim. El propósito y la meta que persigo en todos estos
mensajes es ayudarlos a ir más allá de meramente esforzarse por ser personas
espirituales y a entrar en la esfera de quienes han visto el deseo de Yahweh,
el beneplácito de Elohim.
Elohim, en conformidad
con Su administración divina o edificación, desea obtener la Novia, la
congregación apropiada según el significado bíblico. La cristiandad no es sino
un sistema conformado por diversas organizaciones, pero la congregación
revelada en las Escrituras es una entidad absolutamente orgánica y llena de
Mashiaj como su vida, llena de Elohim y del Ruaj, a fin de ser constituida de
la vida y naturaleza de Yahweh y unirse a Elohim como un sólo ruaj. Esta es la
edificación de Elohim que Él lleva a cabo por medio de Su impartición en las
piedras vivas.
Yahweh deseaba que por
medio de la participación y el disfrute que Yisrael tenía de la buena tierra,
Su casa fuera edificada y Su reino establecido. Esto no podía cumplirse si los
hijos de Yisrael no salían del cautiverio y regresaban a la buena tierra, y
tampoco si no se purificaban (dejaban de lado las cosas del mundo) y no se
comprometían a cumplir los mandamientos (que hoy equivale a aceptar ser
quebrantados en nuestro viejo hombre, ser "arados" en nuestra tierra
interior para que la semilla crezca y dé mucho fruto, para que tengamos
semillas que llevar a otros), y dejaban de ocuparse de sus intereses propios
para poner en primer lugar la edificación de la Casa de Yahweh. Edificar
nuestra casa equivale a cuidar únicamente de nuestra edificación personal (y
tal vez hablar un poco con algunas personas), pero sin la unión de los kadoshim
la Novia no crece, la Casa de Yahweh no se edifica. Nosotros debemos ocuparnos
primero de Su Casa, levantar las murallas, y el resto nos será añadido, porque
En verdad les digo que no hay nadie
que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o
campos, por causa mía y de la Buena Noticia, que no reciba cien veces más ahora
en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, aunque con
persecuciones; y en la era venidera, la vida eterna. Mordejai 10:29-30
Estamos siendo reunidos
nuevamente y el templo que será levantado no será uno físico sino "un
templo no hecho de manos humanas", y ¿qué será de las piedras que insistan
en andar rodando por sí mismas en lugar de permitir ser edificadas
corporativamente? Cuando Él llegue, verá el edificio que habrá sido construido,
la Novia que habrá sido levantada, PERO LAS PIEDRAS QUE NO SE HAYAN UNIDO A LAS
OTRAS SERÁN DEJADAS EN EL CAMPO. Una casa se construye con piedras, pero
piedras sueltas no son una casa.
Hoy en día, incluso en
los grupos más espirituales derivados de la cristiandad (y me estoy refiriendo
a los autoproclamados mesiánicos, que son los que más han abierto los ojos a
ciertas verdades, pero que siguen aferrados a muchos errores, en mayor o menor
medida), las enseñanzas que se imparten no son verdadero alimento, sino azúcar;
esta es la clase de enseñanza que perjudica más de lo que nutre a quienes la
reciben. Inclusive si ustedes leen o escuchan estos mensajes únicamente
procurando buscar más de Elohim, más de Mashiaj y procurando simplemente lograr
crecer en la vida divina individualmente, entonces, seguirán en el ámbito de
quienes ingieren azúcar. Necesitan alimento sólido (Ivrim 5:11-14).
Mientras que la leche es
para los niños, el alimento sólido es para los adultos. Entre los millones de
creyentes hoy, ¿cuántos siguen siendo niños? Siempre me llamó la atención que
el grupo especial de los que "siguen al Cordero a todas partes" sean
escasísimos 144.000. Eso no es ni la décima parte de los que salieron de
Egipto. Sin embargo, hoy veo con mucha mayor claridad el motivo de ese número
reducido: la mayoría cree que sirve al Padre y al Hijo, pero se sirven a sí
mismos en primer lugar, y no parecen muy dispuestos a ponerse firmes consigo
mismos para comenzar a tener una mudanza radical en sus vidas: la verdadera
teshuvá, el verdadero arrepentimiento que nos muda de adentro hacia afuera. Sin
este primer paso esencial de colocar a Yahweh por encima de todas las cosas
(TODAS, incluyendo nuestras casas, nuestros trabajos, nuestros intereses,
familias, preocupaciones, etc.), simplemente no alcanzaremos las bendiciones
prometidas, que no son premios sino la simple consecuencia directa de hacer
esto. Si la condición para ser bendecidos "y que nos vaya bien" es
cumplir los mandamientos, ¿cómo esperamos prosperar si transgredimos el
primero, el más importante según el propio Yahshua?
Debemos unirnos y seguir
la conducción del Ruaj, respetando sus directivas, permitiendo ser quebrantados
y labrados, descubriendo nuestra verdadera función EN EL RUAJ, no en el alma,
para crecimiento personal y de la Novia, porque no hemos sido llamados para ser
salvos y obtener beneficios, sino que FUIMOS LLAMADOS PARA CUMPLIR LA VOLUNTAD
ETERNA DEL PADRE Y CONVERTIRNOS EN LO QUE ÉL DETERMINÓ DESDE UN PRINCIPIO. La
salvación es un paso necesario, y las bendiciones son las consecuencias
directas de seguir sus órdenes, lo cual es exactamente lo contrario de la
REBELDÍA de pretender manejarnos por nosotros mismos, como hicieron nuestros
padres. Ciertamente el valor de estas dos cosas es inconmensurable, pero no
podemos transformarlos en la centralidad del propósito divino, porque ese
propósito está mucho más allá de simplemente salvarnos y prosperarnos. Ese
propósito incluye convertirnos en reyes y sacerdotes del Altísimo, gobernando
la tierra y ministrando a Yahweh a todos, y ese debe ser nuestro único
objetivo: disponernos en Sus Manos de Alfarero para ser moldeados y edificados.
El resto de las cosas de la vida... nos serán añadidas cuando coloquemos Sus
cosas en primer lugar.
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